A medida que los embalses siguen bajando, el consumo de energía en Colombia se está disparando. Tanto los despachos de contratos de largo plazo como los de la bolsa de energía aumentaron en marzo, de acuerdo con datos entregados por XM, que es el operador del Sistema Interconectado Nacional y quien le sigue la pista al mercado eléctrico las 24 horas.
Este llamado de atención se da justo cuando el nivel de los embalses sigue marcando mínimos que no se veían desde el apagón de 1992. De acuerdo con XM, el 17 de abril dicho nivel era de apenas 28,56% y el punto crítico en el que el sistema ya no podría responder por la demanda es de 27%.
Por eso, los empresarios y el Gobierno están instando para que tanto hogares, como industrias y comercio ahorren agua y energía, y así no tenga que ponerse a disposición de la generación eléctrica el agua que está represada.
Pero el comportamiento de los usuarios ha sido el contrario. En marzo, el consumo de energía del mercado regulado, constituido por los hogares y los pequeños comercios, fue de 4.895,21 gigavatios lo que significó un aumento de 12,06% en comparación con el mismo mes del año anterior, y la tendencia de aumento se venía viendo desde enero, cuando el consumo aumentó 7,87% y en febrero subió 5,48%.
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Lo cierto es que es lógico que el consumo aumente cuando hay calor, puesto que los electrodomésticos que se utilizan para enfriar tienen un mayor gasto energético y los hogares usan más ventiladores y aires acondicionados.
De hecho, en un reciente artículo de EL COLOMBIANO mostramos cómo muchos comerciantes habían aumentado sus importaciones de ventiladores hasta en 400% en Medellín, pues las ventas se habían disparado este año. En el caso específico de Alkomprar, el crecimiento ha sido del 151% si se comparan las métricas de este año con las de 2023.
Y es que, encender un ventilador grande 12 horas al día equivale a un consumo promedio de 86 kWh (kilovatio-hora), según una ficha técnica de Empresas Públicas de Medellín (EPM) sobre el consumo de electrodomésticos en Colombia. Eso quiere decir que ese aparato consume 0,2 kWh en una hora. Y en el caso de los aires acondicionados pueden gastar hasta 2,5 kWh.
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Esos mayores consumos de energía le están pasando factura al sistema eléctrico que está funcionando al límite. Ya el Gobierno ordenó que todas las térmicas se prendieran a su máxima capacidad, en vista de que la fuente hídrica ya no es suficiente para atender la demanda, también se suspendieron las exportaciones a Ecuador. Mejor dicho, ya no queda nada más que hacer distinto a ahorrar.
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Amylkar Acosta, exministro de Minas y Energía, aseguró que esta fue una crisis mal administrada por el Gobierno Nacional, pues no había forma de garantizar que la temporada de lluvias iba a llegar antes de que se secaran los embalses y no se hizo un esfuerzo por ahorrar el agua represada. Esa era una medida impopular porque, indudablemente, traía aumento de los precios, ya que la operación de las térmicas es más costosa al funcionar a gas, diésel o carbón.
“Teníamos que haber preservado los embalses y no se hizo, el agua se gastó en la generación de energía que tuvo la presión del aumento de la demanda. Ahora hay muy poco qué hacer”, aseguró Acosta, quien reclamó que el Gobierno fuera tan negacionista con la posibilidad del apagón.
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En su opinión, no debió darse esa tranquilidad excesiva de que el apagón no era una posibilidad, porque lo que había era que invitar a las personas y a las industrias a ahorrar, mientras se tomaban otras medidas.
La fe está puesta en que llueva, tal como vienen haciéndolo desde el miércoles en gran parte del país, el problema es que como las hidroeléctricas están funcionando a tope, está siendo más alta la cantidad de agua que sale para generar energía que la que entra producto de las lluvias. De hecho, el martes el nivel de los embalses era del 29,46% y el jueves había bajado a 28,56%.
Quien sí viene haciendo bien las cosas es el mercado no regulado, que son el gran comercio y la gran industria, que registró una disminución en el consumo de energía de 1,76%. Esos esfuerzos se tiene que seguir dando.
La Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) está lista para hacerle frente a la incertidumbre energética que vive Colombia por cuenta del bajo nivel de los embalses, y prepara medidas de “zanahoria y garrote” para incentivar el ahorro de los usuarios.
Mediante proyecto de resolución, la Creg estableció que habrá una meta de ahorro establecida para cada usuario y con base en esta se dará un incentivo económico, o, por el contrario, si se consume más habrá que pagar más.
Se trata de una estrategia similar a la de Apagar Paga que implementó el gobierno de Juan Manuel Santos para enfrentar el Fenómeno del Niño de 2016, al que entonces se sumó el daño en dos centrales eléctricas (Guatapé y Termoflores). Con dicha campaña, durante seis semanas se logró el ahorro de 1.179 gigavatios/hora, y no hubo necesidad de apagón.
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Aún es impredecible si una campaña de ahorro es suficiente en este momento, pero parece que es lo único que puede hacerse para tratar de no llegar al punto crítico.