Aunque el mundo está encantado con las increíbles imágenes que ha dejado la tormenta solar más poderosa en una década y que azota la Tierra desde este viernes, también existe un temor en quienes han escuchado que esta tormenta geomagnética, que no ocurría desde 2003, puede afectar a los satélites, los dispositivos electrónicos y las redes eléctricas en los países donde no se está acostumbrado a vivir este tipo de fenómenos.
La tormenta solar o tormenta geomagnética fue originada por un tren de erupciones solares al inicio de esta semana y que enviaron material eyectada o eyección de masa coronal –grandes emisiones de plasma y campos magnéticos desde el Sol– en dirección hacia la Tierra. La interacción de todo ese material solar con el planeta es lo que se llama una tormenta geomagnética.
A diferencia de las erupciones solares, que viajan a la velocidad de la luz y son capaces de alcanzar la Tierra en ocho minutos, las eyecciones de masa coronal viajan a un ritmo más lento, de 800 km por segundo.
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La magnitud de esta tormenta es tal que países en los que no se está acostumbrado a presenciar estos fenómenos, por su latitud, se están generando auroras boreales, como en el norte de Europa, Australasia, o por no ir muy lejos, en Canadá y algunas regiones de Estados Unidos, en el norte de América; y en Chile y Argentina, en el sur del continente.
Juan Camilo Buitrago Casas, físico y magíster en Astronomía de la Universidad Nacional de Colombia (Unal), quien actualmente trabaja en California (Estados Unidos) adscrito a la Universidad de Berkeley, explica que lo típico en estos fenómenos es que se presencien en países de latitudes altas, es decir, por encima de los 80° (de acuerdo a la medición de 0° en el Ecuador a 90° en los polos).
“Sí se están viendo auroras boreales en países más bajos en latitud, pero siguen siendo latitudes medias. La aurora reportada anoche (viernes) en la latitud más baja fue entre 28° y 30° y se espera que sea igual hoy (sábado) y mañana (domingo)”, indica.
En el caso de Colombia, Buitrago sostiene que este fenómeno no se observa en el país, precisamente, por su cercanía al Ecuador. “La zona norte de Colombia está a unos 11°, 12° de latitud norte, entonces aún está muy por debajo de 30° que fue la latitud más baja en la que se ha podido ver”.
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Por ese nivel tan bajo en la latitud en la que se puede ver las auroras a causa de la tormenta solar es que ha surgido el temor de que existan riesgos de cambios en el campo magnético de la Tierra y que esto afecte a los satélites, dispositivos tecnológicos, entre otros, tal y como sucedió en octubre de 2003 –la última vez que ocurrió un hecho similar– en países como Suecia, donde se registraron apagones, y en Sudáfrica, donde ocurrieron daños en la infraestructura energética.
De acuerdo con la Agencia AFP, los campos magnéticos asociados con las tormentas geomagnéticas inducen corrientes en los conductores largos, incluidos los cables de energía, lo que puede provocar apagones. También pueden producirse impactos en la comunicación por radio de alta frecuencia, GPS, en naves espaciales y satélites.
Aunque no descarta que esto puede suceder, el físico y magíster en Astronomía señala que, por los avances que se tienen, se pudo anticipar la ocurrencia de la tormenta solar, razón por la cual gobiernos y grandes compañías estaban preparados para este fenómeno. “Además, los satélites tienen electrónica que soporta este tipo de radiación y los que no, se apagan”, agrega Buitrago.
La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos, por ejemplo, indicó que, aunque tomaron medidas, “no anticipa ningún impacto significativo en el sistema de espacio aéreo del país”.