El panorama económico colombiano faltando pocos días para finalizar el primer trimestre de 2024 sigue siendo complejo. Los niveles de inflación y tasas de interés altos, la agenda de reformas planteadas por el Gobierno, y hasta las iniciativas de cambios regulatorios e ideas para convocar una eventual Asamblea Nacional Constituyente siguen generando incertidumbre.
Así lo explicó José Ignacio López, presidente de Anif, al término de un seminario que este tanque de pensamiento dictó el miércoles en Medellín en asocio con Fedesarrollo, sobre “Crecimiento y empleo en Colombia y Antioquia”.
En diálogo con EL COLOMBIANO, López detalló las proyecciones que tiene la entidad que él encabeza frente al crecimiento económico este año, y sobre la dinámica de las tasas de interés del Banco de la República y su visión sobre algunas ideas planteadas por el Gobierno.
¿Casi al cierre del primer trimestre de este año, cuál es la foto de la economía?
“La foto es todavía de un panorama muy complejo porque la inflación, si bien, ha cedido sigue alta y los empresarios siguen pensando en qué tipos de choques de oferta o de costos tienen que enfrentar. Diría que los choques de precios de los energéticos todavía siguen siendo muy importantes, y de manera más precisa las tarifas de electricidad y de otros servicios públicos como el gas. Esos choques siguen estando presentes en las decisiones empresariales. Tuvimos el choque del aumento en salario mínimo que ya en febrero se vio muy claro, sobre todo en el rubro de servicios, así que ese es otro reto que están enfrentando los empresarios. Y, finalmente, está el tema de tasas de interés, que si bien ya sabemos que el Banco de la República inició su ciclo de recortes, todavía este semestre va a ser poco el alivio que los empresarios verán desde el punto de vista de los costos financieros”.
¿Y qué señales da el Gobierno?
“A lo anterior se suma un ambiente de mucha incertidumbre política en el país, con la agenda de reformas económicas, los posibles cambios regulatorios y, de manera reciente, la discusión de un posible cambio constitucional”.
Justamente, los anuncios de una eventual Asamblea Constituyente, ¿qué tanto espantan a los inversionistas?
“Por ahora eso ha generado casi que una reacción nula porque los mercados entienden que falta mucho para que eso suceda. Como decimos coloquialmente, del dicho al hecho hay mucho trecho. Así que una cosa es el anuncio y otra es que esta propuesta se vaya materializando. Ahora, parece muy improbable que esta idea tenga tracción, pero se debe advertir que si eventualmente empieza a tomar fuerza seguramente sí vamos a empezar a ver unos mercados financieros mucho más nerviosos”.
Y frente a cifras como las divulgadas esta semana por el Dane de desempeño del comercio y la industria a la baja, pero indicadores como el ISE en otra tónica, ¿cómo interpretarlas?
“Lo que estamos viendo con los indicadores en lo corrido del año es que para muchos sectores el 2024 arrancó mal, es así en industria, construcción y comercio en los que se ven unos indicadores muy flojos, pero los está compensando el dinamismo relativamente resiliente del sector servicios que sigue mostrando las cifras más robustas, y una mejor cara del sector agrícola que observa aumento en algunas producciones. El panorama, en general, es mixto, porque hay sectores mostrando cifras bastante flojas y otros mostrando un poco más de resiliencia”.
En ese contexto, ¿qué esperar del desempeño del PIB en este primer trimestre del año?
“Estamos pensando que a pesar de la sorpresa positiva en enero del ISE vamos a tener una caída en el PIB en el primer trimestre. Hay que recordar que las cifras del primer trimestre de 2023, el Dane las revisó al alza, es decir, nos vamos a estar comparando con unos niveles más altos, entonces será muy difícil de que al final del primer trimestre no tengamos una caída o una cifra negativa como consecuencia de estos sectores que siguen de capa caída”.
Algunos analistas critican que el Dane aplique esos ajustes, ¿usted conviene con ellos y son válidos?
“Sí son válidos, pero no es lo ideal porque a los analistas nos está tocando no solo pronosticar el futuro, sino pronosticar el pasado y eso hace que la tarea sea más difícil, pero es entendible que las agencias estadísticas vayan revisando sus cifras en la medida que consolidan mejor la información”.
