En pueblos alejados que no tienen línea directa con la red interconectada de energía podría disfrutar en un futuro próximo de la posibilidad de tener una nevera, usar una máquina que alivie sus faenas o garantizar el alumbrado para hacer más llevaderas sus noches gracias a un invento que acaba de patentar la Universidad de Medellín.
La patente que ese centro de estudios acaba de lograr de parte de la Superintendencia de Industria y Comercio garantiza los derechos de autoría sobre una turbina hidrocinética de fácil uso y bajo costo que se puede instalar incluso en quebradas, canales o ríos. Muy diferente a los onerosos montajes que suelen implicar la construcción de una central hidroeléctrica o a otras opciones similares desarrollada en Europa y que pueden llegar a costar hasta 10.000 y 12.000 dólares.
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La gran innovación que se alcanzó tras una década de trabajo en el que se tuvo también la colaboración del Sena, según explicó el profesor de Ingeniería y director del Grupo de Investigación en Ingeniería Civil de la U. de M., Rubén Darío Montoya, consiste en el desarrollo de una turbina híbrida compuesta a su vez por dos turbinas diferentes: una de aspas o propela y otra tipo espiral de arquímedes.
“Normalmente las turbinas fallan por fatiga, pero al unir estas dos turbinas en una única turbina acoplada, poniendo la de espiral por delante de la de hélice se reduce el esfuerzo en las uniones de las aspas y el cuerpo, lo cual da la posibilidad de utilizar materiales de más bajo costo”, añadió el investigador y docente.
Ello se traduce también en reducción de costos, pues las turbinas tradicionales están hechas de aleaciones metálicas muy resistentes con un precio alto; en cambio, estas permiten hasta utilizar pet plástico reciclado que se puede incluso fabricar la máquina mediante vaciado en torno o impresión en 3D.
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La otra gran ventaja es que el mecanismo es muy manual, pues aparte de que el tamaño puede adaptarse a distintas condiciones (puede medir más de un metro de diámetro o unos 80 centímetros), es completamente desarmable, por lo que si una pieza se daña se puede simplemente desmontar y reemplazar. El costo podría oscilar entre dos y tres millones de pesos.
Cada turbina hidrocinética puede producir entre 1 y 5 kilovatios, dependiendo de las condiciones hidráulicas del sitio de instalación. Esa es una cantidad suficiente para abastecer una o dos casas, aunque la propuesta de los desarrolladores es que se instalen granjas con estos artefactos para generar más cantidad de energía.
“Las condiciones de instalación dependen, en gran medida, del flujo y de las características hidráulicas del canal o del río cercano, pero en promedio hemos encontrado que la turbina puede alimentar aproximadamente un hogar o una familia de la comunidad, por lo tanto, es muy importante pensar en granjas de turbinas que se definen como varias turbinas o varios de estos dispositivos que patentamos instalados en serie, una detrás de otra o en paralelo”, explicó el profesor Daniel López de Mesa, otro de los investigadores.
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Pero adicionalmente, dichos montajes pueden funcionar integradas a sistemas híbridos, es decir, que combinadas con turbinas eólicas o con paneles solares.
Por lo pronto ya hay un prototipo que se ha probado en ambiente de laboratorio, o sea que lo que sigue es perfeccionar la construcción, explorar el tema de materiales y hacer pruebas en terreno, según el docente Montoya.
Cuando se supere esa etapa vendría el desarrollo del modelo de negocio, un tema que aún está en ciernes, pero se pueden dar opciones como buscar apoyo del Gobierno o de entidades que se interesen por el cuidado del medio ambiente y el desarrollo social, o entregarle el diseño a una empresa privada para que lo convierta en producto acabado.
Esta es la patente número 32 que obtiene la Universidad de Medellín.
