Hace 30 años, Jeff Bezos, el fundador de Amazon, entendió que el mundo estaba cambiando, y a eso le apuntó: a sacarle el máximo provecho a la tecnología. Lo que empezó como un emprendimiento de venta de libros por Internet desde un garaje en la ciudad de Seattle, en Estados Unidos, ahora es una de las compañías más valiosas del mundo.
En 2020 se convirtió en la persona más rica del planeta con una fortuna que en ese momento superaba los 117.000 millones de dólares, según Forbes. Un emprendedor e innovador. Eso es Bezos, quien en 2014 fue clasificado como el mejor CEO del mundo por Harvard Business Review.
“En este momento veo a Amazon en su punto de mayor innovación, creando un momento óptimo para la transición”, dijo Bezos en un comunicado el pasado 2 de febrero, cuando anunció que dejará el cargo de CEO de Amazon desde el tercer trimestre de 2021. La persona que tomará el liderazgo de la compañía será Andy Jassy, actual director ejecutivo de Amazon Web Service.
Cuando un CEO renuncia es noticia porque pueden llegar a cambiar las visiones estratégicas de una empresa, en este caso Amazon. La compañía creció bajo la sombra de este líder que representa la esencia. Pero, ¿por qué es tan importante esta figura en las organizaciones?
¿Qué es un CEO?
Es la sigla utilizada en inglés para referirse al “Chief Executive Officer” de una empresa, que se traduce al español como “director ejecutivo”. Es la persona encargada de dirigir la orquesta y quien debe asegurar que cada instrumento funcione bien, en armonía y en el momento justo.
Según Jorge Alberto Calle D’Alleman, decano de la Escuela de Economía, Administración y Negocios de la Universidad Pontificia Bolivariana, este término se empezó a implementar desde hace diez años cuando las corporaciones comenzaron a transformar sus visiones y se interesaron por los mercados internacionales, y más cuando se habla de la Cuarta Revolución Industrial.
Agrega que al hablar de presidente, director o CEO de una empresa se hace referencia al mismo cargo directivo, es cuestión de nombre. “CEO es el presidente de una gran compañía, en muchos casos de un conglomerado o un holding que agrupa diferentes negocios de un corporativo”.
El CEO carga en sus hombros dos grandes retos: el primero es responder a la junta de la empresa sobre la implementación y el seguimiento de la estrategia de negocio. El segundo, asegurar el desarrollo del talento humano para lograr los objetivos planteados.
“Es designado por la junta para que lidere los caminos de la organización. Es el responsable del ordenador del gasto. Esta función la puede delegar en otras personas, sobre todo en compañías grandes. Los equipos de innovación y desarrollo le presentan las propuestas y él es quien aprueba”.
Antes el CEO era visto como la parte más alta de la pirámide en una organización, pero esta estructura se modificó, dice Aldo Cívico, antropólogo y especialista en liderazgo. “Esta función del líder máximo cambió porque su reto y responsabilidad es asegurar que los equipos tengan los recursos y la oportunidad de resolver desafíos de manera autónoma e inmediata”. Por ejemplo, antes era “como un monarca”, ahora es un director de orquesta que se preocupa por llevar una comunicación más horizontal, es cercano, rápido y flexible.
La velocidad con la que avanzan los negocios y la tecnología le exige cada vez más a las compañías transformar sus maneras de operar para estar a la vanguardia. Esto incluye el cambio de pensamiento de los CEO, los encargados de marcar el horizonte.
“Mientras más se puedan apropiar de la tecnología para mejorar los procesos y resultados de la organización es mucho mejor. No necesariamente tienen que ser expertos en Inteligencia Artificial, analítica o Big Data, pero sí deben comprender cómo usar esas tecnologías para generar mayor productividad y competitividad empresarial”, dice Calle.
Un CEO es un facilitador. Entre sus cualidades está promover la voluntad de los empleados para que sean autónomos en la toma de decisiones. En sus manos está que se sientan líderes.
