El crecimiento económico mundial se mantuvo relativamente bien el año anterior, impulsado por la normalización del consumo en China y la mejor dinámica productiva observada en Estados Unidos, lo que contrarrestó la fuerte desaceleración en Europa, derivada del impacto energético en esa parte del mundo en el 2022.
Pero, como aún no se siente el impacto total del reciente ajuste monetario por parte de los bancos centrales, ni la actual caída del sector inmobiliario en China, ni el estancamiento de la economía de la eurozona, se espera que el crecimiento mundial caiga bruscamente al 2,1% en este 2024, según el más reciente informe Perspectivas Económicas Globales de la evaluadora Fitch Ratings.
Para el 2023, la calificadora revisó al alza su previsión de crecimiento global a 2,9% desde el 2,5% que había previsto en septiembre. El cambio obedeció a que Estados Unidos habría aumentado su desempeño económico en 0,4 puntos porcentuales hasta 2,4% y China en 0,5 puntos porcentuales hasta el 5,3%.
Por su parte, las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) muestran unos indicadores un poco más altos. Para el ente multilateral el Producto Interno Bruto mundial superó las expectativas el año anterior (al crecer 3,0%) y este año mostraría un crecimiento similar (2,9%), por el efecto rezagado del endurecimiento monetario (altas tasas de interés), la persistencia de las tensiones geopolíticas y, la desaceleración de la actividad en China por la poca efectividad de sus políticas.
Y, desde la óptica de los analistas de Credicorp Capital, el moderado crecimiento del PIB mundial este año (2,9% según el FMI) se caracterizaría por ser heterogéneo entre regiones. Entre los países emergentes, se espera que los países asiáticos (sin China) crezcan a tasas altas liderados por India (6,3%); mientras que Latinoamérica se desaceleraría (2,3%) luego de un fuerte crecimiento de Brasil y México en 2023.
Por otra parte, se anticipó que EE. UU. experimentará un aterrizaje suave (1,5%), que la economía europea se mantendría anémica (creciendo 1,2%), lastrada por Alemania (0,9%) y, que China implementará nuevas medidas de estímulo.
Riesgos a la vista
Un factor de riesgo global en este 2024 serán las más de 70 elecciones en 20 países, que en su conjunto representan alrededor del 60% del PIB mundial, donde la de noviembre en Estados Unidos es la que despierta el mayor interés.
“Hasta el momento, Donald Trump lidera las encuestas frente al actual presidente Joe Biden que se postularía a la reelección. Hay elecciones generales también en India, Indonesia, México, Panamá, Uruguay, entre otros”, anotaron los investigadores económicos de Credicorp Capital.
Otros riesgos para la economía mundial durante este año que apenas inicia, según el Economist Intelligence Unit incluyen: eventos de cambios climáticos extremos, escalamiento de los conflictos geopolíticos y una política fiscal laxa en Estados Unidos que podría mantener las tasas de interés altas a nivel global.
A su turno, los analistas de Corficolombiana consideraron que este escenario de aterrizaje suave de la economía global, más allá de las dudas relacionadas con Europa y China, tendrá que enfrentar los riesgos asociados al fenómeno de El Niño en materia energética y las crecientes tensiones geopolíticas.
“Nuestras proyecciones suponen que el mundo evitará un escalamiento de los actuales conflictos en Ucrania e Israel, eludiendo también un escenario de tensiones militares en Taiwán. Imposible será evitar la incertidumbre relacionada con las elecciones de Estados Unidos en noviembre próximo, que gradualmente irán acaparando la atención de los medios y los mercados internacionales”, anotó el grupo de investigadores de Corficolombiana.
Igualmente, comentaron que en ausencia de los escenarios más catastróficos, los precios de las materias primas, en particular del petróleo, se ubicarían en niveles favorables para América Latina. “Nuestras proyecciones apuntan a un promedio año de US$85 por barril en la referencia Brent para 2024. Este es un escenario consistente con un apetito de riesgo moderado, pero amigable a los activos colombianos”, expresaron.
Estimaciones para A. Latina
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) pronosticó que la región mantendrá la senda de bajo crecimiento, lo que significará una desaceleración en la creación de empleo y la persistencia de la informalidad y de las brechas de género, entre otros efectos.
El secretario de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, explicó que en promedio América Latina y el Caribe habrían crecido 2,2% en 2023 y proyectó para este año que el crecimiento sería 1,9%, lo que implicaría una desaceleración del crecimiento regional respecto a los niveles observados en 2022.
“Para este 2024, se espera que la región mantenga la dinámica de bajo crecimiento y todas las subregiones crecerían menos que en 2023: América del Sur crecería un 1,4%; Centroamérica y México, un 2,7%, y el Caribe, un 2,6% (sin incluir Guyana)”, se anotó en un informe de Cepal, publicado a mediados de diciembre.
Estas proyecciones reflejan, por una parte, el bajo dinamismo del crecimiento económico y del comercio global, y por otra parte el limitado espacio interno de la política fiscal y monetaria que enfrentan los países de Latinoamérica.
Para salir de la trampa de bajo crecimiento, “es necesario escalar las políticas de desarrollo productivo con una mirada en sectores estratégicos dinamizadores, impulsar políticas para promover la inversión pública y privada, y adecuar el marco de financiamiento para potenciar la movilización de recursos”, enfatizó Salazar-Xirinachs.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) señaló que el crecimiento global seguirá siendo modesto, y el impacto del necesario endurecimiento de la política monetaria, el débil comercio y la menor confianza de las empresas y los consumidores se sentirán cada vez más. A finales de noviembre la Ocde presentó sus perspectivas en las que se proyectó un crecimiento del PIB mundial del 2,9% en 2023, seguido de una leve desaceleración al 2,7% en 2024 y una ligera mejora al 3,0% en 2025. La Ocde espera que Asia siga representando la mayor parte del crecimiento mundial en 2024 y el 2025 como lo hizo durante el año anterior.
