Esto, aclaró, no solo aborda aquellas labores que son remuneradas económicamente, sino también tareas en el hogar por más de 15 horas a la semana no remuneradas.
Si bien esta incidencia bajó en comparación con el 2022, cuando fue del 11,1%, el LEE cuestionó que “una proporción considerable de niños y, en especial, niñas están involucradas en labores domésticas no remuneradas”.
Esto, continuó, no se estaría reflejando en la tasa de trabajo infantil, y sería una situación que amplía la brecha de género, pues afecta principalmente a las niñas, quienes no pueden llevar a cabo su formación académica.
De hecho, el trabajo infantil en niñas tiene una incidencia del 12,7%, mientras que en los niños es del 7,5%.
“Las principales razones por las que los niños y niñas trabajan son la necesidad de contribuir a la economía familiar y ayudar en las tareas del hogar. Los investigadores indican que, en muchos casos, una vez los menores se retiran del colegio y empiezan a hacer dinero, es muy difícil que regresen”, dijo el LEE.
“No solo el trabajo infantil, sino el reclutamiento de menores por parte de grupos armados, la exposición al consumo de sustancias psicoactivas, el embarazo adolescente y la explotación sexual, entre otros, son los riesgos a los que están expuestos los menores en Colombia”, afirmó Gloria Bernal, directora de LEE de la Javeriana.