Pasadas unas semanas desde que el Gobierno anunció el inicio del proceso de compensación de combustible para conductores de taxi, debido al incremento en el precio de la gasolina, los expertos están lanzando sus primeros análisis sobre la propuesta, que a primera vista creen inconveniente porque terminaría subsidiando a los más pudientes.
Antes de explicar el porqué, hay que recordar que la compensación anunciada equivaldría a un subsidio mensual de entre $90.000 y $120.000, el cual se entregaría a través del Banco Agrario y Fiduagraria a 190.000 taxistas cuyos vehículos usan gasolina.
Para el centro de estudios económicos Anif existen varios reparos, pues si bien la idea se está terminando de estructurar, a priori terminaría beneficiando a un segmento que no lo necesita: el de mayores ingresos. Esto, por tanto “más del 70%” de los usuarios de taxi en Colombia se concentran en la población de más ingresos.
La afirmación viene de un análisis que la Anif realizó con base en la Gran Encuesta Integrada de Hogares del Dane, y a su juicio, el aumento en el precio de la gasolina para los taxistas debería compensarse vía demanda, es decir, debe analizarse una subida en las tarifas.
“Ante esta última alternativa, el gremio de taxistas ha argumentado que subir la tarifa de las carreras los hace menos competitivos frente a las plataformas de movilidad. Sin embargo, lo que ya se ha visto en plataformas que ofrecen servicios de movilidad es que ha habido un aumento en sus tarifas de entre el 7% y el 13%”, anotó el centro especializado, quien además ve margen en el país para efectuar dichos ajustes (ver gráfico).
Más incógnitas
Por su parte, el exviceministro de Hacienda, Juan Alberto Londoño, también expresó algunas dudas. Por ejemplo, que el Gobierno no tiene facultad para dar esta compensación, pues primero debe estar autorizada por una ley; y segundo, que no se ha aclarado si se dirigiría a los dueños de los taxis o a los taxistas, ni cómo se identificarán los beneficiarios.
“Sin embargo, al observar el trasfondo del subsidio se concluye que, en la realidad este está dirigido a los usuarios de los taxis ya que son quienes no pagarán más por el servicio (...) Si se observa la capacidad económica de quienes se movilizan en taxi, estamos subsidiando a la clase media y media alta de la sociedad y no a los menos favorecidos”, dijo Londoño en una columna publicada en el diario La República.
Según Eduardo Enríquez, viceministro de Transporte, todos los taxistas que quieran acceder a la compensación deben tener actualizados sus datos en el Runt para generar mayores controles al entregarse los recursos; así mismo, el Gobierno está haciendo un ejercicio para conocer el promedio de consumo de gasolina en las ciudades del país y estima entregar el subsidio a final de cada mes para tener mayor trazabilidad sobre ese gremio.
¿Borrando con el codo?
Para Anif, al final de cuentas esta iniciativa es “borrar con el codo lo que se hace con la mano”, pues los recursos saldrán del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc), entendiendo que los taxistas han sido quienes más han ayudado a cerrar el déficit de este último pagando más por la gasolina.
Según Anif, la compensación a los taxistas valdría $74.300 millones solo este año, los cuales se restarán de los $18.9 billones que bajará el déficit del Fepc, siendo un retroceso en la política del Gobierno para quitarse ese dolor de cabeza.
Para el centro especializado, el riesgo es que usualmente cuando se crea un subsidio “es muy difícil desmontarlo después”, y de extenderse la compensación su costo acumulado podría ser de hasta $237.000 millones el otro año, perdiendo terreno en la lucha para saldar el Fepc.
No obstante, el ministro de y Crédito Público, Ricardo Bonilla, apuntó que el Fepc “está quebrado desde hace varios años”, razón por la cual la plata para el proyecto del Gobierno saldría del Presupuesto General de la Nación (PGN).