Mientras Los Ángeles lucha contra los feroces incendios que han consumido unas 14.000 hectáreas y han evacuado a más de 150.000 personas, líderes del mundo y miembros de la Agencia Internacional de Energía Renovable (Irena) se dieron cita esta semana para discutir las capacidades de las naciones para la transición energética y la mitigación del cambio climático.
Se trata de la XV asamblea anual de Irena, el primer evento energético mundial que se celebra este 2025 y en el que se reveló que el mundo alcanzó un hito histórico al terminar el 2024 con más de 530 gigavatios (GW) de nueva capacidad de energía renovable, superando los 473 GW de 2023.
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Sin embargo, algunos de los retos están en el almacenamiento y en la creciente demanda de energía que seguirá existiendo, especialmente de industrias como la Inteligencia Artificial (IA) y los centros de datos.
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“El mundo está atravesando una rápida transformación, impulsada por un panorama geopolítico cambiante y avances tecnológicos como la inteligencia artificial”, afirmó el director general de Irena, Francesco La Camera.
Pero advirtió que, pese a estas cifras, la capacidad mundial “debe alcanzar los 11,2 teravatios (TW) para 2030”, una fecha límite para cumplir con lo acordado en la Cumbre del Clima COP28 en Dubái: triplicar la capacidad de energía renovable a nivel mundial y duplicar la tasa anual promedio mundial de mejoras en la eficiencia energética.
Los delegados que asistieron a la cumbre coincidieron en que acelerar la transición depende de priorizar acciones en torno a facilitadores clave como la modernización y expansión de la infraestructura, la adaptación de políticas y mercados, y la creación de capacidades institucionales y humanas, además de movilizar inversiones.
Esto último, puesto que la inversión mundial en energías renovables y eficiencia energética alcanzó los 0,9 billones de dólares en 2023, muy por debajo de los 3,8 billones de dólares necesarios anualmente hasta 2030.
Los desequilibrios por países
El despliegue de las energías renovables sigue siendo desigual desde el punto de vista geográfico: según datos de Irena, el 85% de la capacidad instalada se concentra en los países desarrollados y solo el 1,6% en zonas como África.
No hay que olvidar que todavía unas 700 millones de personas en todo el mundo siguen sin tener acceso a la electricidad.
“Se observa una marcada concentración de capacidad de energía renovable en ciertas regiones, mientras que otras se quedan atrás. Esto subraya la naturaleza desigual del despliegue global. A finales de 2023, Asia, Europa y América del Norte representaban casi el 85% de la capacidad instalada global”, aseguró La Camera.
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En la asamblea de Irena también participó el secretario general de la ONU, António Guterres, quien, a través de un video instó a los gobiernos a hacer una “transición rápida para abandonar los combustibles fósiles” y adoptar las energías limpias este año en sus nuevos planes nacionales de acción climática.
El directivo recalcó que los países en desarrollo y emergentes “están rezagados. Se están quedando atrás”, dado que, aparte de China, estos países solo han recibido 105.000 millones de dólares de inversión energética global desde 2016.