¿Las proyecciones de crecimiento económico que tiene Anif para el primer trimestre y para todo el 2024, son de qué orden?
“Para el primer trimestre estamos hablando de algo cercano a -0,6%, y a final de año estamos viendo una cifra cercana a 1%, es decir que será otro año con bajo crecimiento”.
¿En cuanto a inversión, usted que está constantemente hablando con empresarios y con potenciales inversores, qué le comentan?
“En eso hay dos conversaciones recurrentes. Una es que hay unos sectores más regulados, en los que hay mucha incertidumbre por las reglas de juego. Por ejemplo, en los sectores de obras civiles, infraestructura y energía existen grandes preocupaciones, y en el entendido que las tasas de interés vayan en descenso no va a ser tan claro que veamos una recuperación fuerte de esas actividades. Por el otro lado, en sectores que están digamos distantes a ese mundo de la regulación, como el comercio, uno ve un mayor apetito, sobre todo los jugadores más grandes que siguen teniendo a Colombia en el panorama de inversión. Creo que vamos a empezar a ver una divergencia sectorial en las cifras de inversión”.
¿Es posible saber si inversionistas interesados en hidrocarburos o en minería, siguen aquí o se han ido?
“Ese es uno de esos ecosistemas que está bajo la sombrilla de los sectores regulados y ahí las conversaciones que hemos tenido sugieren que los proyectos que estaban andando siguen en marcha, no se ha perdido dinamismo. Pero, hay una frustración enorme en la intención de nuevos proyectos, porque en el sector de hidrocarburos, al no haberse hecho una nueva ronda de exploración, esos contratos están muy limitados a las zonas que ya se habían ofrecido en algún momento y probablemente en ese frente el dinamismo de la inversión es bajo. Ahí vemos inversión que es de mantenimiento y de reposición de maquinaria y equipo, pero preocupa el faltante de inversión en nuevos proyectos”.
Hay expectativa hoy por la reunión de la junta directiva del Banco de la República, ¿qué prevé Anif?
“Los números más recurrentes son por un recorte de 50 o de 75 puntos (bajar de 12,75% a 12% o 12,25%), habría argumentos sólidos para esas dos posiciones”.
Sobre las cuentas que hace el Gobierno este año en cuanto a déficit, los ajustes al presupuesto y el proyecto para elevar el cupo de endeudamiento, ¿eso qué inquietudes genera?
“Este año, en lo fiscal, ha sido muy retador, y el comienzo fue de muy baja ejecución. El tema de la liquidación del presupuesto le agregó incertidumbre y probablemente demoró ejecución al comienzo del año. Lo que hemos dicho es que ojalá el Gobierno logre terminar con un déficit fiscal cercano al 5%, no al 5,3% que es el que anunció oficial. El asunto de ampliar el cupo de endeudamiento no debería generar ruido, la preocupación no está ahí. El cupo es para operaciones en dólares y es natural que en la medida en que el país produce déficit, se abra la necesidad de financiamiento externo”.
Pero, en ese panorama e incluso con alertas de que no se va a cumplir la regla fiscal, ¿eso en algo inquieta a las calificadoras de riesgo?
“Son preocupaciones legítimas, porque el panorama fiscal de este año se ve muy retador. Hay unas fuentes de ingresos que se programaron y no se van a materializar, como por ejemplo el arbitramento de litigios que en la revisión del Plan Financiero está llegando a unos $10 billones y es muy probable que esa cifra no se materialice. En un contexto de bajo crecimiento económicos los ingresos tributarios, tampoco logren alcanzar las metas, así que las preocupaciones son válidas, pero pensamos al mismo tiempo que el Gobierno tiene el espacio para cumplir con la regla fiscal en el entendido de que el déficit que ha programado es consistente con la regla. Lo que estamos diciendo es que ojalá el Gobierno sea más ambicioso en lograr reducir el número a final del año, porque incluso bajo el cumplimiento de la regla fiscal, se ve muy abultado y eso va a generar preocupación en las calificadoras”.