En uno de los escándalos de corrupción más sonados de Colombia, el del cartel de la contratación de Bogotá, existía una especie de junta directiva. Un puñado de empresarios que se reunían en Miami con Emilio Tapia, Samuel Moreno e Iván Moreno, para decidir movidas clave y poner a rodar los “negocios” de la Alcaldía de Bogotá.
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Ahora en Medellín parece que se está repitiendo algo de ese modus operandi. Dos empresarios de la contratación jugaron un papel clave a la hora de acompañar en ciertas maniobras al alcalde Daniel Quintero: se trata de los venezolanos Rafael Carrero Valentier y Eduardo Rodríguez Hernández, conocido como ‘Lalo’.
Rafael Carrero es miembro de una familia que fue de las entrañas de Hugo Chávez, que hizo una gran fortuna en el gobierno de la llamada Revolución Bolivariana y, ahora, volcada a la oposición, es dueña de los Marlins de Miami.
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Mientras tanto, ‘Lalo’ Rodríguez, allegado a los Carrero, vivía de hacer contratos con el estado venezolano –su empresa tuvo contratos por 2,5 billones de bolívares entre 2011 y 2017 con PDVSA– pero tuvo que huir de Venezuela, para salvar su vida, y aterrizó a finales de 2018 en Medellín.
A ellos se suma el también venezolano Juan Biord Pereda, que ha fungido como subordinado de Carrero, lo que ellos llaman el “operador político” –expresión que curiosamente utilizó esta semana el alcalde Daniel Quintero– y que no es otra cosa que el encargado de cobrar comisiones.
Los tres, Carrero, Rodríguez y Biord, según testimonios, han tenido que ver con jugosos negocios que durante esta administración se han hecho a costa de los recursos públicos de Medellín.
El de más alto monto sería el contrato que EPM le otorgó a Canacol para el suministro de gas y la construcción de un gasoducto, por un valor de cerca de 5 billones de pesos, y por el cual, según le aseguran a EL COLOMBIANO dos fuentes cercanas al caso, se manejó una comisión de 50 millones de dólares.
También producto de esta alianza se definió el ‘usufructo’ de la secretaría de Educación, para Rafael Carrero, pero terminó manejada por el concejal Albert Corredor.
Como si eso fuera poco, a través de otras firmas (como TX) han logrado multimillonarios contratos de parte de la Alcaldía de Quintero.
Otros testimonios aseguran que este grupo también ha tenido que ver en Afinia, la filial de EPM en la Costa, y en Plaza Mayor, sin embargo, serán motivo de futuras investigaciones.
En 2020 –el año en que Daniel Quintero asumió la Alcaldía– Lalo, Biord y Andrés Piñero, también venezolano, matricularon siete empresas en el Valle de Aburrá que incrementaron su patrimonio sin tener empleados, sucursal o bienes.
La misteriosa oficina 802
La madeja se empezó a desenredar al revisar quiénes están financiando las campañas políticas para las elecciones del próximo octubre, encontramos una evidencia reveladora: 39 pagos a Facebook, por anuncios de propaganda del candidato a la gobernación de Antioquia, Esteban Restrepo, se registraron desde la oficina 802, del edificio C13, ubicado en El Poblado.
Los pagos del candidato de Daniel Quintero a la Gobernación fueron hechos desde esta dirección entre el 8 de marzo y el 9 de junio de este año tal y como aparecen en los reportes de Facebook (ver imagen).
Esta oficina es una especie de caja de sorpresas que contiene secretos de las relaciones del grupo de Quintero. La oficina está registrada como sede de la empresa Terra Construcciones Corp, cuyo propietario es el venezolano Lalo Rodríguez y el representante legal es su compatriota Juan Biord.
Esa oficina 802 tiene su historia. El edificio C13, construido en 2019 y ubicado un par de cuadras detrás del restaurante San Carbón, se destaca en medio de una zona de casas tradicionales de uno o dos pisos del barrio el Poblado.
Fue en este mismo edificio donde el alcalde Daniel Quintero instaló su centro de operaciones cuando lo suspendió la Procuraduría en junio del año pasado. Allí –desde la oficina 802– se reunía con sus abogados, citaba a concejales para que apoyaran la campaña del entonces candidato Gustavo Petro, entre otras cosas.
De hecho, aparecieron en portales de noticias fotos del burgomaestre suspendido y de su escolta en ese edificio. Curiosamente, el jefe de seguridad del alcalde, el mayor Sergio Andrés Yepes, exigió en la recepción del edificio tener acceso a las grabaciones de las cámaras para ver quién podía estar fotografiando al alcalde. Como si quisieran evitar que se estableciera una relación entre Quintero y esa oficina.
