El abogado y docente Juan Camilo Restrepo Gómez ha tenido una dilatada carrera política, hoja de vida que hoy pone a consideración en el tarjetón para la Alcaldía de Medellín. Fue Alto Comisionado para la Paz, Alto Consejero Presidencial para la Seguridad, viceministro de Desarrollo Rural, viceministro del Interior, asesor legislativo del Ministerio de Defensa y presidente del Augura durante cinco años. Estuvo 22 días como alcalde encargado de Medellín y ahora quiere volver pero para quedarse cuatro años.
Cuéntenos un poquito de su historia, usted de dónde viene.
“Nací en Los Colores hace 44 años. Una niñez y una adolescencia marcada por el escondidijo, pelota envenenada, jugaba fútbol muy bien en la calle. Quise ser jugador profesional, pero no se dio. Luego ingreso al Ejército, también quise ser oficial del Ejército, no se me dio. Presté servicio en 1998 el PM 44 que queda hoy en Belén. Una vez salgo del Ejército, comienzo a estudiar derecho en la Universidad Autónoma Latinoamericana”.
Entonces estudió derecho y empezó a litigar o quería ser político.
“Empecé a estudiar derecho y en cuarto año mi padre, que hizo política, me dijo, va a ganar Sergio Naranjo la alcaldía de Medellín, venga yo se lo presento. Lo conocí y dije, mmm. Y al mes conocí a otro Sergio, a Fajardo, y a los 5 minutos dije: ‘este señor va a ganar’. Me conecté con él y me convertí en su asistente personal. Me correspondía hacer toda la programación del plan calle, Sergio entregaba volantes por un lado y yo por otro, así ganamos la alcaldía en 2003. Trabajé el primer año, era el asistente personal”.
¿Por qué no pelechó allá, qué pasó?
“Me siguió picando la política y me lancé a la Cámara de Representantes en 2006, por 920 votos no fui congresista, tenía 24 años. Me lancé por el Partido de la U. Hasta las 10 de la noche yo era congresista en la lista de la U, pero ingresó la votación de Urabá y le dio el triunfo a Augusto Posada”.
¿Tras la derrota que hace usted?
“Me llama Juan Manuel Santos, yo no lo conocía y me dice: yo voy a hacer el nuevo ministro de la Defensa, yo quiero que usted se venga para Bogotá y sea mi asesor legislativo en el Ministerio. Trabajo con él del 2006 al 2008, me retiré porque me quería venir ya para Medellín a hacer una especialización y la verdad, yo nunca me he querido ir a vivir a Bogotá. Luego cuando Santos llega a la Presidencia de la República, me convierto en el secretario General de la U, conozco ese partido por dentro, fue experiencia maravillosa”.
¿No pensó en volverse a lanzar?
“En el 2010 hice un ejercicio, pero tampoco salí. El presidente Santo me dice que quiere que sea su viceministro del Interior en 2012. Fue una experiencia también maravillosa. Después tengo el honor y el privilegio de dirigir a Augura por 5 años. Salgo de la Presidencia de Augura, me lanzo a la Gobernación por el Partido Conservador, logré 93.000 votos, fue durísimo. Estando ya en pandemia, el presidente Duque me llama y me dice que quiere que sea el viceministro de Agricultura. Estuve un año exacto, luego empieza el paro y el Presidente directamente me dice, vaya usted y dirija el desbloqueo en Buenaventura. Logramos desbloquear y estando en Buenaventura, me llama el presidente y me dice: ‘lo voy a nombrar comisionado de Paz’ y ahí estuve 16 meses”.
¿Qué fue lo más importante de toda esa carrera política suya?
“Entender el liderazgo del siglo XXI a partir del articular los sectores público y privado. He creído mucho en la inteligencia emocional que la defino en 4 tes: tacto, tino, tono y templanza, eso lo aplico en todos los retos de mi vida”.
Usted tuvo la oportunidad de ser alcalde de Medellín por 22 días. ¿Qué vio usted ahí?
“Desesperanza, desorden, falta de planeación, todas las informaciones que me llegaron de irregularidades las puse en conocimiento de las autoridades. Siempre traté de dar lo mejor de sí, pero creo que a nivel personal y el mensaje que le dejé a la ciudad es que defendí la institucionalidad. Es que era un momento de crisis muy difícil”.
Usted mismo dijo que cuando se lanzara Federico Gutiérrez se le iba a unir. ¿Qué fue lo que pasó?
“En agosto, cuando salí del gobierno, pongo un trino diciendo que mi destino político quería compartirlo con Federico Gutiérrez. Me reuní con él, le expresé que trabajáramos juntos, yo no estaba buscando Jefatura, simplemente estaba con mi hoja de vida, con mi patrimonio, diciéndole a un líder político, venga, trabajemos juntos. Pasaron seis meses en los que no recibí ningún mensaje, yo tengo liderazgo, yo tengo ganas, yo tengo entusiasmo. Y yo me he preparado para esto respetuosamente y salí a la calle a entregar postales a partir del primero de febrero. No me iba a quedar esperando, el liderazgo es para ejercerlo”.
¿Cuál es su propuesta bandera?
“A Medellín hay que reforzarle sus cuatro bases fundamentales, reforzarle la articulación de lo público y lo privado. Medellín se ha caracterizado por trabajar en equipo, a Medellín le vamos a recuperar la transparencia, recuperar la confianza, la tranquilidad. Tercer lugar, tienen que volver las canitas, las capacidades gerenciales; y en cuarto lugar, devolver la cultura ciudadana, no solamente a partir de la convivencia, o de la pedagogía, si no que volvamos nuevamente a sentirnos orgullosos de Medellín como la tacita de plata”.