Desde 1980, todos los 19 de febrero se celebra el Día Mundial de las Ballenas, gracias a la iniciativa de Greg Kauffman, fundador de la Pacific Whale Foundation, de marcar en el calendario una fecha en la que se incentivara a la gente a tomar conciencia “sobre el peligro de extinción que sufren las ballenas jorobadas que viven frente a la costa de Maui, Hawai”.
Sin embargo, la fecha se convirtió en una excusa para hablar sobre la importancia ecosistémica de todas las especies, más allá de la jorobada.
Y es que según explican en el Instituto de Conservación de Ballenas, el rol de estos cetáceos en el ecosistema marino es indiscutible, pues sus heces ricas en hierro, nitrógeno y otros nutrientes actúan como fertilizante, aumentando la productividad de pequeñas algas conocidas como fitoplancton, las cuales, a su vez, son el principal alimento de los kril (pequeños crustáceos), que son quienes se encargan de la vida de cientos de especies de peces, aves y mamíferos marinos, incluidas las mismas ballenas.
“Estos eventos de fertilización también pueden facilitar la mitigación de los impactos negativos del cambio climático. La cantidad de hierro contenido en las fecas de las ballenas puede llegar a ser 10 millones de veces mayor que el nivel de hierro en el ambiente marino, desencadenando importantes florecimientos de fitoplancton, que se encargan de secuestrar miles de toneladas de carbono de la atmósfera anualmente”.
Además, “cuando mueren, sus enormes cuerpos caen al fondo marino, convirtiéndose en la mayor y más nutritiva fuente de deshecho alimenticio, capaz de sostener una sucesión de conjuntos macrofaunales por varias décadas, y de almacenar 33 toneladas de CO2, logrando sacar todo ese carbono de la atmósfera por siglos.
Las ballenas de Colombia
Aunque está presente en todos los océanos, las jorobadas llegan al Pacífico colombiano desde la península Antártica y el estrecho de Magallanes buscando aguas cálidas y no permanecen en la misma zona. Los machos regresan pronto después de aparearse y las madres y los recién nacidos, ya que vienen a tener aquí a sus ballenatos, permanecen por cuatro meses aproximadamente.
De acuerdo con Isabel Cristina Ávila, investigadora y docente de la Universidad del Valle de mamíferos marinos, la zona del país más importante para esta especie es la Bahía Málaga, donde se observan más crías y se dan más nacimientos que en ninguna otra parte. “Otras zonas importantes son el golfo de Tribugá, bahía de Tumaco y Gorgona”.
Y la época en la que se pueden observar es entre los meses de junio y octubre.
Tres datos impresionantes sobre las ballenas según WWF
- Los cachalotes presentan una forma de dormir muy curiosa. “Se disponen de manera vertical al descansar, y duermen entre 7 y 15 minutos, siendo de los animales con la menor dependencia del sueño en el planeta”.
- La ballena azul es el animal más grande del que se tiene registro. “Puede llegar a medir más de 30 metros y pesar 200 toneladas (algo así como 33 elefantes), por lo que sus órganos también son enormes, por ejemplo, su lengua puede pesar casi tres toneladas, o su corazón, que puede llegar a pesar 600 kilos y alcanzar la altura de una persona adulta. El ancho de su cola, en tanto, equivale a tres arcos de fútbol puestos en línea”.
- Las ballenas cantan. “Los patrones de sonidos repetitivos y duraderos que emiten algunas especies de ballena, como la ballena jorobada o yubarta, son reconocidos en el mundo científico como los cantos más complejos del mundo animal. Tienen distintas funciones biológicas como la ecolocalización, el apareamiento o la llamada de alimentación. En cuanto a las ballenas azules, los cantos que emiten alcanzan una potencia similar a la del despegue de un avión Boeing 747, pero en una frecuencia que no audible para el oído humano”.