EL COLOMBIANO se comunicó con Eduardo ‘Lalo’ Rodríguez, propietario de la firma, para preguntarle por qué desde su oficina están pagando propaganda de Esteban Restrepo en Facebook y respondió con otra pregunta: “¿La publicidad? –y repitió– ¿La publicidad? No. No tengo idea de qué me estás hablando”.
“¿Pero usted sabe quién es Esteban Restrepo?”, se le preguntó a Lalo. “¡Claro. Obvio!”, respondió de inmediato. Y luego divagó explicando que en esa oficina son “tres amigos que frecuentamos algunas cosas... que estamos como preparando allí”. Lo único que atinó a decir fue: “Pero nada de temas políticos. Tenemos amigos que van, se reúnen...”.
Sus respuestas sonaron evasivas. Lalo pidió tiempo para seguir respondiendo y propuso una reunión con los periodistas, pero luego de que colgó el teléfono no apareció a la cita programada por él mismo y no volvió a contestar su teléfono.
Los Carrero: del chavismo puro a la estrategia Guaidó
Rafael Carrero Valentier, quien se ufana de haber financiado la campaña del alcalde Daniel Quintero, pertenece a la familia Carrero, que en Venezuela tienen una historia de película. El papá, Tobías Carrero Nácar, oriundo de Barinas, como Hugo Chávez, y amigo de infancia, fue uno de los grandes beneficiados cuando el coronel llegó al poder.
Fue tan chavista que en su finca Hato Caroní, Chávez celebró dos momentos especiales de su vida: su triunfo de 1998 que lo llevó a la Presidencia y el matrimonio de su hija, según informes periodísticos.
Tobías Carrero se convirtió en un “boli burgues” o “boli chico” esa nueva clase de multimillonarios que se creó con la revolución bolivariana gracias a jugosos contratos del Estado.
Con la llegada de Chávez, muchas de las pólizas del Estado venezolano, migraron a la firma de Carrero: Multinacional de Seguros. Le entregaron la franquicia de emisoras, y hasta una empresa de Carrero habría sido encargada de imprimir entre un millón y ocho millones de copias de la Constitución Bolivariana.
Pero Carrero, para 2002, año del golpe de Estado a Chávez, ya había cambiado de camiseta y desde entonces se dedicó a financiar a los partidos de oposición. Chávez lo acusó, en su Aló Presidente, de traidor, de conspirador, le expropió bienes y lo quería poner preso. Carrero huyó a Panamá.
Y 17 años después, tras el peculiar ‘golpe’ que intentó Guaidó contra Nicolás Maduro, volvió Tobías Carrero a ser blanco de los ataques del gobierno. A finales de 2019, Diosdado Cabello dijo que la empresa de seguros era para asegurar y no para conspirar. En la dictadura de Maduro estaban convencidos de que Carrero era uno de los que había ayudado a Guaidó y a la oposición.
Hoy, Tobías y sus hijos Carrero Valentier son dueños de la Multinacional de Seguros, que en Centroamérica se llama Ancón, y además son dueños del equipo de béisbol Bravos de Margarita y accionistas de los Miami Marlins.
Su hijo, Rafael Carrero, que con su familia estaba ayudando a mover los hilos del ‘golpe’ de Guaidó a Maduro, es el mismo que se conoció con Albert Corredor en Miami cuando el concejal cursaba su MBA.
Así llegaron
¿Cómo aterrizaron estos venezolanos en la campaña y en la alcaldía de Daniel Quintero?
Una de las vías de entrada fue Albert Corredor, hasta hace poco concejal de Medellín y quien, ahora como candidato a la Alcaldía, ha gastado plata a manos llenas en sancochos barriales, encuestas, publicidad y conciertos. Corredor estuvo cursando el MBA de la Universidad de Miami en 2016 y allí hizo migas con Rafael Carrero Valentier, hijo de un multimillonario venezolano que hizo fortuna en el gobierno de Hugo Chávez.
Sin embargo, Corredor cuando se le pregunta si en Miami conoció a Rafael Carrero, prefiere no responder: “Conocí mucha gente”, dice. “Pero ¿Usted se lo presentó a Daniel Quintero?”, le insistimos. “Rafa ya conocía a Colombia... Ya se conocían hace tiempo”, contesta. En redes sociales Albert Corredor aparece en varias fotos con Rafael Carrero en paseos, en cenas, en cumpleaños, como si fueran dos grandes amigos.
