En diciembre, 45 animales heridos, desorientados y atropellados fueron atendidos y reportados por Cornare debido al uso indiscriminado de pólvora. La entidad hizo un llamado urgente a un cambio cultural.
La celebración de fin de año en Antioquia dejó un saldo preocupante para la fauna silvestre: 45 animales heridos, desorientados o atropellados fueron ingresados al Centro de Atención y Valoración (CAV) de Cornare, donde actualmente reciben atención especializada, una alarmante cifra que refleja una problemática que trasciende los límites de lo local y pone en jaque la conservación de la biodiversidad.
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Cada diciembre, el uso indiscriminado de pólvora no solo representa un riesgo para la seguridad humana y la calidad del aire, sino también para la fauna silvestre, pues los estruendos y luces artificiales alteran su comportamiento, generándoles estrés extremo, huida descontrolada y abandono de sus hábitats.
Lo cual hace que muchos de ellos sufran accidentes o heridas que terminan por comprometer su supervivencia.
Según Cornare, de los 45 individuos ingresados, la mayoría presentaba lesiones físicas severas, mientras otros llegaron desorientados o con secuelas derivadas del impacto acústico.
David Echeverri López, jefe del Grupo de Biodiversidad de Cornare, advirtió sobre los efectos devastadores:
”El impacto de la pólvora va más allá de lo que podemos observar. Alteran los ciclos de migración, causan abandonos de nidos y generan estrés no solo en animales domésticos, sino también en la fauna silvestre. Esto pone en riesgo nuestra biodiversidad y nuestro patrimonio natural”.
El equipo del CAV, compuesto por veterinarios, biólogos y expertos en fauna silvestre, asumió la tarea de atender a estos animales afectados.
Pero, aunque los esfuerzos son dignos de alabanza, no logran cubrir el impacto total, ya que muchos animales no llegan a ser rescatados, así que las cifras oficiales representan solo una fracción del daño real causado por la pólvora.
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Y es que el uso de pólvora no solo afecta a los animales ingresados al CAV, sino a cientos de otros que quedan fuera de las estadísticas oficiales.
Ahora, los efectos a largo plazo sobre la biodiversidad son incalculables. Ante este panorama, Echeverri López subrayó:
”Necesitamos motivar cambios culturales. Es crucial dejar de usar pólvora en las celebraciones de fin e inicio de año. Los impactos todavía no son completamente visibles, pero el daño a nuestra fauna silvestre es inmenso”.
Cornare habilitó una línea de emergencia para reportar animales silvestres en peligro: 3217811388, mientras invita a la ciudadanía a convertirse en parte activa de la solución, reflexionando sobre las consecuencias de estas prácticas y adoptando tradiciones más sostenibles.
Aún así, cabe recordar que la protección de la fauna no es solo un deber ético, sino una responsabilidad colectiva para garantizar el equilibrio ecológico en el territorio.
Por lo pronto, los 45 animales atendidos este año en el CAV son un recordatorio de que cada decisión cuenta y que un cambio cultural es más urgente que nunca.
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