Definitivamente 2020 no ha sido el mejor año para la comercialización del crudo en el mundo. Si bien el relajamiento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China parecían un factor favorable, la crisis desatada por el coronavirus volvió a poner en riesgo el precio.
El 6 de enero de este año el barril de referencia Brent (que es el que utiliza Colombia como medida de comercio) tuvo su punto más alto del año, con un precio de 68,91 dólares, el más elevado desde septiembre de 2019.
Sin embargo, desde el pasado 8 de enero el valor de esa materia prima ha venido en un descenso vertiginoso. Al caer desde los 65,37 dólares, hasta los 54,45. En otras palabras: el material ha perdido el 16,7 % de su precio en apenas 26 días de ejercicio.
Una de las principales razones del fenómeno tiene su explicación en lo que viene ocurriendo con la propagación del coronavirus que arrancó en Asia. Ese temor ha hecho, otra vez, que los grandes inversionistas (países y empresas) decidan llevar su dinero a economías fortalecidas, capaces de resistir la llegada del fenómeno, al menos así lo explica Raúl Ávila, profesor de economía en la Universidad Nacional (ver Paréntesis).
Para el experto es importante que se entienda que en la medida en que se encuentren los mecanismos para controlar el virus, la confianza comercial se irá restableciendo, y con un mundo con acuerdo comercial parcial entre China y Estados Unidos, podrían volver a verse precios más competitivos.