Los narcos colombianos han entrado en fase de manipulación genética. Han conseguido alterar la planta de coca hasta tal punto que la han hecho gigante e hiperresistente, ya que tiene capacidad para adaptarse a distintas alturas y aguantar sequías extremas.
La lucha contra este negocio ilegal se torna cada vez más difícil y desigual por más que el Estado se aplique en combatir los cultivos. Si se extienden por más territorios y consiguen su fin último, que es producir más alcaloide de cada hoja, el panorama puede ensombrecerse