Después de que Mariana Pajón ganó su primer oro olímpico en Londres 2012, en Medellín se empezó a gestar la idea de construir una pista de bicicross, o mejor, de supercross, para que cientos de niños, niñas y jóvenes de la ciudad pudieran seguir los pasos de su nueva heroína. Hoy, la pista que lleva el nombre de la triple medallista olímpica está tirada pese a que en la alcaldía pasada le metieron $910 millones. ¿Quién responde?
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Resulta que el escenario, ubicado en un polideportivo aledaño al aeroparque Juan Pablo II, donde también hay canchas de tejo y un parque de parkour, se inauguró en 2015 y un año más tarde fue la sede del campeonato mundial de BMX, donde la campeona fue Pajón.
La obra inicial, la compra del lote y la interventoría, le costaron a la alcaldía y al Área Metropolitana del Valle de Aburrá más de $14.000 millones y quien estuvo al frente del diseño y la construcción de la pista fue el estadounidense Thomas Ritzenthaler, un especialista de talla mundial avalado por la Unión Ciclística Internacional, UCI.
Desde entonces allí han entrenado y competido los mejores bicicrosistas de la ciudad y del país, además de Pajón, en esa pista han pedaleado Carlos Oquendo, Mateo Carmona y Diego Arboleda, por poner solo algunos ejemplos de bicicrosistas que han representado al país en mundiales y olímpicos.
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Pero para el 2021, la pista ya tenía algunas falencias y requería una intervención, no solo para hacerle mantenimiento sino además algunas adecuaciones, pues al tratarse de una pista de supercross, las colinas y las pendientes eran muy elevadas y de una dificultad y exigencia que solo la hacía apta para un puñado de deportistas de élite y no para aquellos en etapa formativa.
Por eso, el 26 de mayo del 2021, el Inder, que en ese entonces era dirigido por el deportista y político quinterista Carlos Mario “el Mocho” Romero, firmó el acta de inicio de un contrato interadministrativo con Metroparques para “la gerencia, coordinación y ejecución de los recursos para el mejoramiento de la pista de supercross Mariana Pajón” por $607 millones y un plazo de dos meses a partir de la firma del acta de inicio.
Hay que recordar que aunque Metroparques es una entidad descentralizada del distrito que se encargaba antes de la alcaldía de Quintero de la administración de los parques recreativos de la ciudad, en 2020 le cambiaron su objeto social para entregarle, a través de contratos interadministrativos, recursos por cualquier cantidad de conceptos para que esta a su vez los subcontratara de forma directa sin necesidad de hacer licitaciones. Solo en el pasado cuatrienio el Inder le entregó a Metroparques $193.000 millones.
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Pues bien, las obras que iniciaron en 2021 no estaban financiadas únicamente por la alcaldía sino por el ministerio del Deporte y también, según dijeron, contarían con la supervisión de Ritzenthaler.
Retrasos y sobrecostos
Aunque de acuerdo con el contrato interadministrativo entre Metroparques y el Inder, la pista tenía que estar lista para el 26 de julio del 2021, la obra empezó rápidamente a tener retrasos, sobrecostos e incluso suspensiones. Al valor inicial de $607 millones se le hicieron tres adiciones presupuestales: la primera por $204 millones, la segunda por $75 millones y la tercera por $23. Al final la obra terminó costando $910 millones, es decir, un 50% más de su valor inicial.
Respecto al tiempo de entrega, primero Metroparques pidió una prórroga de un mes, es decir, hasta el 26 de agosto del 2021, después otra de tres meses hasta noviembre, luego otra de cuatro meses hasta marzo del 2022 y finalmente una de un mes más hasta abril del 2022. Así que la obra, que inicialmente estaba para dos meses, terminó demorándose ocho, cuatro veces más que el tiempo prometido.
Pero como si fuera poco, con $300 millones de sobrecosto y cuatro meses de retraso, al momento de recibir la pista, los deportistas y los profesores de las diferentes escuelas de BMX de la ciudad se encontraron con la sorpresa que, sin todavía estrenarla, la pista ya tenía graves problemas en su estructura.
El problema tiene que ver con un sellamiento que se le debe poner a la gravilla o a la piedra que componen los fragmentos de la pista que no son de asfalto para que esta quede compacta y las bicicletas puedan rodar sin problema. Sin este sellamiento, el terreno queda casi que destapado, similar a una trocha de piedra, lo que hace no solo que los deportistas no puedan entrenar bien, sino que se lesionen, se caigan y dañen sus bicicletas.
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Gustavo, un bicicrosista de la categoría master que lleva toda una vida pedaleando, explica que ante la falta de escenarios de este tipo en la ciudad, a los clubes no les queda otra que entrenar ahí corriendo los riesgos que implica, aunque reconoce que cada vez son menos los que se atreven, pues además las luminarias están en terribles condiciones y son apenas unas pocas luces las que funcionan, así que al final de la tarde y en la noche, que son los horarios en los que más personas pueden entrenar, hay que esquivar los huecos y las piedras a oscuras, y son ellos mismos, los deportistas y los entrenadores los que tienen que coger los rastrillos y las palas y organizar un poco la pista cada vez que la quieren utilizar para prevenir caídas y lesiones.
Fallas desde el primer día
Prueba de que la pista estaba en malas condiciones desde que la entregaron y que no se ha debido a un nuevo deterioro por el uso, es que cuando en abril del 2022 el entonces gerente Cristian Camilo Sánchez citó al gremio de bicicrosistas de la ciudad para hacer la entrega, estos decidieron no firmar el recibimiento a satisfacción sino que presentaron un informe en el que detallaban la situación.
“Luego de realizar el recorrido de la pista evidenciamos que el material usado para la impermeabilización de la pista en un alto porcentaje del trazado ya se encuentra fracturado, agrietado y hasta despegado de la superficie de la capa de rodamiento, lo que deja expuesto la piedrilla triturada y la arenilla con la cual le dieron el último terminado a la pista, con la gravedad que estos materiales por si solos no se compactan y ante la presencia de agua suelen movilizarse y quedar sueltos”, se lee en el informe elaborado por los bicicrosistas, en el que además tienen decenas de fotografías donde se ve la pista con grietas y piedras a la vista.
Desde la actual administración del Inder, en cabeza de Eduardo Silva Meluk, se han comprometido a hacer las gestiones necesarias para recuperarla, bien sea a través de los seguros o de las garantías del contrato de ser posible, o de lo contrario, destinando nuevos recursos para esto. Sin embargo, la pregunta que queda en el aire ¿quién responde por los recursos perdidos? Desde hace más de un año la Contraloría Distrital de Medellín anunció una vigencia fiscal para investigar los hechos y le solicitó documentación al contratista, sin embargo, hasta ahora no hay noticias de avances del proceso.
