El precio del café arábigo alcanzó un máximo histórico de US$3,56 la libra en la Bolsa de Nueva York, impulsado por factores climáticos y comerciales que han tensado la oferta global. Este aumento se da pese al retiro de las amenazas de aranceles y sanciones a Colombia por parte del presidente Donald Trump.
De acuerdo con The Wall Street Journal, los futuros de café arábica han subido más del 40% en los últimos tres meses y un impresionante 79% anual, marcando un momento crítico para la industria.
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Menor oferta global y mayor consumo en Asia
Las malas cosechas en Brasil, el principal productor mundial con el 40% del mercado, y en Vietnam, que tiene una participación del 17%, han reducido la disponibilidad del grano. Por su parte, Colombia, tercer mayor productor con un 7% del mercado, también enfrenta presiones por las condiciones climáticas adversas.
Al mismo tiempo, la demanda global continúa creciendo. En China, por ejemplo, el consumo de café ha aumentado significativamente, pasando de importar 1,5 millones de sacos en 2019 a 4,3 millones de sacos en la temporada 2023-2024, según Carlos Mera, analista de Rabobank.
“La visibilidad del café ha crecido enormemente en China, con más tiendas en ciudades grandes y ahora incluso en localidades de segundo nivel”, explicó Mera.
Impacto para Colombia y llamado a la diplomacia
Colombia exporta cerca del 40% de su café a Estados Unidos, lo que representa más de US$1.100 millones en ingresos. Además, el café es el segundo producto más importado por Estados Unidos desde Colombia, detrás del petróleo.
El gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Germán Bahamón, advirtió sobre las posibles consecuencias de las tensiones diplomáticas: “Una decisión desafortunada podría causar afectaciones económicas devastadoras. La diplomacia debe prevalecer para proteger a las más de 560.000 familias cafeteras que dependen de este sector”.
La relación comercial entre ambos países ha sido histórica, y el café colombiano aporta confianza y calidad a una industria que representa el 1,3 % del PIB estadounidense.
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Mientras los precios siguen al alza, el llamado de los cafeteros y expertos es claro: evitar tensiones comerciales que afecten a este sector clave para la economía nacional. Las más de medio millón de familias cafeteras colombianas dependen de una relación comercial estable y de la competitividad en un mercado global cada vez más desafiante.
