A inicios de junio un “baldado de agua fría” cayó en la Comisión Accidental de la Bicicleta citada por el concejal Daniel Duque, pues las conclusiones que salieron de la misma dejaron más que preocupados a los asistentes, ya que las metas en materia de ciclomovilidad propuestas por la Alcaldía en su Plan de Desarrollo quedarán incumplidas de mantenerse el actual margen de avance.
“Siempre he sabido que en lo público las promesas pocas veces se cumplen (...). Hoy anunciaron que la ciclorruta Norte-Sur no se haría, que Las Vegas-Sur está embolatada, que la ciclorruta de la carrera 65 norte es una idea básica de planeación”, publicó en sus redes sociales Manuel Londoño, uno de los asistentes.
Londoño también señaló que del proyecto para conectar las universidades con ciclorrutas no se sabe qué va a pasar. “A todos se nos olvidó que falta un pedazo para conectar la calle Barranquilla con la carrera 65, tramo crítico para los estudiantes de las universidades de la zona”, apuntó.
De acuerdo con los biciusuarios, si bien la problemática de incumplir las metas propuestas en temas de ciclomovilidad en la ciudad es de vieja data –y por lo menos incluye las tres últimas administraciones– lo que ocurre en la última ya preocupa.
En la campaña del entonces candidato Quintero, este prometió construir 80 nuevos kilómetros de cicloinfraestructura, pero cuando se convirtió en alcalde la decepción no pudo ser mayor, pues la meta final consignada en el Plan de Desarrollo del actual cuatrienio solo contempló construir apenas 40 kilómetros.
No obstante, y a tan sólo seis meses de terminar el mandato, en las cuentas de la Alcaldía aparece que entre 2020 y 2023 se han construido 25 tramos, que solo suman 11,2 kilómetros. Es decir casi un cuarto de la meta prometida.
Para agravar el asunto, los kilómetros construidos no son lineales, sino que están desperdigados en varios tramos por la ciudad y a veces mal diseñados. “Vea por ejemplo lo que pasa con la ciclorruta de la carrera 65 al norte o la del cerro Nutibara, eso es horrible. Como los carros no caben deben invadir la ciclorruta, poniendo en riesgo a los ciclistas”, apuntó un biciusuario.
Una de las deudas más grandes de la administración actual con los ciclistas es la creación de la ciclorruta Norte-Sur, la que se pensó como obra independiente y nueva de 14 kilómetros que uniría a Medellín con Bello y Envigado. Sin embargo, se decidió que esta más bien se hiciera enlazando los tramos de Palacé, de la ampliada ciclorruta de la carrera 65 y de Las Vegas.
Igual escenario ofrecen los nuevos puentes viales sobre el río Medellín para el cruce de peatones y ciclistas. Aunque la Alcaldía se había propuesto hacer tres, ad portas de terminar su mandato, la cifra es cero.
En diseños también incumplió
A la problemática de la falta de kilómetros construidos se suma la de kilómetros diseñados, pues de la meta de 40 kilómetros en el Plan de Desarrollo, solamente se han alcanzado a diseñar 15,7 kilómetros.
De acuerdo con el concejal Daniel Duque, a través del POT de 2014, Medellín había definido que su cicloinfraestructura debería crecer en por lo menos 400 kilómetros.
“Esas obras las deben ejecutar varias dependencias. La Secretaría de Movilidad, a través de la Gerencia de Movilidad Humana, debe hacer los diseños; el Departamento Administrativo de Planeación debe aprobarlos según las normas del POT; y posteriormente la Secretaría de Infraestructura o el Área Metropolitana las deben construir. Pero lo que vemos es que hay bien poquitos kilómetros trazados como meta para construir y para diseñar” explicó Duque.
La exgerente de Movilidad Humana, Natalia López, también ofreció su explicación al actual retraso de las obras. Según comentó, lo que está sucediendo en varias dependencias de la Alcaldía es principalmente una mezcla de funcionarios que llegan al cargo por clientelismo y sin conocer los procesos; y otra es la falta de continuidad del personal técnico que puede darle un mejor manejo al tema.
“Desde estos funcionarios hay un desconocimiento de lo que es hacer proyectos de movilidad activa en una ciudad enmarcada en la movilidad tradicional. A eso súmele que ya llevamos cinco gerentes de Movilidad Humana que llegan sin saber del tema y solo por conveniencias políticas y sin pasión para sacar adelante proyectos que incluso apuntan a cambiar la cultura”, dijo.
Sobre la fugacidad de sus funcionarios, la Alcaldía, en un derecho de petición que indagaba sobre el futuro de la ciclorruta Norte-Sur, admitía que la falta de continuidad en la contratación del personal también ha ocasionado retrasos en el desarrollo del proyecto.
El asunto es preocupante si se tiene en cuenta que desde 2017 los viajes en bicicleta y a pie en la ciudad han aumentado. Mientras que en ese año los viajes en bicicleta apenas eran cerca de 60.000 dicha cifra en 2022 llegó a 210.000; mientras que el 41% de los viajes diarios en la capital antioqueña se hacen a pie, según la encuesta Origen-Destino del Área Metropolitana. Por ello y para mantener en aumento estos indicadores se requiere mantener y aumentar la cicloinfraestructura y los pasos de peatones.
Además, a los biciusuarios que, como Londoño, quieren saber que pasó con los rubros a invertir en ciclomovilidad “la gerencia de Movilidad dice que ya no hay plata para más diseños e Infraestructura. Y como ya hicieron 10 kilómetros pues que ya no jodamos más”, añadió Duque.
Frente a este tema, el Distrito ha dicho que ha invertido en tres años más de $7.672 millones en el mejoramiento, mantenimiento y obras complementarias de la cicloinfraestructura, así como en la interventoría de los procesos.
En otro derecho de petición, el distrito también dijo que los recursos por $8.800 millones para el tramo de la Norte-Sur que comprenden Eafit y La Aguacatala los tiene el Área Metropolitana.
No obstante, frente al tema de nuevos diseños, la Alcaldía indicó que para este año se esperaba desarrollar los 20 kilómetros faltantes sobre 41 corredores. “Sin embargo, no se cuenta con recursos, insumos ni tiempo para culminar con todos los diseños proyectados.”
