En el 2023 se materializó un escenario de inflación persistente y desaceleración económica global sin recesión. Para la economía colombiana, los datos más recientes confirman que el país está en una fase de actividad productiva estancada y unos niveles de inversión en terreno contractivo.
Para algunos analistas económicos, se trata del inicio de un proceso de ajuste positivo, pese a la evidente desaceleración de sectores relevantes, como la industria, el comercio y la construcción.
Este ajuste continuará en este 2024. Al final del año se espera ver una economía con menores niveles de inflación y tasas de interés, y con síntomas de un pequeño rebote de la demanda doméstica.
Indicador por las nubes
Una cifra que el Gobierno y los analistas económicos esperan ver al final de la tarde de hoy martes, 9 de enero, es 9,5% que correspondería a la inflación total del 2023, con lo que el indicador volvería a la senda de un dígito, aunque lejos de la meta del Banco de la República que la ubica en 3%.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, recordó que el dato anualizado a noviembre fue 10,15%, y confió en que la dinámica del Índice de Precios al Consumidor (IPC) durante diciembre haya contribuido a mantener la cifra a la baja.
Y es que desde agosto de 2021, cuando se flexibilizaron las restricciones de la pandemia, la inflación empezó su ascenso, saliéndose del rango fijado por el Emisor y en esa escalada ha alcanzando picos de 13,34%, reportado en marzo de 2023, constituyéndose este en el porcentaje más alto de este siglo.
En la medición de noviembre, la inflación anualizada se acercó a un dígito con un elemento a favor: que contabilizó ocho meses en descenso, por lo que el ministro Bonilla consideró que en diciembre se debió sostener esa tendencia y que habría finalizado el año pasado en 9,5%.
Esta previsión está alineada con las proyecciones de la Encuesta Mensual de Expectativas Económicas del Banco de la República y de la Encuesta de Opinión Financiera (EOF) de Fedesarrollo que le apuntan al 9,5%.
Trabajo duro
En cualquier caso el número que presente el Dane esta tarde tendrá un mensaje claro, y es que la tarea de las autoridades económicas este año será continuar los esfuerzos para bajar aún más la inflación.
Y es que desde que este indicador del costo de vida se salió de la horma, la junta directiva del Banco de la República comenzó a incrementar su tasa de intervención llevándola de 1,75% (septiembre de 2021), su nivel más bajo en 20 años, a 13,25% que mantuvo hasta diciembre, cuando luego de ocho meses de retroceso del IPC la bajó a 13%, que es su nivel actual.
Tras esa decisión, se conoció por las minutas del Banco de la República que la junta directiva consideró que las expectativas de inflación a distintos plazos están mostrando comportamientos mixtos.
Es así como la encuesta mensual del Emisor a los analistas económicos mostró que en sus pronósticos de inflación para fin de este 2024 aumentaron sus estimaciones de 5,2% en la medición de noviembre a 5,7% en la de diciembre, pero sus expectativas de inflación a 2 y 5 años permanecieron estables y se ubicaron en 3,8% para 2025 y en 3% para 2028.
En ese sentido, los analistas económicos de Bancolombia, liderados por Laura Clavijo, anticipan que este año la inflación continuará en descenso hasta ubicarse en 5,9%.
“Esto significaría que el proceso de moderación continuará, pero los riesgos llevarán a enfrentar dos fuerzas opuestas: una desaceleración de la actividad económica y el deterioro en el ingreso de las familias que propicie un exceso de oferta. Y, por otro lado, la indexación del ajuste en los salarios que acreciente la persistencia de la inflación”, anotaron los investigadores de Bancolombia.
En ese frente, los analistas anticiparon que dadas las características en los ajustes al salario mínimo de los últimos años, con incrementos nominales de doble dígito (10,07% en 2022 y del 16% en 2023), en 2024 se seguiría esa tendencia, como en efecto ocurrió con un ajuste de 12,06%.
A pesar de la tendencia de moderación que observa el IPC, el aumento del mínimo será una presión que impondrá un fuerte ajuste, por la vía de la indexación, sobre los servicios de alquiler, salud, educación y relacionados, que son los rubros que tienen una alta ponderación en la canasta familiar, y convertirse en una fuente persistente de la alta inflación.
Para la próxima decisión de tasa de interés por parte del Emisor, el 31 de enero, la Junta conocerá la inflación total de 2023, y el mercado apunta a que habría un nuevo ajuste a la baja, llevándola a 12,75%.
Analistas como Alejandro Reyes, de BBVA, sostienen que en diciembre se inició un ciclo bajista, a pesar de la tradicional retórica del Emisor de no señalar comportamientos futuros.
“Hacia delante, seguramente la inflación continuará cediendo, ampliando ese diferencial con la tasa de interés, lo que presionará al Emisor a acelerar el paso en las reducciones de las tasas. La actividad económica permanecerá débil”, concluyó Reyes.
El reto del crecimiento
De acuerdo con las cifras del Dane, entre enero y septiembre del 2023 el Producto Interno Bruto (PIB) observó un crecimiento del 1%, respecto al mismo periodo del 2022.
