Alberto Fujimori, expresidente de Perú (1990-2000), es calificado como un controvertido presidente que generó opiniones divididas en la población y en la política internacional. Su gestión estuvo marcada por logros, y también, de acusaciones graves sobre violaciones a los derechos humanos.
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Después de su muerte este 11 de septiembre, por complicaciones de salud derivadas de un cáncer de lengua, la población peruana está conmovida, al traer recuerdos de gloria y dolor en el país.
Fue “un héroe de la paz, nadie daba un sol” por este país, dijo a la AFP conmovida Ana María Gando, una jubilada de 75 años, tras esperar dos horas para ver el cuerpo de Fujimori en la sede del ministerio de Cultura, conocido antes como el Museo de la Nación.
“Es el mejor presidente que ha tenido la historia del Perú. Nos ha dado la paz y ha creado los cimientos para que esta economía crezca. Perú le estará eternamente agradecido”, afirmó Olinda Chen, una administradora de 43 años.
Por otro lado, instituciones como el Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú (IDEHPUCP), rechazan la intención de rendirle homenajes al expresidente. “Expresamos su rechazo ante la decisión del Gobierno y el Congreso de rendir honores de jefe de Estado a Alberto Fujimori, un gesto que consideramos un agravio a la democracia y a los derechos humanos en el Perú”.
¿Qué lo hace un presidente tan controversial y que genera tanta división en su país?
Para hablar del Gobierno de Fujimori se debe mencionar la estabilidad económica que tuvo Perú durante esos años, lo cual fue uno de los fuertes durante el mandato de Fujimori, quien implementó políticas que sacaron al país de una grave crisis económica. Bajo su mandato, la hiperinflación fue controlada y se promovió el crecimiento económico, logrando una mayor estabilidad y atrayendo inversiones extranjeras.
En su período también implementaron programas de infraestructura que mejoraron las condiciones de vida en áreas rurales y urbanas, como la construcción de carreteras, escuelas y hospitales.
Su mandato también es recordado por enfrentar con éxito a grupos insurgentes como Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), una época controvertida en la que muchos inocentes fallecieron. Sus simpatizantes lo describen como un héroe que salvó al país de la guerrilla y el colapso económico, mientras que sus detractores lo describen como un autoritario que abusó de las instituciones democráticas del país para mantenerse en el poder.
El presidente ejecutó órdenes consideradas como violaciones a los derechos humanos, se llevaron a cabo abusos como ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y esterilizaciones forzadas de miles de mujeres indígenas sin su consentimiento, bajo el pretexto de políticas de planificación familiar.
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Aunque la captura de Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso, el 12 de septiembre de 1992, fue un hito en la pacificación del país, en esta época se perpetraron masacres como la Masacre de Barrios Altos (noviembre, 1991), cuando el grupo paramilitar Colina irrumpió en una fiesta en el distrito de Barrios Altos, en Lima, con el objetivo de eliminar a supuestos terroristas de Sendero Luminoso. Los miembros del grupo dispararon indiscriminadamente contra los asistentes, asesinando a 15 personas, incluidos un niño de ocho años y varias personas inocentes.
Fujimori, además, demostró ser autoritario al disolver el Congreso en 1992 en un autogolpe, concentrando el poder en el Ejecutivo y debilitando las instituciones democráticas. Su Gobierno fue acusado de corrupción masiva, con casos que involucraron a su asesor Vladimiro Montesinos.
En 2000, tras un escándalo de corrupción, Fujimori huyó a Japón. Años después fue extraditado de Chile y condenado a prisión por violaciones a los derechos humanos y corrupción y en 2007 fue extraditado a Perú, donde fue condenado por delitos de lesa humanidad y corrupción, pasando 16 años en prisión.
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El pasado diciembre abandonó la cárcel en Lima, donde cumplía una condena de 25 años por delitos de lesa humanidad. Esto fue posible luego de que el Tribunal Constitucional de Perú restituyera el indulto humanitario que le había sido concedido en 2017 por el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski. Esta decisión del TC desafió las órdenes previas de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), generando polémica tanto a nivel nacional como internacional.
Hasta su muerte, el exmandatario expresó su intención de volver a la presidencia de Perú, luego de que su hija Keiko Fujimori anunciara unos meses atrás el deseo de su padre de regresar a la Presidencia.
