Sin embargo, la administración Quintero siempre defendió la medida e, incluso, hace dos semanas, anticipándose a que este tema sería uno de los símbolos principales para marcar el fin y el inicio de otro mandato distrital, la alcaldía saliente sacó unas cifras con las que pretendió defender la determinación de haber cerrado la emblemática plaza. Según la alcaldía anterior, el cerramiento (que ellos calificaron como un abrazo) no solo mejoró la seguridad, sino también la economía de los comerciantes y además, aseguraron, ayudó a incrementar la visita de turistas.
La alcaldía saliente aseguró que el cerramiento dejó un 97% de reducción del hurto a personas, 91% de reducción de casos de hurto a celulares, y 100% de reducción frente a homicidios. También desde la secretaría de Desarrollo Económico resaltaron que muestra de la confianza recuperada en el lugar fue posible la apertura de una sucursal de Provenza, justo al lado del Museo de Antioquia y la Veracruz, una oferta gastronómica que llegó hace algunas semanas como parte de una apuesta de comerciantes del cotizado sector de El Poblado para sumarse a la recuperación del Centro.
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Sin embargo, en decenas de recorridos realizados por parte de EL COLOMBIANO y en concepto de los principales urbanistas de la ciudad, quedó en evidencia que la medida solo agudizó las problemáticas a su alrededor. Por ejemplo, el cerramiento creó una discriminación contra varios grupos como los venteros informales y las trabajadoras sexuales, que terminaron apostados en los bajos de la estación Parque Berrío y en este mismo parque, aumentando las dinámicas de inseguridad.
También es evidente que, salvo la instalación de las vallas y el derecho de admisión que ordenó la alcaldía anterior, factores como el aumento de habitantes de calle, el microtráfico y la recuperación del espacio público no fueron atendidos. De hecho, a finales del año pasado en una nota sobre la situación de los parques del Centro quedó expuesto el deterioro como la Plazuela San Benito, a escasas cuadras de la Plaza, está totalmente tomada por el microtráfico y los habitantes de calle, a pesar de que allí se invirtieron hace apenas cuatro años más de $2.700 millones para recuperarlos.
Por eso, además de ordenar nuevamente la reapertura de Plaza Botero, el alcalde Gutiérrez aseguró en su discurso que una de sus prioridades será emprender la recuperación del Centro como parte de la recuperación física que emprenderá su alcaldía en toda la ciudad.