Durante el primer aniversario del devastador ataque de Hamás a Israel, las Fuerzas de Defensa de Israelíes (FDI) lanzaron otro golpe contra Hezbolá en Beirut. En una jugada de inteligencia, Israel declaró haber eliminado a Suhail Hussein.
Hussein era un alto mando de Hezbolá y fue eliminado en un ataque aéreo que podría reavivar las llamas del conflicto en Oriente Medio. La noticia se produce en un ambiente cargado de emociones, donde las protestas en todo el mundo recordaban el 7 de octubre, una fecha que se ha convertido en sinónimo de dolor y pérdida.
Hussein era el cerebro detrás de la logística y el financiamiento de Hezbolá, además de ser un importante miembro del cuartel general, canal para la transferencia de armas avanzadas de Irán.
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El cuartel general es la unidad de logística de la organización terrorista y se ocupa del presupuesto de todo lo que al grupo respecta. Hussein fue socio en los acuerdos de transferencia de armas entre Irán y Hezbolá.
Además, es responsable de la distribución de las armas de contrabando entre las distintas unidades del grupo, tanto en términos de transporte como de asignación de recursos para compras. Y fue miembro del Consejo de la Jihad, el principal foro militar de Hezbolá.
El cuartel general también contiene la unidad de investigación y desarrollo, dedicada a la producción de misiles de precisión y al campo logístico de almacenamiento y transporte de armas dentro del Líbano.
Mientras tanto, Hezbolá, aunque silencioso respecto a la muerte de Husseini, no se quedó sin respuesta. El grupo militante lanzó una andanada de cohetes hacia Israel, provocando una respuesta feroz de las fuerzas israelíes.
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Las tensiones, que habían comenzado a caldearse con un intercambio de fuego, ahora parecen estar en su punto más alto al que no se le ve retorno ni un alto al fuego.
El pasado 7 de octubre, Hamas desató el caos, dejando más de 1.200 muertos y secuestrando a unas 250 personas. La respuesta de Israel fue contundente: una guerra en Gaza que ha cobrado la vida de aproximadamente 42,000 palestinos, un conflicto que ha desplazado a casi el 90% de la población de Gaza y ha llevado a la región al borde del abismo.
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El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reafirmó su compromiso con la lucha, diciendo: “Mientras nuestros rehenes estén en Gaza, seguiremos luchando. No nos rendiremos con ninguno de ellos.” Sus palabras resuenan como un eco en la mente de muchos, y el temor a una escalada aún mayor se cierne sobre la región.
Y no solo Israel está en el punto de mira; Irán, el financiador detrás de Hezbolá, lanzó un aviso claro a Jerusalén: cualquier ataque a su infraestructura desencadenará una respuesta severa.
Mientras tanto, la comunidad internacional sigue viendo con preocupación la situación en Oriente Medio.