Integrantes de la bancada antioqueña en el Congreso de la República hicieron un llamado para que se revise la política de fútbol en paz en Medellín, luego de los desmanes ocurridos el pasado domingo en la tribuna sur del estadio Atanasio Girardot.
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Planteando que esos actos violentos no deben ser tolerados, varios parlamentarios pidieron al gobierno distrital revisar el estado de esas políticas, sino los beneficios que estas mismas otorgan a los barristas.
El representante a la Cámara, Daniel Carvalho Mejía, integrante del Partido Verde Oxígeno, instó por ejemplo a la administración local a sancionar a los responsables de esos actos con el mayor rigor.
“Esto es intolerable. La ciudad les ha dado muchas oportunidades y siguen cagándola. Tenemos la tecnología para identificar a cada uno de ellos; las autoridades deben hacerles pagar por los daños y aplicarles con rigor las normas existentes”, dijo el representante.
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“La política de Cultura del fútbol en Medellín se ha basado en la corresponsabilidad y el reconocimiento de las barras populares como organizaciones ciudadanas creadoras de capital social. Si estas no cumplen con su parte, la Alcaldía debe revisar los beneficios que les da”, añadió Carvalho.
De igual forma, el representante a la Cámara por el partido Cambio Radical, Mauricio Parodi Díaz, también expresó su inconformidad.
“La ciudadanía está cansada que un pequeño grupo de mal llamados hinchas expresen su inconformidad a través de acciones vandálicas y/o violentas”, dijo el político, pidiendo también que se tomen medidas para cesar esos actos.
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Cabe recordar que los desmanes más recientes se desencadenaron el pasado domingo 11 de febrero, cuando Atlético Nacional cayó 1 – 0 frente a Millonarios.
Pese a que Nacional ya venía de afrontar dos fechas de sanción en las que tuvo que jugar a puerta cerrada, un grupo de barristas de la tribuna sur decidió expresar su inconformidad por el resultado del partido quemando la silletería del estadio.
De acuerdo con los balances de la Secretaría de Seguridad de Medellín, en total fueron quemadas unas 55 sillas, un cesto de basura y tres acrílicos de gabinete. También se registraron lesiones en 16 personas, que fueron atendidas por la Cruz Roja.
Por su parte, el personal que intentó extinguir las llamas también fue hostigado por los barristas, según denunciaron las autoridades.
A raíz de estos hechos, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, señaló que ya se habría iniciado un proceso de individualización de las personas que incurrieron en esos actos vandálicos, para prohibirles el ingreso al estadio y llevarlos ante la justicia.
“Una vez individualizados, no solamente no volverán a entrar al estadio, sino que deberán responder por los daños en términos económicos y jurídicos”, expresó el mandatario.