La proyección del ministro de Hacienda es que para todo el año anterior este indicador se ubique alrededor del 1,2%, cifra menor a la planteada en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) que en septiembre pasado apuntaba al 1,8%.
Pero, el real desempeño de la economía en 2023 solo se sabrá a mediados de febrero, cuando el Dane tiene previsto entregar los datos del comportamiento del PIB de ese año.
Eso no impide que desde ya se tengan cálculos para la dinámica económica de este 2024, en el que se proyecta una desaceleración y por lo que según los investigadores de Corficolombiana la variación será de apenas 1,0%, consistente con una moderación del consumo, una nueva contracción de la inversión y un aporte menos favorable de las cuentas externas.
Una proyección un poco más favorable la hacen los analistas de Davivienda, quienes reconocen que la economía colombiana mantendrá un crecimiento relativamente débil, del 1,3%, mientras continúa el ajuste derivado de la política monetaria contractiva y un clima de los negocios que golpeará, particularmente, la inversión privada.
Parte de estas proyecciones están soportadas en un mejor desempeño del consumo de los hogares, ya que son previsibles una menor inflación y unas tasas de interés más bajas, aunque advierten que al menos en la primera mitad del año estas seguirán estando altas.
“Otro de los factores que estimulará el consumo de los hogares es el programa de transferencias monetarias Renta Ciudadana, que con un mayor presupuesto irrigará más recursos entre la población de menores ingresos, favoreciendo en este grupo la demanda de bienes y servicios”, explicaron los investigadores económicos de Davivienda.
A su turno, desde el tanque de pensamiento Anif se espera que el crecimiento económico permanecerá moderado muy debajo del potencial y alcanzará el 1,1%.
En las más recientes mediciones del Dane se aprecia que la construcción, la industria y el comercio, transporte y turismo son los sectores que más caen. La alta inflación ha afectado las ventas en estos sectores estratégicos.
“La preocupación es latente porque son los sectores de mayor generación de empleo, sin lugar a dudas se sentirá el impacto sobre el empleo y el crecimiento a inicios de este 2024”, añadió Anif.
Desempleo
En noviembre la tasa de desocupación fue de 9%, es decir que se mantuvo en un dígito, pero ese porcentaje comenzaría a deteriorarse respondiendo al bajo crecimiento que mostró la economía colombiana, principalmente, en el tercer trimestre de 2023 cuando la variación fue negativa de 0,3%, según el Dane.
Desde la perspectiva de Anif este año se volverán a ver tasas de desempleo de dos dígitos, obedeciendo a las dinámicas de la economía que ha presentado fuertes contracciones.
“Nuestro pronóstico indica que para el cierre del 2024 la tasa de desempleo estará cercana a 11,25%. Pues, los cambios en el mercado laboral suelen rezagarse a lo que se presenta en la economía, por lo que esperamos que haya un deterioro significativo en los niveles de empleo”, se lee en un informe de proyecciones de Anif.
Si bien la tasa de desempleo en los más recientes reportes del Dane todavía se mantiene en un dígito, la reducción de puestos de trabajo en las ramas de comercio y manufactura, mantienen las alarmas sobre la convergencia entre las dinámicas del empleo y la desaceleración económica.
Cotización del dólar
La tasa de cambio del dólar se mantiene como una de las variables de mayor protagonismo en el contexto macroeconómico por los efectos que tiene en el bolsillo de los colombianos, las industrias, la inversión y las decisiones tanto gubernamentales como del Banco de la República.
La Encuesta Mensual de Expectativas Económicas del Banco de la República sugiere que al final de este 2024 habría una Tasa Representativa del Mercado (TRM) del dólar de $4.081, mientras que la EOF de Fedesarrollo apuesta por unos $4.150.
Anif explica que ante un mejor escenario macroeconómico espera una tasa de cambio promedio de $4.270, mientras que para los investigadores de Bancolombia la tasa de cambio mantendría una ligera tendencia de depreciación, debido a que las condiciones financieras a nivel internacional se relajarían en el segundo semestre de este año.
“Esto, sumado a los retos locales en materia de consolidación fiscal y a la desaceleración de la economía, deberían conllevar a un promedio en la tasa de cambio de alrededor de $4.250 este año”, anotó Bancolombia.
Desde Davivienda, los factores relativos a remesas, el desempeño de la inversión petrolera y la apreciación del dólar a nivel global deben implicar aumentos de la tasa de cambio este año, por lo que estima una tasa de cambio de $4.300.
Los analistas económicos del Banco Itaú tienen en el radar las reformas que impulsa el Gobierno. La reforma de la salud, que pretende ampliar el rol del Estado en la atención primaria, fue aprobada en la Cámara de Representantes y pasará al Senado. Incluso si el Congreso aprueba la reforma, la Corte Constitucional debe revisar el proyecto, luego del debate de procedimiento, con argumentos de que la reforma debe ser ley estatutaria ya que aborda un derecho fundamental.
Mientras tanto, la reforma laboral inició su primer debate en la Cámara con 16 artículos aprobados. La reforma pensional será discutida en el Senado. “Las reformas se discuten en un contexto de menor capital político de Gustavo Petro y la oposición del Congreso a algunos puntos”, concluyen.