Los diputados rusos votaron el miércoles en primera lectura un proyecto de ley que prohíbe la adopción de niños rusos por ciudadanos de países que permiten la transición de género, una nueva señal del giro ultraconservador que sigue Rusia.
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El presidente ruso, Vladimir Putin, defiende una postura conservadora en cuestiones sociales y la considera una extensión de su lucha contra Occidente.
Esta prohibición afecta a los ciudadanos de países que permiten “el cambio de sexo mediante intervención médica, incluido el uso de medicamentos”, así como la modificación del género indicado en los “documentos de identidad”, según la legislación.
Su objetivo es impedir “toda adopción de niños rusos por representantes de comunidades LGTB”, detalla el texto explicativo que acompaña el proyecto de ley.