El sector educativo parece ser la principal apuesta del alcalde Federico Gutiérrez en este segundo paso por la Alpujarra. Quizás en ninguna otra dependencia tenga tantas ambiciones como en esta: construir nueve megacolegios, convertir a Buen Comienzo en un programa de 365 días, garantizar el programa de alimentación escolar para todos los estudiantes, intervenir y mejorar las 421 sedes educativas del distrito. Todo esto antes de terminar su mandato en 2027.
Para eso tiene recursos suficientes: de hecho, el Concejo de la ciudad ya le aprobó $1,5 billones de vigencias futuras, de los cuales $1,2 billones son para infraestructura educativa. Para ponerlo en contexto: los recursos que tiene Medellín para arreglar los colegios en 2025 es el presupuesto total de Manizales.
Así que el cumplimiento o no de esas metas serán sin duda determinantes a la hora de evaluar su gestión.
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Tras el primer año de gobierno ya hay algunos avances que mostrar: la deserción escolar para 2024 bajó dos puntos porcentuales: pasando del 5,4% (histórico en la ciudad) al 3,2%. Eso significa que unos 6.500 niñas y niños regresaron al colegio. En 2019, cuando la ciudad tuvo la tasa más baja, esta fue de 2,9%.
En cuanto a infraestructura, hay que recordar que la alcaldía de Daniel Quintero pidió recursos para arreglar 235 sedes y al final no terminó ninguna. Según la Secretaría de Educación, el año pasado se terminaron 140, este 2025 el plan es entregar 200 y comenzar con los estudios para 9 los megacolegios.
También ha aumentado la cobertura del PAE: a principios del 2024 eran 219.000 beneficiarios, este año comienzan con 232.000 y la meta antes de diciembre es llegar a 240.000.
Sin embargo, más allá de garantizar unos colegios en buenas condiciones, con alimentación y transporte, la ciudad sigue teniendo indicadores por mejorar en cuanto a la calidad de la educación.
Por ejemplo, en su informe de perspectivas para 2025, Medellín Cómo Vamos señala lo siguiente: “Los problemas de infraestructura son solo una parte de un panorama más amplio y complejo. Medellín se destaca entre las principales ciudades de Colombia por tener altos índices de estudiantes que pierden el año, además de tasas significativas de deserción escolar, un bajo desempeño en las pruebas Saber 11 y una limitada transición inmediata de los jóvenes hacia la educación técnica, tecnológica o universitaria”.
Las cifras respaldan esa postura: por ejemplo, recientemente el alcalde Gutiérrez celebró que el 66% de los colegios públicos del distrito habían mejorado en los resultados de las pruebas del Icfes Saber 11 del 2024.
No obstante, ese medidor sigue estando lejos de lo que se espera de una ciudad con grandes inversiones en educación: en las últimas pruebas, Medellín tuvo un promedio de 265 puntos sobre 500 posibles. Eso la sitúa por debajo de ciudades como Tunja (293), Armenia (290), Bucaramanga (288), Pasto (283), Manizales (279), Bogotá (277), Ibagué (273), Pereira (268) y Barranquilla (267).
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Además, la capital de Antioquia es una de las ciudades donde hay más brecha entre los colegios públicos y privados. Mientras el resultado promedio de los privados en estas pruebas fue de 295, el de las públicas urbanas fue de 257.
No es nuevo que Medellín se corche en este indicador; comparado con Bogotá, la diferencia ha sido una constante.
El secretario de Educación, Luis Guillermo Patiño, dice que el progreso en la calidad implica tiempo y que la mejoría de tuvo la ciudad el 2024 es muestra de que van por buen camino. En ese sentido, le seguirán apostando a la estrategia SaberEs, un refuerzo para que los estudiantes de 11 preparen esta prueba y que el año pasado tuvo 19.000 beneficiarios. En lo que mejor les va a los jóvenes de Medellín es en Lectura crítica e Inglés y donde son más flojos es en Sociales y Ciencias Naturales.