En un rincón del campus de la Universidad de Antioquia, entre los pasillos llenos de estudiantes y el murmullo cotidiano de la vida académica, se encuentra un espacio que vibra con la energía del universo: las aulas del Instituto de Física, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Allí, Yenifer Angarita Arenas, una joven investigadora hija de campesinos cultivadores de café, comenzó un largo camino para desentrañar los secretos del cosmos. Sin embargo, su historia comienza mucho antes, en Andes, un pequeño pueblo de Antioquia, donde la curiosidad por las estrellas se le convirtió en una brújula que apuntaba —aún lo hace— al infinito.
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“Siempre me fascinó el cielo. Pasaba horas mirando las estrellas y preguntándome sobre su origen y su destino”, recuerda con una sonrisa que, pese al esfuerzo, no puede ocultar y que se escucha al otro lado del teléfono, sin importar los 10.000 kilómetros de distancia que supone una llamada de Colombia a Países Bajos.
Así que esa curiosidad la llevó a estudiar Astronomía en la UdeA, donde encontró un entorno fértil para cultivar su pasión, pues a medida que avanzaba en su carrera, se dio cuenta de que su verdadera vocación era investigar, comenzando de ese modo un camino que la llevó a realizar aportes significativos en el estudio de la formación de estrellas, el medio interestelar y el campo magnético galáctico.
Tal vez por eso, la pasión por el conocimiento y la búsqueda de respuestas son características que la definen. En su primer año de universidad, por ejemplo, tuvo la oportunidad de asistir a una conferencia en la que escuchó a un destacado investigador hablar sobre la formación de estrellas. “En ese momento, supe que quería ser parte de ese mundo”, confiesa. “Era como si me hubiera iluminado un camino, y desde entonces me he dedicado a seguirlo con determinación”. Sin contar con que —según cuenta el diario de la UdeA—, gracias a las escuelas de verano que cursó becada como estudiante de pregrado en México y en Países Bajos, vio que podía acceder a recursos para investigar en otros lugares del mundo.
La formación de estrellas y la evolución química
Uno de los proyectos más destacados de Yenifer es su investigación sobre la formación de estrellas y su evolución química, que fue posible debido a una beca en Radioastronomía para el desarrollo de las Américas, de la Fundación Newton-Caldas, de Colombia y Reino Unido, en la Universidad de Leeds, donde hizo su trabajo de maestría sobre evolución química de estrellas masivas en formación. Este trabajo no solo busca entender cómo nacen y mueren las estrellas, sino también cómo su evolución afecta la química del universo. “Las estrellas son fábricas de elementos. Cuando explotan como supernovas, dispersan elementos pesados en el medio interestelar, enriqueciendo el entorno y dando lugar a nuevas generaciones de estrellas y planetas”, explica.
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Para llevar a cabo esta investigación, la investigadora se sumergió en el estudio de modelos teóricos y simulaciones computacionales, tal y como ella misma lo explica: “Mi trabajo se centró sobre todo en encontrar métodos eficientes de clasificación de diferentes etapas de formación de estrellas de acuerdo a su evolución química”. Utilizando software especializado, analizó datos de observaciones astronómicas para validar sus hipótesis y afinar los modelos que describen la evolución estelar.
No obstante, la complejidad de la formación estelar radica en múltiples factores, como la densidad del gas y la temperatura del entorno. Yenifer detalla que, en los núcleos de las nubes moleculares, donde se inicia el proceso de formación, las condiciones son extremadamente delicadas. “Es un juego de equilibrio entre la gravedad, la presión térmica y las fuerzas magnéticas”, aclara. Este equilibrio, si se perturba, puede dar lugar a la creación de nuevas estrellas o, por el contrario, llevar a la dispersión del material.
Los resultados de su investigación han sido reveladores. Yenifer ha descubierto que la química de las estrellas no solo influye en la formación de nuevos cuerpos celestes, sino que también tiene implicaciones para la formación de sistemas planetarios como el nuestro. “Es fascinante pensar que todos los elementos que componen nuestro cuerpo pudieron ser forjados en las nubes de gas y polvo interestelar donde se forman las estrellas”, reflexiona. Este hallazgo no solo proporciona respuestas sobre el origen del sistema solar, sino que también abre la puerta a nuevas preguntas sobre la vida en otros rincones del universo.
El medio interestelar multifásico
El segundo proyecto que Yenifer ha abordado con fervor es el estudio de las propiedades del medio interestelar multifásico y su interacción con el campo magnético galáctico. Este trabajo, que desarrolló en la Universidad de Radboud luego de un traslado a Países Bajos, es crucial para comprender cómo se distribuye la materia en nuestra galaxia y cómo influye en la formación de estructuras cósmicas.
“Imagina un océano de gas y polvo, donde cada gota tiene su propia historia”, dice Yenifer, al describir el medio interestelar. “Este medio no es homogéneo, está compuesto de diferentes fases, como nubes de gas caliente y frío, y su interacción con el campo magnético galáctico es compleja y fascinante”. Para estudiar este fenómeno, Yenifer empleó técnicas de observación avanzada, utilizando telescopios de radio y ópticos para recopilar datos sobre la composición y el movimiento del medio interestelar.
