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La Universidad de Antioquia es garantía de futuro para miles de colombianos, cuidarla es obligación de todos.
Por María Bibiana Botero Carrera - @mariabbotero
En Colombia existen 64 Instituciones de Educación Superior oficiales: 34 universidades y 30 Instituciones Técnicas y Tecnológicas. Por citar solo algunas, entre la Universidad Nacional de Colombia, la del Valle, la Universidad Industrial de Santander y la de Antioquia, atienden más de 150 mil estudiantes en todo el país.
Con 37.544 estudiantes matriculados en 244 programas académicos de pregrado y posgrado en sus 14 sedes a lo largo del territorio, la de Antioquia es la IES más grande del Departamento. Es, además, pilar de la formación académica y profesional en nuestra región, que gradúa profesionales de todos los departamentos de Colombia.
Hoy el Alma Mater de muchos antioqueños se encuentra en una crisis financiera. Para funcionar en 2024, esta Institución requiere más de un billón seiscientos mil pesos ($1.667.143.000.000), lo que significa un 2,53 % de aumento frente al 2023. Sin embargo, sus deberes aumentaron en mayor proporción: la obligación de implementar la política de gratuidad del Gobierno Nacional, ampliar la cobertura de programas, llegar a más regiones y ofrecer nuevos cupos para dar cumplimiento a las iniciativas del Plan Nacional de Desarrollo, significan más funciones con menos recursos. Sin financiación de la operación es imposible prestar el servicio educativo.
En la U. de A. los ingresos se distribuyen así: la Nación aporta entre el 42 y 45%; el Departamento mantiene su promedio histórico del 4%; un 38% aportado por la Universidad con recursos propios por venta de servicios y un 7% correspondientes a estampilla e IVA. Aquí una verdad: las universidades oficiales dependen del giro de recursos por parte del Ministerio de Educación.
A julio 31 de 2024, y de acuerdo con el informe de ejecución presupuestal del Ministerio de Educación, de 10.2 billones, solo se habían ejecutado 2,3 billones en los rubros destinados a la educación superior. Para septiembre, el déficit ocasionado por falta de los giros de la Nación a las IES del país llegaba a los 850 mil millones de pesos. Menos activismo, más administración.
La crisis financiera de la Universidad de Antioquia y de las demás universidades públicas reside, principalmente, en el modelo de financiamiento estatal de las universidades públicas y en el incumplimiento en el giro de las transferencias. En la Universidad nunca se habían visto pagos escalonados de nómina, como ha sucedido dos veces este año, ni el atraso en pagos a proveedores que hoy alcanza los $20 mil millones de pesos, con facturas por encima de 60 días.
La Universidad de Antioquia ha gozado de libertad de pensamiento y cátedra sin importar la filiación política de los gobiernos nacionales y regionales de turno, que siempre han honrado sus compromisos. Resulta paradójico que, en el primer gobierno progresista de la historia de nuestro país, se presente una crisis financiera de tal magnitud en una institución insignia para la educación pública en Colombia.
Nos unimos al llamado de la Bancada Antioqueña para que, entre todos, gobiernos Nacional, Departamental y Distrital, se encuentren soluciones urgentes que garanticen el funcionamiento de la Universidad en el corto y mediano plazo.
La Universidad de Antioquia es garantía de futuro para miles de colombianos, cuidarla es obligación de todos.
*Presidenta Ejecutiva Proantioquia