Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
En tan postiza e inútil reunión, el desgobierno planteó supuestamente el tan cacareado y gaseoso “acuerdo nacional”, en el que uno de los temas es intentar aumentar la productividad del país, pero en alianza con la “oligarquía”, a quien tanto detesta.
Por Juan David Escobar Valencia - opinion@elcolombiano.com.co
La alergia al delicioso y rico cacao es infrecuente, pero los registros médicos indican que no es imposible. Los casos más comunes son por “inhalación”, pero también hay indicios de que la presencia en el chocolate de teobromina y cafeína, que tan poderosamente adictiva resultó ser, puede provocar síntomas pseudoalérgicos que se reportan como alérgicos.
La semana anterior vimos otro inútil episodio en el que quien desgobierna al país, y parte de su séquito, se reunieron a manteles, y a conversa, con parte de los llamados “cacaos” del empresariado nacional. Fue divertido ver como el nuevo inquilino del archipiélago del Rosario intentaba ocultar su animadversión y alergia al saludar, aparentemente complacido, a tantos ejemplares del cacao oligárquico criollo que tanto desprecia. Supongo que el tinto después del almuerzo lo endulzó con loratadina.
Viendo las imágenes recordé una historia. En Apartadó, Antioquia, vivía o vive, no puedo asegurar lo último, un personaje conocido por su singular forma de saludar a conocidos y extraños. Se acercaba a ellos, y en vez de extender el brazo por la espalda de la persona para abrazarla, con su mano abierta como si quisiera indicar el número 5, la ubicaba en un extremo de la espalda y luego iba desplazándose hacia el otro extremo, como midiéndola a punta de cuartas. Este tipo de saludo tenía explicación cuando después te enterabas de que era dueño de una funeraria, y seguramente le interesabas más muerto que vivo.
En tan postiza e inútil reunión, el desgobierno planteó supuestamente el tan cacareado y gaseoso “acuerdo nacional”, en el que uno de los temas es intentar aumentar la productividad del país, pero en alianza con la “oligarquía”, a quien tanto detesta y calificó en el pasado como: “sectaria, atrasada, feudal, dogmática y asesina”. Oligarquía que también “generó y construyó” a Pablo Escobar, pero que no resultó ser tan indigno para no recibirle varios millones de dólares para atacar al Palacio de Justicia.
A los marxistas no les interesa negociar con los malditos ricos empresarios que explotan al pueblo oprimido. Como dijo Marx: “solo hay una manera de acortar, simplificar y concentrar las agonías asesinas de la sociedad y la agonía sangrienta del parto de la nueva sociedad, y ese es el terror revolucionario”. Pero hay que disfrazar el asunto hablando de pactos sobre temas tan “bien vistos” como la “productividad”, del que se llenan la boca hablando pero lo desconocen o lo que saben es falso. Es una vergüenza que a quien no sabe de economía le otorguen un cartón de economista. Pero hay varios tipos de cartón, uno de ellos se conoce como “cartón paja”, que trasladándolo al campo educativo es el cartón que dan para poder hablar paja con soltura.
¿Saldrá de esta payasada algo viable sobre productividad cuando el promotor del acuerdo, con quienes cree culpables de todos los males, tiene en su cabeza la surrealista “idea” que el “incremento del salario real aumenta la productividad”? Los salarios son más el reflejo de la productividad que lo contrario.