Si bien Albert Corredor se lanzó al concejo en 2019 con el aval del Centro Democrático fue evidente para sus copartidarios que desde la campaña estaba con Daniel Quintero. Entre otras cosas, Albert Corredor había sido asesor de Quintero, cuando este fue viceministro de las TIC, y habían firmado una polémica tesis juntos en 2018 para otro MBA en Miami.
En cuanto al otro venezolano, Eduardo Lalo Rodríguez, un giro del destino hizo que desembarcara en Medellín. A finales de 2018 un alto comandante llegó hasta su casa para avisarle que lo iban a matar, que no podía quedarse un día más en Maracaibo. En ese momento se estaba cocinando en Venezuela la ofensiva diplomática para correrle la butaca a Nicolás Maduro y todo lo que oliera a oposición era perseguido.
Lalo tomó su avión privado. Y con familia, empleadas domésticas y chofer aterrizó en Medellín. Más exactamente en un condominio en el alto de Palmas donde algunos vecinos lo recuerdan por hacer fiestas con cantantes como Ana Gabriel (que resultó ser, no la original, sino una imitadora).
Lalo muy pronto se conectó con Albert Corredor y con Quintero. “Lalo es amigo de Rafael Carrero de infancia. Son compadres, son llaves, son hermanos”, le contó a EL COLOMBIANO alguien que los conoce a los dos.
La conexión Monómeros
El año 2019 fue agitado. No solo tuvo lugar la campaña a la Alcaldía de Daniel Quintero sino que en enero Juan Guaidó asumió la presidencia de la Asamblea Nacional de Venezuela y se autodenominó “Presidente interino” invocando la Constitución.
Lalo Rodríguez era muy amigo de los hermanos Guaidó, de Juan y de Gustavo, y como los Carrero, o tal vez como parte del clan de los Carrero, le apostó desde su estadía en Medellín al proyecto Juan Guaidó.
La relación era tan estrecha que Lalo recogió a Guaidó en Cúcuta, en uno de los aviones privados en los que se movía, cuando Guaidó pasó la frontera en 2019 casi en fuga. Luego, se encargó de comprarle varias mudas en Arturo Calle y también lo transportó a España. Así lo cuentan dos fuentes diferentes que fueron testigos.
En mayo de 2019 llega un momento clave. Guaidó comenzó a tomarse empresas de Venezuela en el extranjero como parte de la estrategia de ser presidente. Lo hizo con Citgo, petrolera en Estados Unidos, y con Monómeros, ubicada en Barranquilla.
Monómeros tiene una importancia estratégica porque posee cerca de la mitad del mercado de fertilizantes en Colombia y una nómina de más de 1.400 empleados.
Lo primero que hizo Guaidó fue integrar una nueva junta directiva con cuotas de los partidos de la oposición que lo apoyaban, pero en particular de Acción Democrática. Y quienes estuvieron metidos en los intríngulis del caso explican que detrás estaba la familia Carrero. “Tobías Carrero Nácar, el papá de Rafael, era como el jefe de esos partidos de oposición o al menos actuaba como tal”, cuenta alguien que estuvo de cerca.
Y su hijo, Rafael Carrero Valentier, fue el que se hizo cargo. Inicialmente puso a Andrés Piñero, un venezolano amigo suyo que llevaba tiempo viviendo en Barranquilla, como delegado de Acción Democrática en la junta. Investigaciones periodísticas han mostrado cómo Piñero le sacó jugo a Monómeros. Y después, a mediados de 2020, se sumó al tándem Juan Biord, el mismo que ahora figura como representante legal de la empresa que tiene como sede la oficina 802 desde la cual se pagó publicidad en Facebook para Esteban Restrepo.
Tanto Piñero como Biord actuaban como ‘operadores políticos’ de Carrero. Y la cercanía de ellos con Daniel Quintero y con Corredor se hizo patente en una fiesta que organizó Piñero, en Barranquilla, en agosto de 2020, en homenaje a Rafael Carrero y en la que estuvieron Daniel Quintero y Albert Corredor (ver fotografía).
Lo de Monómeros resultó ser un desastre. Las investigaciones tanto periodísticas como de la Superintendencia de Sociedades han mostrado cómo la oposición venezolana no demostró ser mejor que Maduro, y se dedicó a saquear la empresa.
Curiosamente, en el empalme del Gobierno de Gustavo Petro, como parte del equipo encargado de Monómeros, figuraba Juan Andrés Biord. Tal vez se coló, porque antes de que pasara un año de Gobierno, Petro le devolvió Monómeros a Maduro.
