Difícil analizar una debacle así para un equipo con jugadores de experiencia acostumbrados a jugar finales.
(Lea aquí Tsunami japonés derrumbó ilusión verde en Mundial de Clubes)
La goleada 0-3 sufrida por Nacional ante Kashima expuso el mal rendimiento de algunos de sus referentes. Para rescatar en lo individual poco más que el temple de Felipe Aguilar a pesar de su juventud y la actitud y entrega de Matheus Uribe. Así jugaron los dirigidos por Reinaldo Rueda en la semifinal:
Franco Armani: el portero argentino fue muy importante en el primer tiempo al evitar en dos oportunidades el grito de gol de los japoneses. Sin embargo tuvo responsabilidad en el segundo gol del Kashima al confundirse con Farid Díaz. Lágrimas en sus ojos denotaron la frustración...
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