En un giro importante en la estrategia de lucha contra la pobreza en Colombia, el Departamento de Prosperidad Social tiene pensado, en el mediano plazo, retirar de forma paulatina las transferencias monetarias directas a los sectores más vulnerables de la población. Es decir, los populares subsidios, como renta ciudadana.
En su lugar, se fomentará la creación de proyectos productivos mediante la asociatividad de las personas, con el objetivo de generar ingresos sostenibles y empoderar a las comunidades.
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Este cambio de apuesta la dio a conocer Gustavo Bolívar, director de Prosperidad Social, hace un par de semanas cuando habló sobre un subsidio a taxistas por el aumento de la gasolina. En ese entonces, afirmó: “Los subsidios no sacan a la gente de la pobreza”.
La iniciativa, liderada por el Departamento de Prosperidad Social (DPS) y respaldada por el presidente Petro, busca transformar el sistema de asistencia social, pasando de un modelo asistencial a uno de desarrollo productivo.
“El presidente quiere que las transferencias se acaben con el tiempo y que se vayan convirtiendo en proyectos productivos”, dijo Bolívar en una entrevista reciente con el diario nacional El Tiempo.
Hay que recordar que, en Colombia, los subsidios comenzaron en el 2000, con la crisis económica de 1999, cuando surgió Familias en Acción, que tenía como finalidad evitar que los hijos e hijas de familias pobres y vulnerables no abandonaran el colegio por ir a trabajar.
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”En vez de darles un subsidio, les vamos a poner el capital semilla para que se asocien con otras personas del municipio para montar proyectos”, explicó Bolívar a este medio.
Y a renglón seguido precisó: “Hoy en día estamos dando transferencias a 2,8 millones de familias. No podríamos armar tantas iniciativas productivas, pero si se unen por ejemplo 100 arroceros y montan un molino o unos pescadores que quieren sembrar tilapia van a contar con nuestro apoyo”.
Además de Familias en Acción, en Colombia, también se abrió el programa Jóvenes en Acción, que daba transferencias monetarias a jóvenes de familias vulnerables con el objetivo de apoyar su permanencia en el sistema educativo y su acceso a educación superior.
Y recientemente se abrieron dos subsidios más Ingreso Solidario y Renta Ciudadana. El primero fue creado durante la pandemia con el que se entregó transferencias monetarias a millones de hogares colombianos en situación de vulnerabilidad económica. El programa finalizó en diciembre de 2023. Y, según datos del Dane e investigadores del Banco de la República, evitó que 1,7 millones de personas se volvieran pobres monetarios.
El segundo fue implementado por el Gobierno Petro en algunas regiones del país, entrega transferencias monetarias a hogares en situación de pobreza extrema. El objetivo del programa es evaluar la efectividad de este tipo de transferencias para reducir la pobreza y mejorar las condiciones de vida de las familias beneficiarias.
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Cómo será el cambio
El director del DPS enfatizó que este cambio no se realizará de manera abrupta, sino que se llevará a cabo de forma gradual y con el acompañamiento necesario a las poblaciones beneficiadas. “Quedaría muy satisfecho si llegamos a tener 1.000 cooperativas que reúnan a unas 50.000 personas entre este y el próximo año. Serían 50.000 subsidios menos que se pagan”, señaló.
Bolívar también reconoció que las transferencias monetarias han sido un instrumento importante para aliviar la pobreza en el corto plazo, pero insistió en que su impacto a largo plazo es limitado. “Que una transferencia de $80.000, $200.000 o incluso $500.000 mensuales saca a alguien de la pobreza es mentira, pero sí cuando los asociemos y puedan trabajar y convertirse en empresarios”, afirmó en dicha entrevista.
Es importante destacar que el Gobierno ha asegurado que los grupos poblacionales más vulnerables, como las madres cabeza de hogar y los adultos mayores, no se verán afectados por esta medida.