Luego de una visita respetuosa entre un enviado de Donald Trump, Richard Grenell, y el mandatario Nicolás Maduro, en la que se reunieron este viernes en Caracas para sostener una conversación sobre el tema migratorio, las sanciones y los estadounidenses detenidos, según confirmó el Gobierno de Venezuela, varias personas cuestionaron la severidad de Trump contra el régimen de Maduro.
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Sobre esta visita fue cuestionado el presidente Trump, quien aseguró que se sorprendió con la cantidad de petróleo que Joe Biden, su antecesor, le compró a Venezuela. “Estaba a punto de terminar la dictadura venezolana y Biden la revivió”, expresó durante una intervención después de la visita del estadounidense Grenell en Caracas.
“Queremos hacer algo con Venezuela. Yo he sido un gran opositor a Venezuela y a Maduro. No nos han tratado muy bien, pero lo más importante es que han tratado muy mal al pueblo venezolano. Así que veremos qué podemos hacer para arreglar la situación”, añadió.
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A pesar de los roces que tienen ambos países, tienen intereses en asuntos bilaterales, especialmente en temas como el petróleo, por una licencia que permite a la petrolera Chevron operar en el país venezolano. Además, a EE. UU. le interesaba conversar sobre el futuro de los presos deportados que regresarían a su país de origen. El Gobierno tiene claro que aumentarán las cifras de deportaciones.
Mauricio Claver-Carone, enviado especial de EE. UU. para América Latina, aseguró que este encuentro “no es una negociación a cambio de nada”, durante una llamada previa al viaje del secretario de Estado, Marco Rubio a Latinoamérica y del encuentro en Caracas con Grenell.
“Estados Unidos y el presidente Trump esperan que Nicolás Maduro acepte de regreso a todos los criminales y pandilleros venezolanos que han sido exportados a Estados Unidos, y que lo haga de manera inequívoca y sin condiciones, en primer lugar, como esperaríamos de cualquier otro país del mundo. Y eso no es negociable”, aseguró Claver-Carone.