El nuevo dueño de Twitter, Elon Musk, sigue dando pistas de los posibles cambios que se avecinan para la plataforma. En uno de sus más recientes trinos anunció que la suplantación de identidad en esta red social sin que se aclare que es una “parodia” se castigarán: esas cuentas serán suspendidas definitivamente.
La primera víctima de esta medida fue la actriz y humorista estadounidense Kathy Griffin, luego de que suplantara la identidad de Musk, sin especificar que se trataba de una broma: el nombre de su perfil lo reemplazó por el del empresario.
En sus recientes anuncios, Musk también señaló que la compañía ya ha enviado avisos de suspensión, pero que ahora han emprendido una verificación en masa “ya no va a haber advertencias”, aunque más adelante dijo que esto sería una condición para inscribirse en Twitter Blue, el servicio premium. Sin embargo, no aclaró si afectaría a cualquier otra cuenta común.
Y es que el magnate quiere convertir a Twitter en “la fuente más segura de información de todo el mundo”; esa es su “misión”. Cree que la exactitud de la información que circula en este espacio, donde cada minuto se publican 347.000 trinos según Domo, debe convertirla “de lejos” en la fuente más fiable.
Sobre las limitaciones de contenidos, Musk, quien se declara con frecuencia un “absolutista de la libertad de expresión”, puso un ejemplo que para él refleja ese compromiso: dijo que no pensaba bloquear la cuenta de un usuario que rastrea el movimiento del avión privado de Musk (@ElonJet, con 491.800 seguidores) aun cuando eso supone “un riesgo directo a la seguridad personal”.
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Musk dijo que planea crear una “suscripción premium” a Twitter por 8 dólares que dará algunos beneficios, como menor publicidad, la opción de postear videos más largos y obtener una marca de verificación al lado del nombre (opción hasta ahora solo disponible para las figuras públicas).
Los videos parecen ser otro de los pilares de su plan, siguiendo así con la tendencia de Instagram de priorizar este formato debido a la popularidad de TikTok. El 30 de octubre el magnate preguntó a sus más de 113 millones de seguidores si debería restaurar Vine (plataforma de videos cortos que compró Twitter en 2012 y cerró en 2016), y obtuvo el apoyo del 69,6 % de votantes.
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Según The Washington Post, que tuvo acceso a correos internos de la empresa, Twitter está trabajando en una función que permitiría publicar videos y cobrar a los usuarios por verlos.
Por otro lado, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, envió esta semana una misiva al nuevo dueño de Twitter en la que señaló, entre otros puntos, que en la red social “no debe haber lugar para el odio que incite la discriminación, la hostilidad o la violencia”.
“La libertad de expresión no debe significar una vía libre total”, dijo. Y señaló en este sentido que la difusión de desinformación puede ser dañina, “como se pudo ver durante la pandemia de covid-19 en relación con las vacunas (...) Twitter tiene una responsabilidad a la hora de evitar que se difunda contenido que dañe derechos de las personas”.