‘Carrero financió a Quintero’
La toma de Monómeros fue en 2019, el año de las elecciones en las que resultó elegido Daniel Quintero como alcalde de Medellín. En 2020 Quintero asumió el poder de la ciudad.
A Rafael Carrero, en Miami y Barranquilla, le oyeron decir que él había financiado a Daniel Quintero. Lo decía no a modo de secreto sino ufanándose ante pequeños grupos de empresarios. La cifra no era menor, hablaba de más de 3.000 millones de pesos.
“Lo que necesites de Medellín a la orden. Vamos y conoces a Daniel Quintero. Nosotros le financiamos la campaña. Allá tenemos la Secretaría de Educación”, le oyeron decir a Rafael Carrero.
A Juan Bior –el encargado de hacer las vueltas y cobrar las comisiones de Carrero– lo vieron moverse de manera muy activa en Medellín al menos hasta 2022. Entre otras, se aparecía en medio de negociaciones de contratos en Plaza Mayor.
Finalmente, el concejal Albert Yordano Corredor, hoy candidato a la Alcaldía de Medellín, se encargó de “operar” la Secretaría de Educación, como se puede observar en múltiples denuncias publicadas por distintos medios.
Rafael Carrero no vive en Colombia, vive en Panamá. Al parecer, la filtración del apellido Carrero en algún informe vinculado con presuntas irregularidades en Colombia habría hecho que el papá, Tobías Carrero, lo haya llamado al orden. No es claro si la familia Carrero avala las andanzas de Rafael o si él opera como una especie de oveja descarriada.
La cercanía entre Quintero, Corredor y Biord era tal que en plena pandemia, agosto de 2021, celebraron fiesta con el cantante vallenato Poncho Zuleta a bordo, en una casa finca de Corredor en San Jerónimo (ver foto).
Con el fin de sacarle jugo a la Alcaldía tanto Biord como Piñero, en unión con hombres de confianza de Corredor, crearon siete empresas en 2020 en Medellín. Sin embargo, la alianza al parecer se concretó con una posible participación directa o indirecta en negocios más grandes relacionados con EPM: como la compra del gas de Canacol y Afinia.
EL COLOMBIANO se comunicó con Juan Andrés Biord y con Rafael Carrero. En el caso de Biord, respondió una mujer que aparece en varias de las empresas y dijo que le iba a dar la razón, pero un día después dijo que no apareció. En el caso de Carrero, contestó a un chat de WhatsApp preguntando “¿De parte de quién?” Y al decirle que de parte de EL COLOMBIANO dijo que era número equivocado.
Reclutando empresarios
Lalo Rodríguez, por su parte, jugó otro papel. Cuando Quintero llegó a la Alcaldía se dedicó a buscar ‘empresarios’ para ver si podía conseguir quien se le midiera a proyectos como el de construir un nuevo centro de espectáculos, o el de privatizar el estadio, o el de construir la primera cárcel privada del país. Incluso, retomó una vieja idea de tumbar parte del Palacio de Exposiciones para un hotel.
Lalo era el indicado para presentarle potenciales socios pues se movía en el mundo de la contratación en Miami, Panamá y Venezuela. Por ejemplo, Lalo y Carrero fueron los que le consiguieron a Quintero una reunión con Oswaldo Cisneros, el multimillonario venezolano dueño de Canacol, ya fallecido, que era cercano a la familia de ellos. Razón por la cual, tanto Lalo como Carrero se habrían beneficiado de un porcentaje de la comisión por ese negocio.
Lalo también se jacta entre sus amigos de haber presentado al alcalde Quintero con la empresa china Yellow River. Como también se ufanaba de que Yellow River sería la escogida para terminar Hidroituango. Y todo parece estar saliendo como él lo advirtió: el consorcio de esa firma china es el único que queda en competencia para ganarse el contrato, en medio de serios cuestionamientos.
A pesar de las denuncias que la ciudadanía de Medellín ha hecho sobre este tema, la Fiscalía no ha dado señales de avanzar.
EL COLOMBIANO se comunicó con el candidato Esteban Restrepo, su equipo pidió enviar las preguntas, pero al cierre de esta edición no habían llegado las respuestas.
El conglomerado que nació en 2020 cuando llegó Quintero a la Alcaldía
Los miembros de lo que hemos dado en llamar la “junta” del alcalde Daniel Quintero crearon siete empresas en 2020 año en el cual llegó Quintero al piso 12 de la Alpujarra (ver gráfico).
