Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
Me cansé de ustedes. Se volvieron previsibles, anodinos, repetitivos, francamente unos loros que repiten el mismo discurso y no se están dando cuenta de absolutamente nada- ¡Qué tristeza!-.
-¿Quiénes?-, le respondí a una estratega política a la que suelo mandarle mis columnas para debatirlas.
-Ustedes, los columnistas de opinión, la oposición. Usted, Mauricio Cárdenas, Vargas Lleras, los políticos opositores, Ramiro Bejarano, Felipe Zuleta, Melquisedec Torres. Petro se les ha vuelto una enfermiza obsesión, como Uribe se le volvió a Coronell. Dicen lo mismo, de forma distinta, pero ya ni suman. Creo que ya ni los leen, o si los leen, es el mismo circulito-, me respondió. -Dime, si les quitan a Petro, ¿de qué escriben? ¿Qué le están diciendo a la gente, más allá de lo que todo el mundo ya sabe, que Petro es un desastre?-
Aunque la discusión continuó, y no quise darle la razón, me quedé pensando un buen rato en lo que me dijo. Suelo acumular periódicos en mi casa; por ahí dejo guardados los de dos meses -EL TIEMPO, El Espectador, El Colombiano, Portafolio, La República y el Nuevo Siglo-. Llegué a mi casa y comencé a ver las páginas editoriales, y sí, más del 80% de los columnistas critican a Petro. Entré a las redes sociales de los candidatos opositores y lo mismo: Petro, Petro, Petro.
Semana tras semana estamos buscando cómo cascarle al mandatario, creyendo que solo así vamos a socavar el apoyo popular que tiene entre su base. Y estamos logrando todo lo contrario. Su base no solo se mantiene, sino que personas que se habían alejado, se acercan nuevamente a él porque creen que no lo están dejando gobernar.
Quizás lo que no hemos querido ver es que Petro se desacredita solo. No hay que atacar a un personaje que semana tras semana es su propio enemigo. ¿Qué hacer entonces? Aunque es difícil ignorarlo, lo que procedería es hablar de los problemas del país, recorrer el territorio y escuchar a quienes lo están perdiendo todo, y explicar lo que está pasando sin personalizarlo en el Presidente.
La obsesión con Petro nos está llevando a unos niveles de frustración inimaginables, a no poder pensar sobre estrategias más efectivas de hacer oposición. Y mientras, en medio de esa confusión, de jugar la partida que nos pone el mandatario, Gustavo Bolívar, María José Pizarro y Daniel Quintero van, piano piano, creciendo en las encuestas. Y no, no estoy loco. Empresas internacionales de sondeos contratadas por empresarios colombianos muestran justamente eso.
Quizás la lectura de la estratega duela, sea un poco injusta, pero está diciendo una verdad de libro. Nos convertimos en una caja de resonancia que dice lo mismo y no propone nada. La realidad es que los columnistas no estamos moviendo la aguja y los políticos opositores no están haciendo nada por enamorar, no dan razones de peso para que la gente mamada de Petro encuentre en ellos la luz al final del túnel. No hacemos, sino ahondar la incertidumbre, pero sin respuesta alguna.
