Al cierre del primer trimestre de este año el mercado de vehículos nuevos en Colombia observó una contracción de 13,5%, según las más recientes mediciones de Fenalco y la Andi, no obstante jugadores relevantes de la industria automotriz como Renault Sofasa no aflojan en la ejecución de sus planes de inversión.
Ariel Montenegro, presidente de la ensambladora ubicada en el municipio de Envigado, sur del Valle de Aburrá, explicó que conocidos los registros de finales de 2023 e inicios de este 2024 “lo peor ya está detrás nuestro”, y aseguró que el número de carros matriculados diariamente en marzo pasado es mejor que lo contabilizado en octubre y noviembre del año anterior.
“Vamos a esperar que en los próximos meses la caída no se acentúe y se mantenga en niveles similares a los de 2023. Desde Renault estamos programando con un mercado similar al del año anterior, tal vez con una contracción pequeña producto de la inercia que tendrá la baja de las tasas de interés, la mejora del tipo de la tasa de cambio del dólar y la misma inercia de los negocios”, comentó Montenegro en diálogo con EL COLOMBIANO.
Esta visión está en línea con la de los analistas de Corficolombiana, quienes pronosticaron un crecimiento de venta de vehículos para este 2024 de 0,1%. Esto quiere decir que, mientras en 2023 se vendieron 186.826 carros, esta cifra para 2024 será de 187.012 unidades nuevas.
“Los principales riesgos para nuestras proyecciones son un incremento inesperado de los costos de producción a nivel internacional por temas geopolíticos, una depreciación más fuerte de la tasa de cambio, una disminución menos marcada de la tasa de interés y un peor desempeño del consumo de los hogares del que prevemos”, anotó el grupo que dirige César Pabón.
En ese contexto, Renault Sofasa que el año pasado vendió alrededor de 27.000 unidades en el país, espera totalizar una cifra un poco mayor, apalancada en los seis lanzamientos que tiene programados este año, los dos primeros presentados ya: Kwid y Megane eléctricos.
Aquí hay que tener en cuenta que la planta ensambladora produjo alrededor de 35.000 vehículos en 2023, de los cuales la mitad se destinó a los mercados internacionales que aprecian crecimientos destacados como el caso de México, Venezuela (mercado aún pequeño), Ecuador e incluso Argentina.
¿En un entorno tan complejo, cuál es el monto de inversión de la compañía este año?
“El año pasado validamos con el Grupo Renault un nuevo ciclo de inversiones por US$100 millones para la planta en Envigado. La idea a impulsar es la industrialización de un nuevo producto, el Renault Kwid, que hoy es el segundo vehículo más vendido de la marca en Colombia luego de Duster. Así que el Kwid va a ser ensamblado y fabricado en el país a partir de finales de este año para su venta aquí y en otros quince países. Con esto vamos a continuar el plan estratégico de convertir la planta de Envigado en un hub o centro de exportaciones”.
¿Cómo se distribuye esa inversión?
“Gran parte de los dineros va a nuestro aparato industrial, es decir va los proveedores para localizar y producir autopartes que se incorporan a nuestro ecosistema industrial. Además, los empleamos en la renovación y modernización de sistemas productivos, así como para automatización de los procesos de soldadura. Esas inversiones ya están en ejecución, gran parte acometidas en el receso de finales de 2023 e inicios de 2024 y en la pasada Semana Santa tuvimos otro gran avance. Para mediados de año esperamos otra inyección para preparar el proceso productivo y comenzar a ensamblar el Kwid antes de finales de este año”.
¿En la actualidad, de dónde llega ese modelo de Renault?
“Viene de Brasil. Allí lo fabrican para toda Latinoamérica, pero esa producción se quedará allá, y en adelante el mercado latinoamericano se va a atender desde Colombia, excepto Brasil”.
¿Cuál versión del Kwid es el que va a ensamblar?
“Es el modelo térmico (usa gasolina), para la versión eléctrica se utiliza la misma plataforma de ensamble, pero por cuestiones de escala y volumen por ahora no está previsto hacerlo”.
¿Cuántos vehículos Kwid se van a fabricar?
“Tendremos capacidad de sacar 40.000 vehículos por año. Ese es el objetivo y para eso es que está diseñado ese proyecto, aunque hay muchos vaivenes. Gran parte de ese volumen se irá para México, otra porción para Argentina aunque veremos cómo sea la curva de reactivación luego de los ajustes macroeconómicos que se están aplicando allá”.
¿Esa adaptación qué implica en términos de capacitación del personal?
“Es un proceso muy bonito porque implica una reconversión de capacidades. Los productos son cada vez más tecnológicos por la automatización industrial, la digitalización y los procesos 4.0 y esto lleva a que nuestro personal tenga que subir en competencias y formarse. Así que hay parte de las inversiones que van a recursos humanos para desarrollo de competencias. En los próximos días tenemos un grupo de 40 personas que va a Brasil a hacer parte del proceso de formación, de operadores hasta ingenieros, que va a aprender del proceso productivo y a traer conocimiento. Esa renovación de competencias es interesante en la industria automotriz, que es un sector madre que forma talento y recursos, y que genera empleo de alta complejidad y elevado conocimiento”.
¿Qué observaciones o reparos le hacen desde la casa matriz sobre el ambiente gubernamental a la hora de asignar recursos de inversión para Colombia?
“Al final, Renault Sofasa ha estado por 55 años en el país, y ha atravesado muchos ciclos de carácter político, social y económicos. Somos bastante agnósticos frente a quién sea el gobierno de turno, y lo bueno es que en Colombia las instituciones son fuertes y la perennidad de la construcción nacional no está en riesgo, pero creo que lo más importante es que se miden las variables que afectan el negocio y no tanto lo político. Entonces, sí hay puntos de tensión que no son específicamente de este Gobierno. Para tener un dispositivo y un ecosistema industrial desarrollado en Colombia se requieren ciertas garantías. Este es un país con un mercado que no es tan grande, pues hay un parque automotor de 130 vehículos por cada 1.000 habitantes, pero en Brasil es de 250, en Argentina de 300 y en Europa de 600, así que con una población de 51 millones de personas el potencial de mercado no es tan grande, así que desde aquí hay que mirar al resto de países de la región a los cuales podemos exportar desde aquí”.
¿Entonces, en qué se enfocan?
“En cuáles son las medidas o mecanismos de competitividad que el país aplica, como el interés de reindustrialización, para atraer inversiones para poder exportar. Esas son las discusiones interesantes porque nos toca competir, pues el bolsillo del Grupo Renault no es infinito y al momento de asignar capital toca decidir si se llevan a Brasil o a Colombia donde hay plantas de fabricación de vehículos. A esto se suma el proceso de apertura de mercados y de tratados de libre comercio con lo que el top cuatro de marcas pasaron de comercializar el 70% en el mercado colombiano a menos de 50% y hay más de 60 marcas. Eso es bueno para el consumidor, pero es una amenaza para la estrategia industrial, porque para mantener un aparato industrial competitivo requiere que las políticas de incentivo a la exportación sean muy fuertes”.