El presidente estadounidense, Joe Biden, atribuyó su mal desempeño en el debate contra Donald Trump a al cansancio acumulado por los incesantes viajes internacionales, pero aclaró que “no es una excusa, sino una explicación”.
“No fue muy inteligente” haber “viajado por todo el mundo un par de veces (...) poco antes del debate”, dijo en un mitin con donantes demócratas cerca de Washington. “Casi me duermo en el escenario”, contó.
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“No escuché a mis asesores”, afirmó el demócrata de 81 años, cinco días después del debate en el que pareció muy confuso y por momentos completamente perdido frente a su predecesor republicano, al que deberá enfrentarse en noviembre en las elecciones presidenciales.
Hasta ahora, el principal argumento de sus partidarios había sido que Joe Biden había pasado una “mala noche” y que sufría un “resfriado”.
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Este calamitoso debate provocó una ola de pánico en el campo demócrata, donde ahora se cuestionan abiertamente las capacidades de Joe Biden y el futuro de su candidatura.
El presidente estadounidense estuvo en Francia del 5 al 9 de junio, para asistir a las ceremonias del desembarco aliado en Normandía y realizar una visita de Estado. El día de su llegada, el 5 de junio, permaneció todo el día en el hotel.
Del 12 al 14 de junio viajó a Italia para asistir a una cumbre del G7, seguida directamente por un viaje de campaña a California.
A continuación, el demócrata se retiró seis días a preparar el debate con sus asesores en la residencia de Camp David, cerca de Washington, periodo durante el cual no realizó ninguna actividad pública.