En la VII Cumbre del Petróleo, Gas y Energía, Andrés Bitar Arrázola, vicepresidente de Estrategia y Asuntos Regulatorios de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP), habló de la inminente amenaza que enfrenta el país respecto a su autosuficiencia de gas natural.
Según el estudio ‘¿Cómo asegurar la autosuficiencia de gas natural?’, que presentó Bitar, de continuar la tendencia actual de la caída de reservas y la baja producción gasífera, para 2028 Colombia podría quedarse sin la oferta suficiente para cubrir la demanda interna, lo que pondría en jaque tanto el desarrollo económico como la transición energética.
Lo anterior se sustentó en el argumento, como lo explicó Bitar, que la producción de gas en el país ha ido en declive, con una caída del 58% en las reservas durante los últimos 12 años. Es decir, en la última década, por cada 10 pies cúbicos que se producen en Colombia, se adicionan 3 pies cúbicos nuevos, “se está descubriendo menos gas del que se produce y consume, lo que representa un 33% de reposición”.
Este descenso se refleja en las proyecciones que indican que, a partir del 2025, Colombia dependerá cada vez más de importaciones para suplir sus necesidades energéticas. Y lo más grave aún, sin la firma de nuevos contratos a 2030, se vislumbra el final de la actividad exploratoria en el país.
“La baja exploración no permitirá incorporar las reservas suficientes para garantizar los recursos energéticos y fiscales que el país necesita”, sentenció Bitar. Esto lo dijo porque se requieren seis años aproximadamente entre la firma del contrato y la producción del primer barril comercial.
Uno de los factores clave detrás de esta caída es la reducción en la producción de los cuatro principales campos de gas del país. Además, los pequeños descubrimientos de gas han sido fundamentales para sostener la oferta, pero si se frena la exploración, Colombia dependerá inevitablemente de las importaciones.
Los grandes campos se están agotando
De acuerdo con el estudio, en el 2018 el aporte de los grandes campos de hidrocarburos aportaba el 70% de la producción, pero a 2024 descendieron al 53% del total del suministro nacional. Y se espera que para el 2028 la participación de estos caiga hasta el 47%.
Según el análisis presentado, a Colombia solo le quedan 110 pozos exploratorios hasta 2030, de los cuales se estima que solo 22 serán descubrimientos. Esto no será suficiente para sostener la producción de gas ni para cubrir las crecientes necesidades energéticas del país. “Estamos condenados a perder nuestra autosuficiencia de gas y a importar más de la mitad del gas que consumimos para 2029”, advirtió Bitar.
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Uno de los puntos más críticos abordados en su presentación fue la escasa reposición de reservas. “Si no aceleramos la reactivación de la exploración, no será posible incorporar suficientes reservas para garantizar los recursos energéticos que el país necesita”, señaló.
Por ejemplo, la producción total disponible para la venta en firme, según el estudio, no es suficiente para atender la demanda esencial, por eso, a partir del primer trimestre de 2025 los volúmenes importados serán necesarios para atender la demanda.
En este contexto, la falta de exploración y desarrollo de nuevos campos pone en riesgo no solo la sostenibilidad energética, sino también los recursos fiscales que dependen de la producción de hidrocarburos.
El experto también advirtió sobre la importancia de avanzar en grandes proyectos energéticos que garanticen la estabilidad de la oferta. De acuerdo con sus cálculos, entre 2025 y 2030 habrá un déficit creciente en la producción de gas, que para el 2033 podría superar los 845 gigapies cúbicos.
Además, mencionó que, si se lograran ejecutar todos los proyectos potenciales, incluyendo el desarrollo de campos en tierra firme y costa afuera, y se complementara con importaciones, sería posible garantizar la cantidad de gas necesaria para la transición energética “a la colombiana”.
Bitar subrayó que, aunque se han firmado contratos para exploraciones costa afuera y yacimientos no convencionales, estas iniciativas aún no han producido los resultados esperados debido a la falta de coordinación y a barreras regulatorias.
En particular, mencionó la urgencia de acelerar la reconversión de un oleoducto existente para conectar los mercados de la costa y el interior del país, lo que podría reducir significativamente los costos y tiempos de implementación.
Para mitigar este escenario, Bitar subrayó la necesidad de dar certidumbre y sostenibilidad al mercado, promoviendo una mayor inversión en exploración y asegurando que los proyectos no sufran retrasos. Sin embargo, sin medidas concretas y oportunas, el país corre el riesgo de enfrentar una crisis energética a mediano plazo.
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