Hasta comienzos de agosto, lo último que sabía la opinión pública sobre el cuestionado proyecto de cargue lateral de Emvarias es que tras los informes publicados y la lupa de la Procuraduría por sus presuntas irregularidades, Emvarias había decidido dejar quieto el proyecto que implicaba invertir $251.000 millones para arrendar unos vehículos de recolección de basura en un plan piloto que amarraría los recursos durante siete años.
La Procuraduría General le había pedido a Emvarias a mediados de julio “abstenerse de tomar cualquier decisión de tipo contractual frente a este proyecto de cargue lateral” hasta tanto el Ministerio Público no investigue de fondo las actuaciones y los soportes que llevaron a la Junta Directiva a dar vía libre para destinar más de $251.000 millones en un proyecto que presenta irregularidades.
“En observancia de las múltiples notas en medios de comunicación frente a la contratación de este proyecto, esta Procuraduría Delegada exhorta a la entidad a suspender los trámites de contratación, hasta tanto no se haya efectuado un análisis riguroso de la información solicitada por este ente de control”, señalaba la Procuraduría.
Pues bien, en los últimos días y con mucho secretismo por parte del gerente de Emvarias, Carlos Borja, y la junta directiva de la empresa, adelantaron una estrategia que tenía como fin encontrarle ‘la comba al palo’, hallar un concepto que les quitara de encima a la Procuraduría y así poder firmar el contrato para destrabar el proyecto. Y lo lograron.
En el consejo de gobierno de este lunes 25 de septiembre, el alcalde Daniel Quintero fue quien hizo el anuncio. El negocio para el cargue lateral quedó firmado y comenzará a operar dentro de dos meses en Medellín.
Hay que recapitular. El pasado 18 de marzo, la Junta Directiva de Emvarias aprobó el piloto para la implementación de vehículos de cargue lateral para la prestación del servicio público de aseo.
La Junta dio el visto bueno para que la empresa destinara $251.076 millones de vigencias futuras excepcionales para desarrollar un piloto de recolección que requiere el arrendamiento a la empresa Themac para incorporar cuatro compactadores de carga lateral, cuatro ampirrol con remolques, una flota de 16 cajas para chasis, dos lava contenedores y 1.660 contenedores de 3.200 litros. Estos vehículos tienen como función cambiar la forma de recolección de basuras en la ciudad, que históricamente se ha hecho con camiones de cargue trasero.
Así las cosas, estos nuevos vehículos cuentan con una tecnología que permite extender una especie de brazo mecánico lateral para cargar los contenedores, vaciarlos y dejarlos nuevamente en su lugar. Su objetivo es evitar la caída de basuras y lixiviados en las calles y optimizar tiempo de recolección. Es una tecnología que emplean varias ciudades de América Latina y Europa.
Pero el problema de fondo no era tanto la eficacia de esta nueva tecnología, sino la inversión realizada, las rarezas en el proceso de selección de la propuesta y la situación de la empresa en la cual indica que, sobre el papel, invertir semejante cantidad de dinero en algo no prioritario podría ser altamente perjudicial para sus finanzas.
La empresa que se quedó con el contrato, Themac, fue la única firma que ofertó en diciembre de 2022 para hacerse con el piloto de Emvarias para el cual la empresa lanzó solicitud privada de ofertas e invitó a cinco compañías. Desde el principio fue inquietante que Emvarias se acomodara a las condiciones de Themac, pues la empresa había solicitado inicialmente $135.383 millones de vigencias futuras excepcionales para este proyecto, pero cuando llegó la propuesta de Themac por $251.000 millones más IVA, el gerente Borja no titubeó para ir a la Junta a pedir más plata.
Themac es la filial en Colombia de la firma Barcelona Export Group, que tiene como socio a Manuel Grau, un empresario catalán que le habla al oído al presidente Gustavo Petro, al punto que lo acompañó en Florencia, Italia, en junio de 2022, recién elegido presidente, cuando el alcalde Quintero viajó hasta allí a reunirse con el presidente electo, tal como también lo hicieron también en ese momento César Gaviria y Carlos Andrés Trujillo.
Las otras irregularidades que fueron revelándose durante este año tienen que ver con las dudas sobre la viabilidad financiera del proyecto. Aunque EL COLOMBIANO en diferentes requerimientos le solicitó explicar cómo funcionaría financieramente el piloto y qué implicaciones tendría esto para la tarifa que paga el usuario para el servicio de aseo y recolección de basuras, Emvarias nunca fue clara.
Aseguró de manera ambigua que los cálculos para evaluar si la tarifa cubre los costos de operación se hicieron con la tarifa actual, regulada por la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico. Pero la empresa nunca despejó a la ciudadanía cómo recuperará los costos de inversión de este piloto con la tarifa, pues de otro modo estaría incumpliendo con la ley de suficiencia financiera, que exige que los costos sean eficientes, porque las empresas no pueden trasladar su ineficiencia al usuario, es decir, que producto de las malas decisiones el usuario termine pagando más por el servicio.
Los propios funcionarios técnicos de la empresa y de EPM elevaron reparos a este modelo y señalaron que el único camino, tal como estaba planteado, era que la propia empresa asumiera los descuadres para no tocarle el bolsillo a la ciudadanía. Cualquiera de los dos escenarios es adverso, pues la situación financiera de Emvarias no es la más favorable actualmente.
Todas esas dudas siguen sin ser despejadas. Lo único que contaron Quintero y el gerente Borja es que en dos meses comenzará a operar el cargue lateral en las calles y que finalmente el negocio lo cerraron por $190.000 millones y que el costo de este piloto representará el 16% del costo total de recolección y transporte.
Se implementará en dos comunas: en Laureles y La Candelaria. Y comenzarán primero con la socialización en la comuna 10. Este sistema de contenerización tendrá capacidad para 8.900 toneladas. Uno de los beneficios, según dijo Quintero, es que con estos nuevos contenedores que quedan anclados y solo pueden ser extraídos por los vehículos, no pueden ser vandalizados ni intervenidos de manera alguna por parte de personas inescrupulosas o habitantes de calle.
Estos nuevos vehículos reemplazarán a 16 de cargue trasero que venían operando. Significará que la recolección de basura en estas zonas requerirá 32 operarios menos tripulantes de carros de cargue trasero, pues la tecnología de los nuevos vehículos prescinde de los recolectores que van colgados atrás de los carros.
Según Quintero, estas personas no se quedarán sin empleo, sino que podrán fortalecer las labores de ornato y aseo de la ciudad, lo que significará, según él, mayores resultados en tareas de mantenimiento y embellecimiento de la ciudad.
Queda pues por verse cómo funcionará este piloto que, a pesar de las denuncias y alertas Emvarias, terminó firmando, sin tener en cuenta que su verdadero gran problema, la situación crítica en el relleno sanitario La Pradera, sigue sin solucionarse.