Curiosamente el equipo del venezolano Rafael Carrero Valentier aparece en todas ellas: Juan Andrés Biord aparece en cinco como representante legal; Andrés Piñero, en tres, y Eduardo ‘Lalo’ Rodríguez, en dos.
Además, en tres de esas compañías también aparecen los hombres de confianza de Albert Corredor, candidato a la alcaldía de Medellín: Camilo Luna Palacio y Luis Alejandro Mira Loaiza (ver gráfico).
Es decir, los lugartenientes de Albert Corredor y de Rafael Carrero aparecen como dueños de varias empresas en conjunto.
Corredor dice al respecto que no le parece raro que Luna y Mira puedan tener empresas con venezolanos pero que las empresas no tienen que ver con él.
Curiosamente, varias de las empresas de este peculiar conglomerado son empresas que se mantienen activas, pero no solo no tienen empleados y sus sedes están en apartamentos residenciales, sino que no es claro a qué se dedican. Una, por ejemplo, tiene activos por 350 millones de pesos ¿de dónde salen? ¿Son empresas que se dedican a contratar o se utilizan para hacer movimientos?
Lamentablemente, ninguno de los relacionados contestó a nuestras llamadas (los teléfonos contestan “desactivado”) para poder saber estas respuestas. La que sí respondió fue una mujer que hizo de representante legal de alguna de esas empresas, pero no quiso explicar a qué se dedicaban.
El grupo TX
Por otra parte, hay una firma también creada en 2020, en Medellín, y llamada Sercom Logística y Servicios, en la que no solo aparece alguien del equipo de Corredor (Camilo Luna) y del equipo Carrero (Biord y Piñero) si no también otro venezolano de nombre Carlos Canelón Arriojas (representante legal en julio de 2021).
El nombre de Canelón es interesante porque no solo aparece en este firma Sercom, sino que también es socio del propio Rafael Carrero en una firma que se llama Bancar Colombia, matriculada en Bogotá para actividades de compra de cartera y factoring.
Y es interesante el nombre de Canelón, y que aparezca como socio de Rafael Carrero, porque ha obtenido contratos en la Alcaldía de Medellín con otra empresa de la que es dueño: el Grupo TX.
El Grupo TX ha sido objeto de varias denuncias en los últimos dos años e incluso la Contraloría está investigando un contrato firmado en 2022.
Para los técnicos de las unidades de Bienes y de Catastro de la Alcaldía de Medellín siempre ha sido un misterio por qué se contrata con esta empresa a la que se le han pagado más de 54.000 millones de pesos para poner orden en los temas de tierras de Medellín y no solo no ha dado resultados, sino que el desorden se podría prestar para que, por ejemplo, el distrito pierda por arte de magia bienes públicos.
En 2021, líderes técnicos de estas unidades dejaron por escrito a sus superiores que no entendían cómo la Alcaldía podía seguir contratando con una empresa que “no hizo la tarea que tenía que hacer”, entregaba en cajas de cartón los informes y utilizaba información de los bienes distinta a la de otras entidades.
La Alcaldía siguió contratando con TX, la empresa del socio de Rafael Carrero. En 2022 le dio un contrato por $17.140 millones más y la Contraloría se vio obligada a investigar porque una concejal demostró cómo ese contrato sería culpable de aumentos elevados del impuesto predial en zonas de Medellín.
Sobre los personajes mencionados, cabe anotar que, según testimonios de la campaña de Corredor, Luis Alejandro Mira es una suerte de capataz: pasa revista una hora antes de cada evento de la campaña y supervisa que los contratistas de la secretaría de Educación hagan la tarea que se les asignó. Si no cumplen les terminan el contrato. Por su parte, Camilo Luna cumple unas tareas en el equipo de Corredor más relacionadas con manejo de negocios y de plata.
Juan Andrés Biord, por su parte, opera, según testimonios, como el encargado de cobrar las comisiones para Rafael Carrero. “Él no es autónomo, es un calanchín que cobra las comisiones de otros, pero se fue ya de Medellín”, dijo alguien refiriéndose a Biord. En agosto de 2021, Corredor organizó una fiesta de cumpleaños en su finca en San Jerónimo, donde asistió el alcalde Quintero, su círculo más cercano y también Biord, como se ve en fotografías.
Andrés Piñero, que fue el designado por el partido Acción Democrática y Rafael Carrero para ser el operador político de Monómeros, también creó empresas buscando contratos con EPM.