La isla de Sicilia, ubicada en el sur de Italia, está viviendo una sequía severa que pone en jaque a la agricultura y la ganadería, sectores esenciales para su economía. La falta de lluvias y las altas temperaturas, resultado del cambio climático, han llevado a la isla a una situación crítica.
La crisis climática ha golpeado fuertemente a la isla, que enfrenta un estado de emergencia debido a la sequedad extrema y la casi total ausencia de precipitaciones en el último año.
La agricultura, pilar económico de Sicilia, está sufriendo enormemente. Antonio Parrinello, agrónomo y exdiputado del Parlamento siciliano, dijo que la producción de cítricos y hortalizas podría reducirse a la mitad, mientras que la producción de trigo podría caer hasta un 75%. “Nunca hemos visto una sequía tan grave y compleja”, subraya.
El impacto de la sequía es evidente en el estado casi seco del lago Pergusa, la única laguna natural de Sicilia, que refleja la alarmante situación de las reservas hídricas de la isla, informó la agencia española EFE.
Pobladores de la isla critican la falta de atención del gobierno central y regional, así como la carencia de una planificación hídrica efectiva que optimice el uso de los embalses, actualmente casi vacíos.
Récords de temperaturas
En 2021, Sicilia registró la temperatura más alta de Europa, alcanzando los 48,8 grados Celsius, y se espera que esta semana las temperaturas lleguen a los 43 grados en una nueva ola de calor. La combinación de calor extremo y escasez de agua ha puesto a muchos agricultores y ganaderos en una situación insostenible.
Gian Paolo de Vita, viticultor en la provincia de Trapani, perdió el 40% de su cosecha el año pasado debido a la inestabilidad climática.
De Vita, quien ha trabajado en la producción de vino desde joven, enfrenta ahora la posibilidad de abandonar su oficio. “Si no hay alternativa y tengo que ser un migrante con 50 años, lo seré”, declara con resignación.
Las altas temperaturas auguran un futuro incierto para los agricultores y ganaderos de Sicilia. Además, la falta de una gestión adecuada del agua y el insuficiente apoyo gubernamental han dejado a la isla expuesta a los impactos del cambio climático.
La situación es un claro recordatorio de la urgencia de abordar el cambio climático y de implementar medidas efectivas para proteger las economías locales y los medios de vida.