De acuerdo con informe publicado esta semana por en la revista académica Geochemical Perspectives Letters, el polvo lunar que recogieron astronautas del Apolo 17 en la década de 1970 reveló que la Luna es 40 millones de años más antigua de lo que se creía.
Las muestras fueron recogidas, en 1972, en la superficie lunar por los astronautas Eugene Cernan y Harrison Schmitt.
“Estos cristales son los sólidos más antiguos hasta ahora conocidos que se formaron tras el impacto gigante. Y como sabemos la antigüedad de estos cristales, sirven de anclaje para la cronología lunar”, afirmó en un comunicado Philipp Heck, autor principal del estudio y conservador Robert A. Pritzker de Meteorología y Estudios Polares del Museo Field de Historia Natural de Chicago.
Los primeros días de nuestro sistema solar, cuando la Tierra aún estaba formándose y creciendo, fueron caóticos, con cuerpos rocosos que colisionaban a menudo en el espacio.
Según los investigadores, en esa época, hace más de 4.000 millones de años, un objeto del tamaño de Marte chocó contra la Tierra, arrojando un gran trozo rocoso que se convirtió en la Luna. Pero los científicos han tenido dificultades para determinar con precisión la fecha de este acontecimiento crucial, señalo CNN en español.
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Investigaciones sobre el origen de la Luna apuntan a que la energía del impacto de un objeto del tamaño de Marte contra la Tierra fundió la roca que acabaría formando la superficie lunar.
“Cuando la superficie quedó fundida de esa manera, los cristales de circón ya no podían formarse y perdurar. Por tanto, los cristales de la superficie lunar debieron formarse después de que se enfriara el océano de magma lunar”, explica Heck, que también es director del Negaunee Integrative Research Center del museo y profesor del departamento de Ciencias Geofísicas de la Universidad de Chicago.
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“De lo contrario, se habrían fundido y sus firmas químicas se habrían borrado”.
De paso, se permite constatar que las muestras recogidas por Eugene Cernan y Harrison Schmitt sí son reales y corresponden a la superficie lunar, lo que desmiente una gran cantidad de teorías conspirativas de que el hombre realmente nunca llegó a la Luna y todo se trató de un montaje cinematográfico.