El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, sugirió este miércoles que las tropas de su país regresen a Panamá para proteger el canal interoceánico de la “influencia maligna” de China, lo que rápidamente fue descartado por el gobierno del país centroamericano.
Hegseth aseguró en Ciudad de Panamá que los ejercicios conjuntos de defensa que realizan regularmente ambos países son “una oportunidad para revivir” una “base militar” o “estación aeronaval”, donde operen “tropas estadounidenses”.
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“No podemos aceptar bases militares ni sitios de defensa”, reaccionó el ministro de Seguridad de Panamá, Frank Ábrego, en una conferencia de prensa junto al jefe del Pentágono, quien concluyó una visita de dos días al país.
Desde que volvió al poder en enero pasado, el presidente Donald Trump amenaza con “recuperar” el canal de Panamá, que construyó Estados Unidos, bajo el argumento de que está bajo “influencia” de China.
Panamá niega que China interfiera en la operación de la estratégica vía por donde pasa el 5% del comercio mundial, pero Trump afirma que la presencia china en el canal “amenaza” la seguridad de su país.
“Estamos centrados en trabajar junto con nuestros socios panameños para garantizar que no se permita que la influencia maligna china se afiance aún más y, de hecho, que se le expulse del canal”, dijo Hegseht, que asistió en Panamá a una conferencia regional de seguridad.
Trump incluso no descarta el uso de la fuerza para retomar el control de la ruta, que Estados Unidos entregó a Panamá el 31 de diciembre de 1999 en virtud de tratados bilaterales.
Para entregarlo, Estados Unidos sacó sus bases militares instaladas para proteger la ruta marítima. Un intento por reactivarlas enfrentaría una feroz oposición de los panameños.
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El presidente panameño José Raúl Mulino, quien se reunió el martes con Hegseth, dijo en marzo que “no habrá bases militares de ninguna potencia” en el canal, al reaccionar a versiones de prensa sobre un despliegue de tropas estadounidenses.
Ser “primero y gratis”
China aseguró este miércoles que los comentarios de Hegseth son un “ataque malicioso” en su contra, para difamar y socavar la cooperación que mantiene con Panamá.
Estados Unidos y China son los principales usuarios de la vía. La tensión en la cual Hegseth visitó Panamá también está atizada porque Trump considera injusto que su país deba pagar peajes por usar el canal pese a que lo construyó.
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El jefe del Pentágono aseguró que Estados Unidos y Panamá acordaron buscar un mecanismo para que los barcos de guerra estadounidense pasen de forma expedita y “sin costo”.
“Para nosotros era importante que, en momentos de contingencia, nuestras tropas puedan pasar primero y gratis. Agradecemos a nuestros socios panameños que estén trabajando con nosotros en eso”, dijo.
El ministro panameño para Asuntos del Canal, José Ramón Icaza, aseguró que no se trata de un tránsito “sin cargos”, sino de algunas medidas para “compensar” esos gastos de Estados Unidos.
Ábrego afirmó que cualquier acuerdo sobre peajes debe respetar los tratados que establecen que todos los buques deben pagar las mismas tarifas en función de su capacidad y carga, sin importar su país de procedencia o destino.
Expansión “excesiva” de China
En la conferencia sobre seguridad regional, Hegseth aseguró que el ejército de China “tiene una presencia excesiva en el hemisferio occidental” y las empresas chinas acaparan sectores estratégicos como energía y telecomunicaciones.
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“La guerra con China ciertamente no es inevitable. No la buscamos de ninguna forma”, pero Estados Unidos “enfrentará” y “de ser necesario, derrotará” esas “amenazas” con sus aliados, aseguró.
Washington considera una “amenaza” a la seguridad nacional y regional que la empresa Hutchison Holdings, de Hong Kong, opere los puertos de Balboa (Pacífico) y Cristóbal (Atlántico), en ambas entradas al canal.
Poco antes de que llegara Hegseth, la Contraloría panameña reveló una auditoría según la cual la empresa china incumplió el contrato y no entregó al país unos 1.200 millones de dólares por la concesión portuaria.
Panama Ports Company (PPC), la filial de la empresa de Hong Kong, afirmó este miércoles que esas son “contrarias a la realidad”.
En pleno conflicto, Hutchison anunció hace un mes que vendería la concesión de los dos puertos a un consorcio estadounidense, pero hasta ahora no se concretó por una investigación de los reguladores chinos.