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Y como parte del equipo principal de investigadores, se encuentra una mujer colombiana, una paisa. Calladamente, Marcela Otálora, del programa de capacitación en terapia con MDMA, hizo parte de este hito.
Por Adriana Correa Velásquez - adrianacorreav@atajosmentales.com
Como una premonición, Tim Ferriss, el inversionista y estelar podcaster, dijo ante los 12.000 asistentes —casi todos estadounidenses— del congreso de ciencia psicodélica más grande que se haya celebrado hasta la fecha (Psychedelics Science, 2023), que miráramos hacia Australia. Lo dijo el jueves 22 de junio. Una semana después, este país arrebataba los titulares de toda la prensa mundial, al convertirse en el primero en legalizar la prescripción de MDMA (más conocida como éxtasis) y la psilocibina (hongos mágicos) para tratar el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y la depresión resistente al tratamiento. La noticia sorprendió incluso a los académicos y científicos de la nación más grande de Oceanía. La era de la post prohibición de los psicodélicos había llegado.
Los científicos australianos enviaron una carta al organismo encargado de la aprobación de medicamentos y terapias, quejándose por no haber sido incluidos en el análisis que condujo a cambiar la clasificación de estas sustancias, pasando de prohibidas a controladas, lo que permitirá a los médicos y psiquiatras autorizados recetarlos. Y es que, si se echa un vistazo al estudio principal que hizo posible dar este salto, se observa que las universidades que llevaron a cabo la investigación llamada Terapia asistida con MDMA para el TEPT grave: un estudio de fase 3 aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo, eran de Estados Unidos, Canadá e Israel. Y quien lideró, coordinó y gestionó los recursos para todos los equipos, fue la Asociación Multidisciplinaria de Estudios Psicodélicos (MAPS), con sede en Estados Unidos. MAPS es el jugador que ha impulsado con más fuerza el ecosistema científico que trabaja con estas sustancias. Fueron ellos quienes financiaron el ensayo clínico que acaba de permitir este brinco en regulación. Y como parte del equipo principal de investigadores, se encuentra una mujer colombiana, una paisa. Calladamente, Marcela Otálora, del programa de capacitación en terapia con MDMA, hizo parte de este hito. El estudio concluyó que, 18 semanas después de iniciado el tratamiento, el MDMA atenuó significativamente la sintomatología del TEPT, así como mejoró su deterioro funcional. Al finalizar, el 67% de lo pacientes ya no cumplía con los criterios de diagnóstico de TEPT, y un 33% cumplía los criterios para ser remitido. Los efectos secundarios fueron mínimos en quienes suministraron MDMA y la ideación suicida no aumentó. El estudio completo fue publicado por la revista científica Nature. El paso siguiente se espera que lo de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, FDA, en 2024.
Lo que acaba de suceder es toda una promesa para los millones de personas que sufren por años con el estrés postraumático o un tipo de depresión que no mejora con los medicamentos psiquiátricos. Si pudiéramos imaginar por una vez a Colombia dando un salto cuántico como lo hizo Australia, abriríamos una ventana de esperanza para una de las naciones más heridas del mundo: una con más de 24.000 exmilitares, más de 12.000 mutilados por minas antipersona y 9 millones de víctimas por el conflicto armado. ¿Alguien se atreve?