Si cuando está en el mar siente paz y tranquilidad, es porque está científicamente comprobado que es beneficioso para su estado emocional. Según un estudio de la Universidad Estatal de Michigan (MSU), aquellos que residen cerca del océano experimentan significativamente mejor salud mental en comparación con aquellos que viven a distancias más alejadas de la costa, según la investigación publicada en la revista Health & Place.
El estudio liderado por Amber L. Pearson, profesor asistente de geografía de la salud y miembro de la Red de Ciencias del Agua, reveló que las personas que viven a menos de un kilómetro del océano tienen un 22% menos de probabilidades de desarrollar síntomas de salud mental en comparación con aquellos que residen a más de 50 kilómetros.
Los resultados del estudio Vistas al mar vinculadas a una mejor salud mental sugieren que la vista al mar puede tener impactos positivos en la salud psicológica. “El aumento de las vistas del espacio azul se asocia significativamente con niveles más bajos de angustia psicológica”, explica Pearson, profesor asistente de geografía de la salud y miembro de la Red de Ciencias del Agua de MSU. “Sin embargo, no encontramos eso en los espacios verdes”.
El estudio realizado en Wellington, Nueva Zelanda, (un país sumamente urbanizado) descubrió estos beneficios analizando la visibilidad de espacios azules (el océano) y espacios verdes (bosques y parques) a través de encuestas a los residentes.
A pesar de considerar factores como la riqueza, la edad y el sexo de los encuestados, “el estudio concluyó que la vista al océano estaba asociada con una mejor salud mental, mientras que las áreas verdes no mostraron el mismo efecto calmante”, señala el artículo publicado por la MSU.
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Pearson sugiere que la diferencia de beneficios entre las áreas verdes y el mar se debe a la inclusión de áreas creadas por el hombre, como campos deportivos y parques infantiles, que podrían no ofrecer los mismos beneficios que los entornos naturales como lo son los océanos y lagos.
“El espacio azul era totalmente natural, mientras que el espacio verde incluía áreas creadas por el hombre”, dijo el investigador. Por lo tanto, la ubicación de viviendas con vistas al mar cuenta como un factor potencial para mejorar la salud mental de la población.
Pearson destacó en otro estudio que estar cerca de la naturaleza en general podría tener implicaciones importantes, incluso en el ámbito educativo.
Argumentó que las escuelas podrían beneficiarse al considerar las vistas desde las aulas, asegurándose de incluir árboles y elementos naturales, lo cual no solo podría contribuir a los beneficios físicos y psicológicos asociados con la naturaleza, sino también reducir problemas de comportamiento entre los estudiantes.
“Hay mucha evidencia de que pasar más tiempo en la naturaleza y sus alrededores nos hace menos sedentarios y eso reduce nuestro riesgo de enfermedades crónicas”, señala el estudio de Pearson en un artículo publicado por la Universidad de Michigan
