Si el bus que pasa por su casa se demora más y lo hace menos veces que antes, no es un hecho circunstancial. Todo se debe a que en la actualidad circula un 15% menos de buses por cuenta de la crisis que vive el transporte público colectivo de Medellín y el área metropolitana, originado porque los costos de operación no han parado de subir, mientras la cantidad de pasajeros sigue a la baja.
Así lo aseguraron las principales agremiaciones de este medio de transporte, la Corporación de Transportadores Urbanos (CTU) y la Asociación de Transportadores del Valle de Aburrá (Asotransvaa), que hacen mención a que el tema del aumento del Acpm podría ser un golpe letal a las finanzas de los propietarios de vehículos.
Jimmy Alexis Gómez, presidente de la CTU, manifestó que “estamos más cerca de una parálisis por falta de garantías. Son mayores los gastos que los ingresos y eso está haciendo cada vez más complicado que se pueda prestar el servicio para los dueños de los vehículos y para las empresas”.
La clave del incremento del Acpm pasa porque representa, según los transportadores, el 35% de los costos de operación, por lo que el incremento definido por el Gobierno Nacional obligaría a que se aumenten las tarifas antes de fin de año, se otorguen subsidios o se tenga que dejar de prestar el servicio en algunas rutas.
“Si este es el incremento en el combustible, que no está calculado en la tarifa, nos baja sustancialmente la utilidad o la capacidad de la sostenibilidad del vehículo. Entonces, hay temor o hay gran posibilidad de que se pare porque no somos capaces de seguir operando”, señaló Juan Gonzalo Merino, presidente de Asotransvaa.
Los nuevos incrementos a la canasta del transporte suman, mensualmente, unos $3.300 millones, lo que haría, según los líderes gremiales, que los propietarios de los buses estén trabajando con menos de $100.000 diarios de rentabilidad, después de solventar todos los gastos. Esto llevó a que unos 800 buses hayan dejado de operar, al menos mientras encuentran soluciones a esta problemática.
Entérese: Paraderos de buses en Medellín tendrían hasta wifi y los operaría un privado
Este número de buses menos circulando afecta la cotidianidad de los usuarios, quienes cada día deben esperar más tiempo a que pase el carro.
“El transporte público colectivo está viviendo un paro que es triste y lamentable porque el propietario decidió parar su vehículo porque no es rentable, no es capaz de cubrir las exigencias que tiene la prestación del servicio y él decide parar ese vehículo dado que no le es viable sostenerlo”, explicó Gómez.
A todo esto se suma que después de la pandemia a los buses dejó de subir el 30% de los usuarios, que ya trabajan en sus casas o adquirieron vehículo durante este tiempo. Esto conllevó un castigo adicional a los bolsillos de los transportadores que pidieron, para este año, que el pasaje subiera a $4.200, aunque con el alza estimada del diesel la cifra ya podría llegar a los $4.500.
De acuerdo con el análisis de la canasta de costos presentada por los transportadores en enero de este año a la Secretaría de Movilidad de Medellín, entre consumibles y repuestos se gastaban $2.573 por pasajero, $523 en servicios de estación, $461 de costos fijos como garajes e impuestos, $510 de costos de capital y $69 para la inversión en la modernización.
Más allá de los resultados que pueda generar la protesta de los camioneros, los empresarios de los buses hacen un llamado a la Alcaldía de Medellín para crear un fondo de estabilización tarifaria, con el fin de evitar incrementar el pasaje a los precios analizados por este gremio, sin que la diferencia con la tarifa actual la deban asumir los propietarios de sus bolsillos.
¿Cambiar el modelo?
Una de las soluciones que se maneja dentro de la Secretaría de Movilidad de Medellín para que el transporte público sea prioridad y esta crisis no deje a la ciudad sin buses pasa por cambiar el modelo de administración de este medio de transporte.
Le puede interesar: Ahora en los buses de Aranjuez se podrá pagar el pasaje con la tarjeta Cívica del metro
El titular de este despacho, Mateo González Benítez, explicó que “hicimos un diagnóstico y nos encontramos con que no se puede seguir bajo el modelo afiliador, es decir, que una empresa venda los cupos pero los buses pertenecen a los propietarios, quienes se encargan por su cuenta de contratar al conductor y costear todo lo del vehículo”.
La propuesta del funcionario pasa porque sean las empresas las que se encarguen de la administración plena de los vehículos, responsabilizándose de todos los costos operativos de los vehículos y volviendo a los dueños de los buses accionistas de estas compañías, todo con el fin de unificar criterios y disminuir los costos operativos.
Ante esta propuesta, los líderes gremiales no la ven con malos ojos, aunque aducen que el tema se debe analizar detalladamente para no cometer equivocaciones que terminen por ahogarlos financieramente.
“Eso es relativo porque hay empresas que trabajan sin cambiar el modelo y tienen relativo éxito. Hay otras que por esa baja ostensible de la demanda se da una guerra entre propietarios y conductores, una guerra del centavo. Hay que ir paulatinamente migrando al modelo”, explicó Merino.
Esta situación se presenta en medio de las pretensiones que tiene la Alcaldía de Medellín por modernizar este servicio, que durante más de una década ha avanzado a paso lento con el cambio de sus vehículos e implementación tecnológica.
“Una de nuestras principales banderas es que tenemos y vamos a modernizar el transporte público colectivo y la otra hacer el cambio de los buses que hoy están muy viejos. Para eso, junto con el Área Metropolitana, estamos evaluando posibilidades para que sea el Estado quien acompañe y apoye esa modernización tecnológica”, señaló González.
Entre las ideas de modernización está la adquisición de buses eléctricos, con el fin de disminuir los costos en el consumo de combustibles o de mirar vehículos con nuevas tecnologías, pero por ahora los empresarios están contando la menuda que les queda de los pasajes, después de pagar todo lo que pide el bus, para comprar nuevos vehículos.
“En este momento estamos acá en Santiago de Chile viendo un modelo de buses eléctricos, que es una empresa que tiene alrededor de 500 carros. Nos está mostrando esa transición que también hicieron acá los propietarios individuales y agremiaciones. Eso es un cambio cultural, hay que hacer la transición gradual y será exitosa porque el mundo ha mostrado que ese es un camino”, concluyó Merino.
