La tragedia del terremoto, de magnitud 7,7 que sacudió al país asiático de Myanmar, sigue cobrando miles de vidas desde que ocurrió en el transcurso de este viernes 28 de marzo. Los organismos de socorro siguen impresionados por la cantidad de vidas que se han perdido.
Este movimiento telúrico, que tuvo el epicentro a 16 kilómetros al noroeste de Sagaing, cerca de la ciudad de Mandalay, también se sintió en partes de China y Tailandia, por lo que terminó derrumbando hasta un edificio que estaba en construcción.
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Sin embargo, la situación de desesperación de algunos miembros de los organismos de socorro le está dando la vuelta al mundo, ya que uno de ellos se vio bastante desesperado por encontrar maquinaria que ayudara a sacar los cuerpos sin vida de los escombros.
Con aparente dolor, este rescatista voluntario le señaló a la BBC que estaban sacando los cuerpos de las personas con sus propias manos, porque los esfuerzos han sido en vano para intentar sacar los que están completamente atrapados bajo los escombros, por lo que necesitan de las máquinas.
“Estamos sacando a la gente con nuestras propias manos. No es suficiente para sacar los cuerpos y a las personas que están atrapadas bajo los escombros”, relató, con impotencia, al medio británico.
En medio de la locura de no poder ayudar a todas las personas en los diferentes frentes de acción, expresó como se siente en cada momento de las labores de rescate: “La gente grita: ‘Ayudadme, ayudadme’. Me siento tan desesperado”.
De acuerdo con el reporte más reciente del líder militar de Myanmar, Min Aung Hlaing, durante la tarde de este sábado, es que un total de 1.644 personas murieron y más de tres mil resultaron heridas hasta este momento, pero cree que las cifras puedan aumentar.
Cifras que tanto las agencias como los medios de comunicación internacionales han confirmado a pesar de la poca información que han brindado desde Myanmar, que debido a que es gobernado por una junta militar desde el golpe de Estado de 2021, son bastante prevenidos con este tema.
Por otro lado, una maestra de Mandalay le aseguró al servicio birmano de la BBC que ella estaba en una oficina de la escuela donde trabaja, con otros profesores, cuando sintieron el primer temblor.
“Al principio fuimos a escondernos debajo de la mesa, pero después todo se nos cayó encima”, relató. Lograron salir al aire libre en medio de las réplicas que también se sintieron, según ellos.
“Podíamos ver cómo se sacudía el edificio de la escuela, cómo se resquebrajaban las paredes. Fue muy fuerte y yo estaba muy asustada”, sostuvo a la BBC.
Horas después, contaron que pudieron regresar a sus casas en medio de las grietas y los desastres, como de la desesperación de las personas que quedaron atrapadas bajo los escombros o sus familiares.
“Pude oír a algunas personas llorar, como madres y amigos, porque sus hijos siguen dentro del edificio. Ha sido realmente desesperante verlo”, añadió.
Edificios como hospitales, hoteles, escuelas y viviendas se han derrumbado en muchos barrios, y los equipos de rescate han tenido dificultades para encontrar sobrevivientes. Por esta razón necesitan de las maquinarias, pero de acuerdo con varios rescatistas, no les han dado respuesta.
El gobierno militar de este país hizo una inusual petición de auxilio internacional, nunca antes vista, afirmando que se necesita ayuda humanitaria lo antes posible.
“Hay muy pocos sobrevivientes de los edificios derrumbados. No hay muchos trabajadores de rescate. La respuesta es muy lenta, lo que significa que hay muchas muertes”, detalló uno de los testigos a la cadena internacional.