La lucha por conocer qué pasó con los desaparecidos la sostienen principalmente las familias de las víctimas. Hijos, hermanos, madres y padres que han tenido que soportar “una vida” sin sus seres queridos.
Entre el 16 y 19 de octubre de 2002, hace 22 años con el respaldo de la Alcaldía de Medellín bajo la administración de Luis Pérez Gutiérrez y por orden del Gobierno Nacional en cabeza del expresidente Álvaro Uribe Vélez se llevó la operación militar Orión, tristemente célebre no solo por la tenebrosa alianza de paramilitares y fuerza pública pactada para su ejecución, sino también por los graves delitos de lesa humanidad cometidos durante su duración.
En su desarrollo, según han denunciado todo este tiempo las organizaciones defensoras de Derechos Humanos de la ciudad, se dieron capturas arbitrarias y detenciones selectivas; allanamientos violentos, destrucción de viviendas, desplazamientos forzados, desaparición forzada y asesinatos. Las cifras de víctimas de la operación recogidas por dichas organizaciones señalan que esos aciagos días dejaron por lo menos un muerto, 38 heridos, y al menos ocho personas desaparecidas.
Desde hace más de dos décadas de ocurridos los hechos, las víctimas de la Operación Orión siguen luchando por la obtención de justicia. Según comentaron estas, la reparación integral sigue siendo un pendiente, pues los responsables materiales e intelectuales de estos crímenes permanecen hoy sin comparecer de forma efectiva ante la justicia.
“Hoy, de nuevo 16 de octubre, las organizaciones de víctimas, sociales y defensoras de derechos humanos hacemos un llamado en exigencia al Estado, a las instituciones y a la sociedad colombiana para que nunca más se realicen operaciones militares; para que la garantía del cumplimiento de los derechos de las víctimas a la verdad y la búsqueda se materialicen sin más omisiones. Asimismo, en el marco de la implementación de la Jurisdicción Especial para la Paz, hacemos un llamado a la magistratura para que se concreten avances en las investigaciones y sanciones a los máximos responsables de los hechos, de manera puntual a Mario Montoya y Leonardo Gallego”, comentaron las víctimas en un comunicado público.
Hoy en día, la lucha por la verdad y la justicia, la mantienen las familias de las víctimas. Hijos, hermanos, madres y padres que han tenido que soportar “una vida” sin sus seres queridos. Por ello, desde La Escombrera, alzaron su voz para enaltecer la memoria y la vida de sus seres queridos.
En el acto, las víctimas exigieron que se “escarbe” la verdad y se “desentierre” la justicia, hasta que quienes fueron arrebatados de sus hogares sean encontrados.
