Medellín aumentó de alto a extremo el nivel de riesgo de que ocurran actos que amenacen la libertad de los ciudadanos para votar y la transparencia de los comicios que se avecinan el próximo 29 de octubre, según el análisis con acento regional que entregó este jueves la Misión de Observación Electoral (MOE).
De esta manera, entró a un poco selecto club de 13 municipios en los cuales las autoridades y otros organismos del Estado deben fijar la atención de manera especial con el fin de disminuir su grado de vulnerabilidad ante factores que buscan desestabilizar la jornada.
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Entre las razones más importantes para el descenso cualitativo está, por una parte, la sospecha de posible fraude electoral en 55 de los 211 puestos de votación destacados en la ciudad (26% del total) y la presencia de bandas en ciertos sectores geográficos que representan intereses políticos, de acuerdo con el nuevo Mapa de Riesgo Electoral de la MOE.
De los 55 puestos en alerta por posibles irregularidades, 23 están en riesgo medio, 18 en riesgo alto y 14 en extremo.
La MOE cita una alerta temprana realizada por la Defensoría del Pueblo en la cual el organismo de derechos humanos señala la “presencia de Grupos Armados no Estatales parte del conflicto y Grupos Armados de Crimen Organizado” que mantienen tanto un control de la ilegalidad como un control intimidante sobre los pobladores de barrios periféricos.
“En consecuencia, si al menos un actor armado está presente en cada comuna y corregimiento, podría aprovechar su control territorial para intimidar a los votantes e interferir en el proceso electoral”, apunta la MOE.
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En cuanto al fraude electoral, la zona nororiental, donde están programados 42 puestos de votación (19% del total de la ciudad), es la que más riesgo acusa, por factores como la baja participación, los niveles atípicos de votos nulos en comicios pasados, que se unen a la consabida influencia de agrupaciones ilegales. El asunto no es menos complejo en la zona noroccidental, donde el nivel de riesgo oscila entre medio y extremo, especialmente en el Doce de Octubre y Robledo.
La zona centro occidental presenta un nivel medio de riesgo por votos nulos, específicamente las comunas 8- Villahermosa y 10-La Candela; en el primer caso por exceso y en el segundo por baja recurrencia de ellos.
En el caso de la zona rural, el corregimiento que presenta mayor riesgo electoral es San Cristóbal.
Un factor que consideró la MOE en cuanto a las condiciones de orden público fueron un atentado contra un líder comunitario y dos amenazas a candidatos, que denunciaron dentro de la recolección de información que se hizo hasta finales de agosto en Medellín.
La MOE señaló que en los sectores más populares de las zonas nororiental y noroccidental, lo mismo que en algunos corregimientos, la baja participación electoral combina causas posibles como las precarias condiciones socioeconómicas de los habitantes, el menor nivel educativo y la posible coerción de grupos armados.
El departamento
A 16 días de la fecha clave, el balance general de toda Antioquia indica que de los 125 municipios que conforman la jurisdicción, 33 tiene una posibilidad alta de sufrir a la vez por factores de fraude con el sufragio y por constreñimiento de otro tipo para los electores: 6 están en riesgo medio, 14 en riesgo alto y 13 en riesgo extremo –Medellín, Ituango, Briceño, Cáceres, Tarazá, Valdivia, Toledo, Campamento, Anorí, Zaragoza, El Bagre, Remedios y Yondó-.
La cifra se ha mantenido más o menos estática en los últimos años, ya que de 27 municipios diagnosticados con riesgos en 2015, se pasó a 32 en 2019 y 33 en el presente año.
No obstante, hay un cambio cualitativo que no se puede dejar pasar por alto, pues los municipios con riesgo extremo aumentaron de 7 en las pasadas elecciones para cargos regionales a 13 en las justas del presente, con el agravamiento de las condiciones en Medellín, Anorí, Briceño, El Bagre, Zaragoza y Remedios, de acuerdo con la vocera de la MOE en Antioquia, Marta Ligia Gómez.
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El único municipio donde disminuyó el nivel de riesgo –de alto a medio-, por lo menos hasta principios de septiembre, fue Necoclí.
Un factor que entró a jugar, en general, fue que de enero a julio hubo por lo menos 13 líderes sociales y defensores de Derechos Humanos asesinados en el norte, Oriente, Suroeste, Nordeste, Urabá y Valle de Aburrá, además de la muerte violenta de un firmante del acuerdo de paz con las Farc en el occidente del departamento.
Otra variable que influye es la persistencia de economías ilegales basadas en la minería irregular y cultivos de uso ilícito. Como ejemplos de lo primero, la MOE cita la situación de El Bagre, Nechí y Zaragoza (Bajo Cauca), lo mismo que la de Buriticá (occidente); Remedios y Segovia (nordeste). De lo segundo, están Valdivia, Tarazá y Cáceres, en los límites del norte y Bajo Cauca.
La próxima semana la MOE presentará la última actualización del Mapa de Riesgo Electoral 2023 y estará pendiente de la manera como se desenvuelvan las elecciones, del próximo domingo en 15 días, con 320 observadores voluntarios que se concentrarán en 48 municipios antioqueños.