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Esta investigación se centra en estudiar cómo interactúa el campo magnético de la galaxia con las diferentes fases calientes y frías del gas (principalmente hidrógeno) y el polvo interestelar, arrojando luz en el entendimiento de la formación de grandes estructuras en la Vía Láctea, como sus brazos espirales, y estructuras más pequeñas como las nubes moleculares, donde nacen las estrellas, por lo que, a través de observaciones, Yenifer logró identificar patrones en la distribución de materia en la galaxia y demostró cómo el campo magnético interactúa con nubes difusas de gas y polvo cerca a nuestro Sistema Solar. “El campo magnético actúa como una guía, dirigiendo el flujo de materia y condicionando el entorno donde se forman las estrellas”, detalla.
Pero, lejos de lo que podría creerse, este proyecto no solo aporta al entendimiento de la estructura galáctica, sino que también tiene implicaciones para la astrobiología. “Comprender cómo se forman las estrellas y los sistemas planetarios es esencial para buscar vida en otros lugares del universo”, afirma la investigadora cuyo trabajo está en la vanguardia de la investigación astronómica y contribuye a desentrañar el complejo rompecabezas de la formación cósmica.
Explorando el campo magnético galáctico
El tercer estudio de Yenifer también fue desarrollado en la Universidad de Radboud —donde trabajó hasta hace poco ya que a inicios de octubre se mudará a Suecia para iniciar su posdoctorado—, es complementario a su segunda investigación, y aborda uno de los temas más novedosos y difíciles del medio interestelar: el campo magnético de la galaxia. “El campo magnético es invisible, pero su influencia es fundamental”, comenta. “Afecta a la materia que se mueve en el espacio y juega un papel crucial en la evolución de la galaxia”.
Para abordar este desafío, Yenifer ha utilizado una variedad de trazadores del medio interestelar y del campo magnético. “La idea es observar cómo la materia interactúa con el campo magnético y cómo esta interacción afecta a la dinámica del medio interestelar”, explica. Y así, utilizando datos de diferentes longitudes de onda, ha logrado mapear el campo magnético y comprender mejor su estructura y comportamiento.
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Los resultados han sido sorprendentes. Yenifer ha encontrado que el campo magnético de la Vía Láctea no es estático: cambia dependiendo de las propiedades del medio interestelar, desde el medio difuso hasta las nubes densas y turbulentas de gas y polvo. “Esta investigación tiene implicaciones para entender el rol que tiene el campo magnético en muchos procesos claves de la Galaxia, desde la formación de estrellas hasta la estructura de la Vía Láctea”, sostiene. Los descubrimientos de Yenifer en esta área, que están por publicarse, han demostrado que el campo magnético puede ser un factor determinante en la formación de estrellas y la estructura general de la galaxia.
Un futuro que brilla, resplandece e inspirando a nuevas generaciones
La historia de Yenifer Angarita Arenas es un testimonio de dedicación y pasión por la ciencia. Su trabajo no solo contribuye al avance del conocimiento astronómico, sino que también inspira a nuevas generaciones de científicos. “Siempre he creído que la educación es clave. Quiero compartir mi amor por la ciencia y mostrar a los jóvenes que es posible hacer descubrimientos significativos”, afirma.
Por eso también se involucra en programas de divulgación científica y es parte del equipo de mentorías de la Red de Estudiantes Colombianos de Astronomía (Reca), para estudiantes de la UdeA y del país, donde comparte su experiencia y conocimiento con estudiantes de diversas edades: “Es gratificante ver cómo la curiosidad por la astronomía despierta en los jóvenes. Ellos son el futuro de la ciencia, y es nuestra responsabilidad guiarlos”, dice. Por eso, a menudo visita colegios y comunidades con el fin de contagiar en ellos su pasión por la astronomía.
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Además de su trabajo de investigación, Yenifer colabora con otros científicos en proyectos internacionales, lo que le ha permitido intercambiar ideas y establecer redes de trabajo con colegas de diversas partes del mundo, y convencerse de que “la colaboración es fundamental en la ciencia, ya que cada encuentro, cada conversación, puede abrir nuevas puertas y generar nuevas ideas”.
Lo cierto es que a medida que ella continúa su camino en la investigación, su historia es un recordatorio de que el universo está lleno de misterios esperando ser descubiertos, pues con cada estrella que estudia y cada dato que analiza, contribuye a una comprensión más profunda de nuestro lugar en el cosmos.
Un legado de curiosidad y pasión por la ciencia
La trayectoria de Yenifer Angarita Arenas es un reflejo de la pasión y la dedicación que caracterizan a aquellos que se atreven a explorar lo desconocido. Su viaje no ha estado exento de desafíos, ha enfrentado la incertidumbre de la investigación, la falta de recursos y la competencia en el ámbito académico. No obstante, cada obstáculo ha sido una oportunidad para crecer y aprender. “La ciencia es un camino lleno de altibajos”, concluye. “Pero es precisamente en esos momentos difíciles donde encontramos las lecciones más valiosas”.
A medida que Yenifer mira hacia el futuro, su mirada está fija en las estrellas. “Quiero seguir investigando, seguir aprendiendo y contribuir al conocimiento humano”, afirma con determinación. Su historia no solo es un homenaje a la curiosidad científica, sino también un llamado a todos aquellos que sienten el impulso de descubrir, entender y dejar su huella en el vasto universo que nos rodea, por eso, continuará su investigación del campo magnético en un posdoctorado en la Universidad Tecnológica Chalmers, en Suecia.
