¿Qué tienen en común las cuencas hidrográficas de ríos del Combeima, en Tolima, del río Aburrá, en Antioquia, la ciénaga de mallorquín, en Atlántico, o el río Garrapatas en Valle? Que hoy en estos sitios muchas comunidades trabajan manera silenciosa para cuidar el medio ambiente y de paso, la biodiversidad que los rodea.
Y también ocurre una especie de milagro: están creciendo árboles nativos que permiten recomponer y reparar el paisaje para que vuelva a su condición original.
En términos ambientales este proceso se conoce como restauración ecológica, y es el propósito que tiene el programa ReverdeC, una iniciativa voluntaria de Celsia, empresa de energía del Grupo Argos, que se puso como meta sembrar, entre 2016 y 2025, 10 millones de árboles nativos en Colombia, meta que ya fue superada, pues alcanzó los 13 millones de árboles sembrados.
Entonces, Celsia decidió ampliar su meta y ahora espera sembrar 50 millones de árboles al 2023, de modo que se puedan proteger las cuencas hídricas.
“La crisis de agua del 2015/16 nos inspiró para crear ReverdeC. Este es un programa voluntario que nos soñamos en Celsia como una manera de proteger el agua y los ecosistemas, iniciamos en el Valle y hoy ya estamos en tres departamentos más”, recordó Ricardo Sierra, líder de Celsia.
Para el directivo, lograr los 50 millones de árboles sembrados no será una tarea fácil, “pero de la mano de las comunidades y aliados seguro lo vamos a lograr. Hemos llegado a lugares impensados con el entusiasmo de las comunidades y son ellos los que hoy nos ayudan a cuidar todos esos árboles que están creciendo y protegiendo el agua”.
Más allá de las cifras
Cuando se hablan de millones de árboles, es difícil entender la magitud de lo que significa un programa como Reverdec. Pero las comunidades sí que lo han entendido, pues viven en carne propia la transformación de los bosques.
En la cuenca del río del Cartama en Antioquia, por ejemplo, volvieron los osos de anteojos que antes eran comunes y hoy están considerados en vía de extinción. “Desde que reforestamos esos predios, el oso ha vuelto a buscar comida pues son casi dos hectáreas nuevas sembradas con árboles frutales y de lo más pudiéramos para que cuando el oso pasara por allí viera y comiera”, cuenta Nury Cardona, de Támesis, Antioquia, quien llamó a toda la comunidad para que se unieran al programa apoyando las siembras.
También apareció el tigrillo (Leopardus tigrinus) en la cuenca alta del río Riofrío, en el Valle del Cauca, en un predio reforestado en la zona de amortiguación del Parque Natural Regional Páramo del Duende. Y se han vistoTayras (Eira barbara), también conocidos como viejos de monte, en diversos predios restaurados con el programa en las cuencas del río Garrapatas y Riofrío – Valle del Cauca.
Los esfuerzos de Celsia por ser una empresa cada vez más verde, no paran ahí, en los últimos cuatro años, Celsia, la filial de energía del Grupo Argos, disminuyó en un 76% las emisiones de gases de efecto invernadero, gracias al uso de energías renovables como la solar, la hídrica y la eólica, con lo que ha disminuido el consumo de combustibles fósiles para la generación eléctrica y ha ajustado su operación para ser más eficiente.
Gracias a esto, el Icontec certificó este logro y ahora es una compañía de energía carbono neutral por la reducción y la compensación de emisiones de los últimos años y declaradas en 2021. Es de anotar, que Celsia se anticipa a la meta planteada para Colombia en alcanzar este objetivo planteado para el año 2050. Además, la empresa hace parte del sector eléctrico por la carbono neutralidad.
“Lo que otras empresas del mundo se proponen para el futuro, Celsia ya lo ha logrado. Ser una empresa de energía carbono neutral es un hito relevante, porque nos permite concretar el aporte a la mitigación del cambio climático”, aseguró Sierra.
Protegen 6.000 hectáreas de 41 cuencas geográficas del país
Solo el año pasado, Celsia sembró más de 12 millones de árboles en más de 6.000 hectáreas de 41 cuencas geográficas, ubicadas en Valle, Antioquia, Tolima y Atlántico.
Los resultados de esta estrategia se reflejarán en el aumento de las coberturas forestales, de los caudales de los ríos, de la biodiversidad y de la restauración de corredores biológicos. Son más de 300 especies nativas sembradas como arrayanes, nogales, vainillos, nacederos y guadua. Estas especies son protectoras de las cuencas, aportan nutrientes a los suelos, producen forrajes ricos en nitrógeno y otras son frutales.
Para contribuir con la preservación de los ecosistemas, también se siembran diez especies de árboles que se encuentran en categoría de amenaza: Algarrobo, Roble, Cedro Negro, Comino, Caoba, Cedro de altura, Cedro rosado, Sangretoro, Pino colombiano y Olor.
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