Un líder
De acuerdo con Cívico, escoger un CEO es un proceso largo que incluye entrevistas y pruebas. La búsqueda comienza con una Headhunter o empresa cazatalentos, basada en indicaciones y perfiles creados por la junta directiva. La personalidad y capacidad de liderazgo de los candidatos es clave.
Unas veces este cargo es designado a un directivo que lleva una trayectoria destacable dentro de la compañía. En otras ocasiones, el mismo dueño asume el cargo, sobre todo en las primeras generaciones de las empresas familiares. “Hay unos que se caracterizan por ser los expertos en el tema, los que se las saben todas, y hay otros que se inclinan más por ser facilitadores, líderes y servidores que promueven la creatividad y el trabajo colaborativo”.
El experto en liderazgo añade que un CEO que no entienda el contexto ni logre conectarse con su equipo “no es un buen líder”. Dice que debe saber manejar las emociones “para enfrentar las presiones, mantener la lucidez e inspirar para un propósito superior, lo que se conoce como inteligencia espiritual”.
Además, debe tener otra habilidad: pensamiento sistémico. Cívico lo define como la capacidad para entender las complejidades que involucra a la compañía. Un caso para ilustrar esto es, por ejemplo, la empresa estadounidense de ropa Patagonia que produce algodón ecológico para mitigar los impactos ambientales.
Por su parte, Calle agrega que estos líderes deben tener enfoques específicos dependiendo del tipo de compañía, sin dejar a un lado las otras funciones que desempeñen. “Hay unos innovadores y otros más orientados hacia el mercado o la excelencia operacional”.
“Deben estar enfocados en la estrategia de largo plazo y crecimiento de la organización, mirar el entorno competitivo y saber cómo le saca partido, estar muy al tanto de las comunicaciones de la gestión a los grupos de interés como los proveedores, colaboradores, banca, el Estado y las comunidades”.
A estas habilidades se suma, además, la capacidad para generar escenarios de encuentro en el futuro, especialmente, en estos tiempos en los que es necesaria una mayor empatía para la resolución de conflictos. Se convierte en un referente para sus colaboradores.
“Sin lugar a dudas tiene que ser una persona que logre comunicar de forma efectiva e inspirar a sus funcionarios y clientes, que genere confianza en los inversionistas, que sepa usar los dos lados del cerebro: la estrategia y la operación”, comenta Patricio Espinosa, gerente general de IBM Colombia, Venezuela y Región Caribe.
Los expertos consultados coinciden que cualquier profesional puede aspirar al cargo de CEO, pero necesariamente debe tener conocimientos específicos en las áreas de organización y gestión, de tal manera que pueda cumplir los objetivos corporativos.
Por una meta
Aunque un CEO debe contar con el conocimiento y la experiencia en su sector, es necesario que se entrene racional y emocionalmente para asumir este cargo de liderazgo. Que se “ejercite” como lo hace un atleta de alto rendimiento.
Mariana Restrepo, directora ejecutiva de la firma cazatalentos ‘Marble Headhunter’, encargada de buscar CEOs en Colombia y otros países de Latinoamérica, señala que actualmente las organizaciones están exigiendo líderes que tengan claros los desafíos de cada mercado.
“Dependiendo de la cultura organizacional y la visión de la empresa se requiere un CEO con competencias como flexibilidad, adaptación al cambio y la comprensión del negocio. Siempre se ha venido trabajando la conexión emocional a través de plataformas, el autocontrol y el respeto por el otro” .
TRES CARACTERÍSTICAS DE UN CEO
1. Comunica de manera asertiva para lograr una mayor confianza con sus colaboradores y clientes.
2. Permite a los equipos encontrar soluciones y promueve la autonomía de los empleados.
3. Entiende la complejidad del negocio y los mercados; sabe adaptarse a los cambios.