Como muchos de los santos de la antigüedad, San Patricio es un personaje nimbado por la leyenda. A él –cuya fiesta se conmemora los 17 de marzo– se le adjudica ser el responsable que en Irlanda no haya serpientes. También se le considera uno de los protagonistas de la difusión del cristianismo en Irlanda. Aunque son muy pocos los detalles de su biografía que escapan de la leyenda, se cree que nació en el año 384 d.C y murió en 461. d.C.
Siga leyendo: Salvar a una niña desahuciada: la historia completa del milagro de José Gregorio Hernández
En la iconografía religiosa se le representa con un trébol en las manos y con vestuario verde. El primer elemento hace referencia a una anécdota de su apostolado. Se dice que le explicó a los nativos de Irlanda el misterio de la Santísima Trinidad echando mano de un trébol, que tiene tres hojas distintas, pero es una única planta. Por su parte, el color verde hace referencia a las tradiciones antiguas de Irlanda. De hecho, que el santo sea representado con este color se ha convertido en una declaración política a favor de la idiosincrasia nacional de ese país.
Lea aquí: Así es la Santa Muerte, una deidad mexicana importada por los narcos de Ecuador
San Patricio nació como Maewyn Succat en una villa cerca de Bannavem Taberniae, probablemente cerca del muro de Adriano, alrededor del 389 d.C. Era hijo de un diácono cristiano y un alto cargo militar. Su vida y obra siguen siendo un tema de debate, especialmente respecto a su identidad y las misiones cristianas previas a su llegada a Irlanda.
Curiosamente este santo irlandés inspiró dos obras de la época de oro de las letras españolas. Patricio es protagonista de El purgatorio de San Patricio (1636) de Pedro Calderón de la Barca, que, a su vez, fue inspirada por Vida y purgatorio de San Patricio (1627) de Juan Pérez de Montalbán.
