En una cuadra del barrio Villa Hermosa, centro oriente de Medellín, la gente ya no se pregunta si fue primero el huevo o la gallina. Ahora se cuestionan si primero fue el pasacalles de Federico Gutiérrez por el Partido Creemos o si fue el de Esteban Restrepo, pues de un momento a otro aparecieron las dos piezas de propaganda, pegaditas, en la misma cuadra de la carrera 40 con calle 65BB.
Más allá de lo anecdótico del asunto, el hecho da cuenta de que la guerra que por lo menos tres campañas comienzan a librar en lo político se ha trasladado a las calles de los barrios donde el control de las autoridades a la propaganda electoral es bien difuso.
Por eso es que casos como el de Villa Hermosa se dan pese a que la Resolución 202350029208 de 2023, firmada el 17 de abril por el alcalde encargado Óscar Hurtado, prohibe dicha situación. “En ningún caso se podrán ubicar más de dos avisos de propaganda electoral por cuadra en todo el territorio Distrital”, dice el artículo 12 del documento.
Una vuelta por los barrios populares de la capital antioqueña dan cuenta de que, pese a que en la teoría hay un límite establecido por el Consejo Nacional Electoral y por la misma municipalidad para la fijación de este tipo de propaganda, en la práctica, las campañas se mueven por las zonas grises de la norma.
Por ejemplo, pese a que la misma resolución indica que no se permite poner dos pasacalles por cuadra, es común ver en las vías del nororiente de Medellín dichos elementos de propaganda están relativamente cerca. A veces, ni a 10 callejuelas de diferencia.
Así pasó con el candidato Federico Gutiérrez, que en el cruce de la calle 71 con carrera 37 tiene un pasacalles invitando a votar por él; pero también tiene otra en la carrera 44 con la calle 78, ambos cercanos a instituciones educativas.
Algo parecido pasó con el candidato Juan Carlos Upegui, aspirante de Independientes, quien tiene un pasacalles en la calle 86 con la carrera 44, pero también tiene otro pasacalles en la carrera 53 con calle 94, cerca de un parque infantil.
Al frente, en la comuna de Castilla, una curiosa “alianza” entre Upegui y el candidato Albert Corredor aparece en el horizonte y en las calles. Por ejemplo, en el cruce de la calle 98 con la carrera 68, diagonal a la iglesia de San Judas, algunos camiones se ven a gatas para no llevarse por delante el pasacalles de Upegui.
Sin embargo, a tres cuadras de allí, aparece otro de Corredor en la carrera 68 con la calle 95. El circuito lo cierran dos pasacalles de Upegui y Esteban Restrepo, otra vez juntos, colgados en la carrera 67 con calle 92, al lado del hospital La María.
Ya bajaron 200 pasacalles
Aunque mucho se especula de la aplicación de la norma, la resolución emitida en abril aclara que en Medellín únicamente se prohibe la instalación de propaganda electoral en los bienes de Interés Cultural distritales y nacionales; sobre puentes, torres eléctricas, postes de energía y alumbrado público, semáforos, así como sobre cualquier otra estructura de propiedad del Estado; en las glorietas, a menos de 80 metros radiales tomados a partir del punto central de la misma; en los separadores viales; en las estructuras del sistema metro y a 100 metros de su área de influencia; en árboles o rocas.
Además, el artículo 4 de la resolución indica que “los elementos de propaganda electoral autorizados deberán contener el número de resolución expedido por Espacio Público localizado en la parte inferior derecha. Sin embargo, en las piezas observadas de Upegui y Corredor no se encontró dicho serial; mientras que en las de Fico lo llevan al lado izquierdo.
Para hacer cumplimiento de la norma, Espacio Público desplegó una brigada de control de propaganda electoral que, según la entidad, recorre las 16 comunas y cinco corregimientos de la ciudad en búsqueda de publicidad electoral instalada sin cumplir la norma. Para el caso de los pasacalles, aparte de las prohibiciones en ciertos puntos de fijación, la norma indica que solo se permite ubicar máximo 10 por comuna y corregimiento.
A la fecha, según la Subsecretaría se han retirado más de 200 pasacalles e innumerables afiches instalados en postes y muros, especialmente en la comuna 10, La Candelaria.
Lo curioso es que según la misma Subsecretaría, las normas de juego de la resolución fueron definidas junto a los mismos aspirantes y sus partidos, por lo que no se explica el incumplimiento que ha motivado el retiro de las piezas de propaganda.