Algunas personas se comen un snack o un tentempié antes de las comidas principales como el almuerzo o la cena, esto para satisfacer un deseo mientras esperan el plato principal, principalmente en personas que disfrutan comer y tienen sus antojos.
Desde la ciencia, este fenómeno es conocido como psicolabis, que significa una pequeña cantidad de comida que se toma entre horas, guiado por un capricho o deseo más que por hambre o necesidad. ¿Qué tanto influye esto en la salud de las personas?
Según un estudio estadounidense, más del 90 % de los ciudadanos toma un refrigerio en las comidas y representa hasta el 25 % de la ingesta total de energía diaria en el Reino Unido y Estados Unidos y entre el 14 % y el 31 % en Europa.
Es por esto que los científicos, expertos en las ciencias de la nutrición, se han tomado el tiempo de indagar más sobre este fenómeno cultural y según ellos, todo depende de cómo, cuánto, el cuándo sucede el psicolabis.
Si el snack es un alimento alto en calorías, puede que no sea recomendable, ya que si se come eso más su plato principal, es probable que la persona tienda a subir de peso. Estos snacks suelen ser papas fritas, pasteles, galletas y otros aperitivos tanto salados como dulces.
Al ser el psicolabis o el picoteo, conceptos tan amplios y diversos para cada persona, es difícil estudiar los efectos en la salud y “complica su reputación dietética”, apuntan los científicos estadounidenses.
Para saber más: El consumo excesivo de comida rápida puede afectar su hígado, ¿por qué?
La propia definición de lo que significa el picoteo, el piscolabis o el refrigerio, dificulta el estudio de sus efectos en la salud y “complica su reputación dietética”, apuntan los científicos estadounidenses.
Por ejemplo, si el aperitivo antes de la comida es saludable, como una fruta, quizás no habrá problemas en la salud, como podría haberlo si es comida chatarra.
Un estudio publicado en la revista Appetite encontró que el consumo de bocadillos saludables entre comidas estaba asociado con una menor ingesta calórica en la siguiente comida, lo que podría contribuir incluso al mantenimiento del peso corporal saludable.
Picar alimentos entre comidas, también puede mantener los niveles de energía más estables durante el día. Investigadores de la Universidad de Harvard sugieren que comer bocadillos equilibrados ayuda a evitar los altibajos en los niveles de glucosa en sangre, lo que puede prevenir la fatiga y la sensación de hambre intensa.
Algunos estudios indican que picar antes de las comidas puede acelerar el metabolismo. Un estudio publicado en The Journal of Nutrition en 2011 señala que el consumo de bocadillos saludables puede aumentar la termogénesis, un proceso en el que el cuerpo quema calorías para digerir y procesar alimentos.
Aunque se han demostrado científicamente algunos beneficios, picar entre comidas también trae algunas desventajas. Por ejemplo, al comer snacks puede haber interferencia con la sensación de hambre, ya que puede perderse la oportunidad de experimentar la verdadera sensación de hambre lo que puede dificultar la regulación de las porciones y el apetito a largo plazo.
Por otra parte, comer bocadillos poco saludables antes de las comidas principales podría afectar la digestión. Algunos alimentos pueden dificultar el proceso digestivo al aumentar la producción de ácido estomacal, lo que podría causar molestias como acidez estomacal y malestar.
Lea más: Médicos paisas encuentran forma de saber las causas de la hipertensión
Si necesita picar algo entre comidas, recuerde hacerlo moderadamente y ojalá que sean aperitivos saludables para así no impactar negativamente la salud ni afectar la sensación de hambre, ya que no disfrutará de la misma manera los platos principales.
